El Everest en otoño: una subida contra las posibilidades
All images courtesy Nobukazu Kuriki

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Nepal

El Everest en otoño: una subida contra las posibilidades

Solo tres personas han escalado el Everest en otoño. Tras el devastador terremoto de abril, la montaña había estado cerrada durante la primavera. Ahora Nobukazu Kuriki se aventurará a la montaña.

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La mayoría de los alpinistas evitan el Monte Everest en el otoño por una razón: los días son más cortos y fríos, el clima es menos predecible, y escalar es más difícil y más peligroso. Quizás sea por esto que Nobukazu Kuriki, alpinista japonés de 33 años, decidió escalar por quinta vez la montaña durante esta temporada.

"Hay demasiada gente en el Everest en primavera", comentaKuriki. "Quiero sentir la naturaleza, y solo es posible hacerlo en otoño, cuando no hay tanta gente."

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Atraído por la promesa de no tener que encontrarse con multitudes de escaladores en la montaña —sin mencionar que el permiso para escalar le salía a mitad de precio—, Kuriki se dirige al campamento 2 en el Everest. Si las condiciones lo permiten, intentará llegar a la cima en un tiempo aproximado de dos semanas.

En los últimos 15 años, solo tres personas han alcanzado la cima del Everest en los meses de otoño. La mayoría de las expediciones comerciales mayores, como la Himalayan Experience de Nueva Zelanda o la Alpine Ascents International de Seattle, intentan llegar a la cima en abril y mayo porque eso aumenta las probabilidades de éxito. Para agosto y septiembre, las expediciones se realizan en cumbres menos desafiantes como Cho Oyu, Manaslu y Ama Dablam.

"La percepción, y creo que es la correcta, es que hay menos opciones de llegar a la cima en otoño y más peligro de avalanchas", dice Dave Hahn, un guía de RMI Expeditions que ha alcanzado la cúspide del Everest hasta 15 veces. "Básicamente, escalas al final del monzón, mientras lidias con mucha nieve, y eso genera más posibilidades de ser atrapado por una avalancha."

NobukazuKuriki en el Everest a principios del pasado mes de septiembre.

La apuesta por la cima de Kuriki será la primera desde el devastador terremoto que sacudió Nepal el pasado abril y que desató la avalancha más mortal en la historia de la montaña. El nipón planea escalar con su compañero y fotógrafo, Masaru Kadotani, hasta el campamento 2. De ahí, seguirá solo, sin oxígeno adicional, sobre la ruta de siempre en el lado sur.

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"Es extremadamente difícil permanecer caliente sin usar oxígeno embotellado y creo que eso no se aprecia como debería", dice Hahn. "Creo que la mayoría de la gente piensa que uno se cansa más rápido; el problema, en realidad, es que se vuelve casi imposible permanecer caliente. Hay que ser extremadamente fuerte y listo para moverse rápido y guardar el calor".

Aunque no todos crean que el intento de Kuriki sea algo prudente, el gobierno de Nepal lo apoya. El Ministerio de Aviación y Turismo de Nepal le entregó un permiso a Kuriki, convocó una rueda de prensa para anunciarlo y mandó al grupo Ice Doctors (un equipo de sherpas que arreglan las escaleras y cuerdas a lo largo de la famosa ruta Khumbu Icefall) para que le auxiliaran en su intento.

"Convocar una rueda de prensa para entregar un solo permiso es algo sin precedentes", dice Alan Arnette, un bloguero de alpinismo que alcanzó la cima del Everest en 2011. "Eso nos deja ver que el país está con él para que sea exitoso en su intento y para promover el turismo en Nepal".

Kuriki, quien ha escalado múltiples cimas de 8.000 metros, tiene una historia personal interesante con el Everest. La última vez que trató de subir la montaña fue en 2012, cuando decidió escalar solo la parte oeste sin oxígeno adicional. El viaje casi le cuesta la vida: requirió que lo rescataran después de sufrir congelamiento en partes de su cuerpo, y como resultado terminó por perder la mayoría de sus nueve dedos.

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"Parece que lo que Nepal está haciendo es incongruente: tratan de promover el turismo con un acto muy peligroso", dice Arnette, "y Kuriki parece ser la persona perfecta para hacerlo debido a su historial".

Kuriki está de acuerdo con Arnette en algunas cosas, aunque dice que planeó su ascenso previo al terremoto de abril. Para él, este ascenso se ha convertido en parte del esfuerzo para rejuvenecer un país en vías de recuperación.

"Nepal necesita el negocio de los turistas para su economía", asegura Kuriki. "Quiero ayudar a mejorar la imagen del país al escalar y mostrarle a la gente la hermosura y grandeza de Nepal y de la cordillera del Himalaya. Espero que mucha gente vuelva a visitar Nepal de nuevo".

El terremoto de abril y la avalancha que provocó fueron solo un par de desastres que se unieron a una serie de catástrofes —la avalancha en 2012, el pleito en 2013, la avalancha de 2014— que muchos temieron podría terminar con la industria de la montaña. Los alpinistas siguen sin dar paso atrás.

"Hay una estadística que muestra que cada año después de un desastre en el Everest hay un récord de visitas", dice Arnette. "Creo que muchas personas ven el terremoto como una anomalía, que los temblores suceden, y que no van a detener sus sueños."

Se espera que Kuriki alcance la cima entre el 23 y 25 de septiembre. Estará actualizando la cobertura en vivo de su progreso en su cuenta de Facebook.