El Slider: Roberto Osuna, el precoz del beisbol

Los números en el calendario siempre nos recuerdan a situaciones buenas o malas, pero siempre con la frialdad que los caracteriza, siempre desnudando lo que a veces se quiere esconder. Los números acosan y aturden, a veces llenan y halagan. Son aliados y enemigos, los números dictan el ritmo de la vida y de un juego de beisbol, aunque a muchos no nos gusten las cifras marcan cada paso que damos. Hace cinco años, el 11 de abril de 2011, un joven de 16 años pisó profesionalmente por primera vez una lomita, el juego lo disputaban los Diablos Rojos de México y los Saraperos de Saltillo. Aquella vez fue cerrador, como lo es hoy. Hace un lustro era el jugador con menos años en haber pisado un diamante de beisbol en la Liga Mexicana.

Roberto Osuna proviene de una familia tan beisbolera que hubiera sido un pecado que el "Cañoncito" no jugara a la pelota. Su padre, Roberto Osuna fue lanzador en la Liga Mexicana y su tío Antonio "Cañón" Osuna jugó durante once temporadas en las ligas mayores, trabajó para grandes franquicias: Padres de San Diego, Yankees de Nueva York, Dodgers de Los Ángeles.

Seguramente la presión que empujaba al "Cañoncito" fue el motor para poder cumplir las metas que hoy lo tienen en lo más alto del beisbol mundial. Una joya para nuestro deporte mexicano. El talento del sinaloense lo ha llevado a romper récords y dejar marcas establecidas sólo haciendo lo que le gusta, jugar al beisbol. Con tan sólo 20 años de edad debutó en la lomita de la gran carpa jugando para los Azulejos de Toronto, convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en la franquicia de los canadienses.

Cualquiera pensaría que Osuna se libró de tener una de esas historias que genera morbo alrededor del personaje, todo por el pasado beisbolero de su familia. Tenemos la costumbre de los sueldos extravagantes que les pagan a los futbolistas y pensamos que pasa lo mismo con cualquier deportista, pero el beisbol en México no es tan buen empleo. Roberto dejó a temprana edad la escuela para dedicarse a la colecta de tomates. Todos pensaríamos lo contrario, pero no fue así, a pesar del oficio de su padre y tío, la familia no podía con los gastos generados. Roberto mezclaba la colecta con el beisbol, hasta que su talento lo llevó a giras por Europa y Asia con ligas menores, donde fue observado por los scouts de las mayores. La historia comenzaba a escribirse.

Esas andanzas sobre pobreza y sufrimiento inundan el deporte mundial, pero ya no conmueve la humildad con la que los jugadores lucharon para lograr contratos millonarios. Hoy nos parece ridículo que un deportista sufra contando su espantoso pasado, y en lo personal me caga el patetismo. Pero a veces se tiene que apelar a él para contar historias.

A temprana edad Osuna fue sometido a la famosa operación Tommy John, pero no fue impedimento para que el pitcher mexicano logrará saltar de la Clase A, a las grandes ligas, siguiendo los mismos pasos que Fernando Valenzuela. Osuna ya caminaba a pasos agigantados. Las marcas lo han seguido por todas partes, este 4 de abril se convirtió en el pitcher más joven en lograr un salvamento en Grandes Ligas durante el Opening Day, el día inaugural de la temporada de la MLB. El beisbol y sus estadísticas han abrazado tanto a Osuna que me atrevería a decir que es el jugador mexicano con más futuro dentro de la Gran Carpa.

Mi atrevimiento es bastante estúpido, cualquiera sabe que hay menos riesgo en vaticinar un futuro exitoso para un joven de 21 años. Pero la calidad del "Cañoncito" nos obliga a pensar cualquier cosa, cualquiera puede tener un debut soñado, pero no tanto como el del joven cerrador de los Azulejos: Los Azulejos de Toronto en contra de los Yankees de Nueva York, casa llena y un out en la pizarra. Era el turno de Roberto, el desenlace es el que todos esperábamos, perdieron los Azulejos, pero Roberto Osuna poncho al famoso bateador de los bombarderos del Bronx: Alex Rodríguez.

Cinco años han pasado desde que Roberto Osuna debutó en el beisbol de nuestro país, hoy sería atrevido decir que es un jugador experimentado debido a la precocidad con la que ha surcado el mundo del beisbol. Inflar a un jugador suele ser muy sencillo, pero éste se ha inflado sólo con buenas actuaciones y personalidad. Esperemos que el mexicano número 115 en jugar las Grandes Ligas siga sumando historia y números positivos en su carrera.