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Minnesota Vikings

Eagles y Vikings saben lo que es perder el invicto sin mortificarse

Eagles y Vikings son dos equipos muy similares que apuntan hacia la misma dirección.
Bill Streicher-USA TODAY Sports

Sam Bradford fue sacudido, golpeado, capturado, e interceptado. El hijo pródigo fue recibido en casa, Filadelfia, y sacrificado como el cordero en engorda.

Sin embargo, no importa qué tanto los fans de los Eagles disfruten su festín y celebración (deberían hacerlo por acabar con el invicto de Minnesota), los seguidores de los Vikings no deben engancharse. La derrota del domingo ante Filadelfia era de esperarse. Nada grave.

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El primer cuarto fue una manera brutal de jugar al futbol americano. En algún punto, cuatro series consecutivas terminaron en entregas de balón. Tanto Bradford como Carson Wentz tuvieron problemas para completar un solo pase, mientras Minnesota mandaba a correr al lento y pesado Matt Asiata para anotar los primeros puntos del juego por medio de un gol de campo en el segundo cuarto. Pero el encargado de las patadas de regreso de los Eagles, Josh Huff, hizo lo que mejor saber hacer y le dio la vuelta al marcador.

En la segunda mitad, los Eagles obtuvieron una ventaja de 21-3, manteniendo alejada a la ofensiva de los Vikings del marcador hasta el último minuto. Bradford terminó con sólo 24 pases completos de 41, un touchdown cuando ya no servía de algo, una intercepción, dos pérdidas de balón, y seis capturas. Fue una total reprobación ante la idea de que Bradford debería entrar a la discusión del jugador más valioso.

Del otro lado del campo, Wentz la pasó mal ante la defensiva más temida por la liga, pero el porcentaje en eficiencia de pases (52.4) no es peor que el 63.7 por ciento que los Vikings han permitido a todos los mariscales campo este año. Sin embargo, ya que su defensiva está jugando de maravilla, Wentz no necesita hacer mucho, y lo comprobamos este domingo.

Desde luego, la defensiva de Filadelfia no se quedó atrás —se la pasaron atacando al mismo quarterback que habían enfrentado en el entrenamiento durante dos años, incluyendo casi todo el campamento de este año—. Conocen las debilidades de Bradford y cuentan con talento más que suficiente para explotarlas. Este equipo de los Eagles obtiene una captura del 9.1 por ciento del tiempo, índice tan sólo por debajo del de Denver (9.7).

Después de la sorpresa del domingo, los Eagles y Vikings parecen ser equipos muy similares. Ninguno de los dos iba a terminar la temporada con marca de 16-0, pero tampoco son ovejas disfrazadas de lobos. Por más mal que se hayan visto sus ofensivas en los partidos que perdieron, también han lucido muy bien en sus victorias. Incluso después del debacle del domingo, Bradford sigue siendo el octavo mejor pasador de la liga.

Al final, los Vikings cayeron en la misma trampa que capturó a Filadelfia: después de pasar dos semanas pensando lo bien que se siente estar invicto, visitaron un estadio ajeno con un equipo talentoso, pero no bien pulido que estaba hambriento de triunfo.