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Cuando Rocky Marciano colgó los guantes

En 1956, el campeón peso pesado Rocky Marciano sorprendió al boxeo al retirarse del deporte. Y tal vez de manera más sorprendente, nunca regresó.

La noticia se supo rápido, la información inicialmente declarada por la esposa de Rocky Marciano, Bárbara, en su hogar en Brockton, Massachusetts. El día siguiente, 27 de abril de 1956, Marciano y su representante Al Weill llevaron a cabo una conferencia de prensa en el Hotel Shelton en la ciudad de Nueva York y confirmó que era verdad: Marciano, el campeón invicto de peso pesado se retiraba a la edad de 31 años para "pasar más tiempo con su familia".

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Fue noticia de primera plana ya que el boxeo se ubicaba en segundo lugar después del beisbol como el deporte más popular de Estados Unidos, y el campeonato de peso pesado era el más codiciado. Marciano era motivo de orgullo para la comunidad italiano-estadounidense, generalmente visto como un campeón decente y trabajador. La historia real, claro, era mucho más complicada que el mito. Marciano estaba lidiando con una lesión en la espalda, y todos sabían sobre sus conflictos con Weill, su representante. Años después de su muerte Sports Illustrated revelaría los nexos de Marciano con un agente de créditos, su tacañería y cualidad de don juan en un perfil sobre el boxeador.

Pero la primera reacción al retiro de Marciano fue de recelo, particularmente de parte de Archie Moore, el boxeador semipesado que había perdido ante Marciano hacía siete meses y se apoderaría de su título si Marciano en verdad se retiraría con un récord invicto de 49-0.

"Marciano no se irá porque le encantan demasiado los dólares", dijo Moore. "Pronto se pondrá a trabajar en North Woods con una hacha en el hombro para ponerse en condición para enfrentar a Archie Moore".

Pero Marciano nunca regresaría al ring, a pesar de las tentaciones. Una semana después del anuncio, veinte mil personas se reunieron en Brockton en un desfile en su honor. En julio, después de experimentar dolor al jugar con su hija de tres años, Marciano se internó en un hospital donde le diagnosticaron una lesión en un disco. En octubre, en una conferencia de prensa en Washington, cuando le preguntaron si quería mantenerse en el retiro, Marciano respondió, "Seguro".

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"Le sacaré provecho a los errores de los demás", dijo Marciano según el reportero Thomas Hauser. "Si Joe Louis no puede hacer un regreso exitoso, no voy a intentarlo".

Para entonces, Marciano ya había logrado mucho. Había conseguido la vida a la que había aspirado. Era hijo de un obrero que desde hacía mucho tiempo buscaba una manera de tener una vida mejor. Creció jugando beisbol; después de se reclutado por el Ejército en 1943 comenzó a boxear para evitar los deberes ordinarios del ejército. Tenía casi 25 años cuando se volvió profesional siendo un boxeador que lanzaba golpes con fuerza pero no con suficiente técnica. No tenía buen movimiento de pies —era fuerte y pesado, y a veces literalmente se caía sobre las cuerdas cuando fallaba al lanzar sus golpes —pero ganó sus primeras once peleas por nocaut, siete de ellas en el primer round. Comenzó a acumular seguidores de Brockton y atrajo la atención del entrenador Charley Goldman, quien trabajaba con Al Weill.

Marciano entrenó duro y limitó su dieta; a veces caminaba 75 cuadras desde su casa al gimnasio para entrenar, según William Nack de Sports Illustrated. "Había una feliz imprevisibilidad sobre lo que podría pasar cuando Marciano estaba en el ring", escribió Nack, pero el resultado común era un nocaut, 43 para ser exactos. Su nocaut sobre Jersey Joe Walcott en 1952 en el round 13 lo volvió leyenda. En 1955, Nack escribió que un mafioso le ofreció una cantidad de dinero considerable a Marciano para perder una pelea, pero él se negó. Debido a su pasado modesto, se convirtió en el héroe de la comunidad italiano-estadounidense.

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Marciano (segundo desde la izquierda) con el Alcalde de Boston, John F. Collins y el cantante Jimmy Durante. City of Boston Archives/CC BY 2.0

En el retiro, Marciano estaba rodeado de mafiosos, le dijo un amigo a Nack. Marciano tenía una mentalidad ingenua para los negocios e invirtió en el negocio de un agente de créditos en Cleveland —un tipo que fue asesinado en medio de una investigación del Departamento de Hacienda. Marciano nunca recuperó su dinero por miedo a que lo implicaran con lo sucedido. También perdió dinero en otros negocios, y supuestamente tuvo romances con muchas mujeres. Vivió con miedo de quedar en la quiebra y casi nunca cobraba cheques; su frugalidad es lo que supuestamente lo llevó a tener conflictos con Weill y tal vez incluso a retirarse.

"(Weill) les hizo la propuesta cuando los conoció", escribió el columnista Jimmy Cannon. "Ellos peleaban y él pensaba por ellos. No podían discutir. No toleraba sus opiniones".

"Se quedó con 50 por ciento de Rocky dentro y fuera del ring", le dijo a Nack uno de los mejores amigos de Marciano. "Es la razón por la que Rocky se retiró. Ese fue el conflicto. No quería pagarle más a Weill. Incluso por una aparición personal, Weill quería cobrarle el 50 por ciento. Quería siempre efectivo ya que no quería darle a Weill ni un dólar".

Rocky Marciano falleció un día antes de su cumpleaños número 46. Cortesía de YouTube

Pero Marciano también estructuró su vida para poder pagar por la menor cantidad de cosas posible. No confiaba en los bancos y escondía su dinero en lugares extraños: en los tubos de las cortinas, lámparas, baños. El 31 de agosto de 1969, un día antes de su cumpleaños número 46 Marciano abordó un avión de Chicago a Des Moines, Iowa para un compromiso. El avión se estrelló y los tres hombres que lo abordaban fallecieron, incluyendo el piloto.

Su legado sigue siendo sujeto de debate en la comunidad del boxeo: muchos de los boxeadores a los que derrotó logrando su récord invicto habían pasado su mejor momento. Pero sigue habiendo algo cautivador sobre Marciano logrando un récord de 49-0 y nunca regresando, sin sucumbir ante la tentación de ganar más dinero.

"Lo único que un peleador puede hacer es ser el mejor de su era", escribió Hauser. "Y Marciano podía derrotar a cualquier boxeador de la suya".