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Después de una larga batalla, la FIBA permite el uso de velos religiosos

Finalmente, las 139 federaciones afiliadas a la FIBA se reunieron para votar y aprobar, por vía unánime, la nueva regla que permite a los jugadores y jugadoras usar velos religiosos sobre la duela.
Courtesy Asma Elbadawi

Durante casi cuatro años, Bilqis Abdul-Qaadir ha estado apartada de lo que más ama hacer: jugar basquetbol. La jugadora base de 1.65 m de Springfield, Massachusetts, ostenta el récord —varonil y femenil—más alto de puntos a nivel preparatoria en su estado, y tuvo una satisfactoria carrera en la Universidad Estatal de Indiana y en la Universidad de Memphis. Después de graduarse, Bilqis quiso convertirse en basquetbolista profesional en Europa, pero no pudo seguir su sueño, no por su talento sino por sus prácticas religiosas. Como mujer musulmana que viste un hiyab, Bilqis habría violado las reglas implementadas por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) que prohiben a los jugadores vestir velos religiosos en la duela.

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La prohibición de la FIBA se extendió a las ligas profesionales de todo el mundo dejando a miles de basquetbolistas, incluyendo mujeres musulmanas con hiyabs como Bilqis, sijs con turbanes y judíos con kipá, sin opciones ni oportunidades de jugar. Este martes, después de años de campañas apoyadas por atletas, la FIBA anunció cambios a su política que excluyó a tantos practicantes de su disciplina. A partir del 1 de octubre de 2017, finalmente los jugadores podrán usar sus respectivos velos religiosos.

"Estoy desbordada de emoción", me comentó Bilqis desde Memphis, donde trabaja como directora de asuntos deportivos de una escuela privada. "Estoy feliz por ser parte de la historia y un cambio positivo".

"Nunca he estado tan contenta en mi vida", replicó vía correo electrónico Asma Elbadawi, basquetbolista británica-sudanesa y poeta. Actualmente juega para la liga de Inglaterra y no tiene la menor intención de detenerse en el futuro cercano.

"No hay conflicto entre mi fe y mi habilidad para jugar basquetbol", dijo Darsh Preet Singh, la primera jugadora sij de la NCAA, por medio de un comunicado publicado por la Coalición Sij. "Estoy emocionada por la decisión de la FIBA, la cual permitirá a miles de atletas perseguir sus sueños sin comprometer su fe".

Aunque hay razones para celebrar, aún queda por resolver preguntas importantes para jugadoras y oficiales en las ligas de mayor nivel. ¿Qué sigue para los jugadores? Y sobre todo, ¿por qué tuvieron que aguantar ser separados del deporte que tanto aman?

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Abdul-Qaadir jugando para Memphis. Foto de Spruce Derden-USA TODAY Sports

La FIBA justificó su prohibición, como lo estipula el Artículo 4.2.2 del reglamento, por ser una precaución de "seguridad", a pesar de no haber evidencia del daño que los velos pueden ocasionar durante los partidos. Esto nunca fue un problema para Bilqis en la NCAA —el manager de su equipo presentó una exención y una declaración jurada para esclarecer que su jugadora vestía un hiyab por razones religiosas y nada más.

En el otoño de 2014, la FIBA anunció un período de prueba de dos años para permitir a los jugadores portar velos religiosos en competiciones nacionales, pero el asunto estaba lejos de resolverse. En ese entonces, la situación se había vuelto un infierno para los atletas, pero no quitaron el dedo del renglón.

Bilqis unió fuerzas con otra ex jugadora de la División I de la NCAA, Indira Kaljo, y más de 20 mujeres para crear una campaña en redes sociales llamada #FibaAllowHijab (Fiba permite el hiyab). Su petición en Change.org dirigida al presidente de dicho organismo, Horacio Muratore, donde se pedía el final de la prohibición, reunió más de 130 mil firmas.

Kaljo y Bilqis también se dedicaron a enseñar y entrenar a jovencitas. Aunque permanecieron en la banca siguieron activas usando al basquetbol como un vehículo para lograr un cambio. Cada una creó una organización sin fines de lucro —Global Aktivne y Muslim Girls Hoop Too, respectivamente— para utilizar los deportes como una fuente de empoderamiento para las mujeres y niñas, y esperaron la decisión de la FIBA.

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Tal decisión se supone debió realizarse en agosto pasado, pero para decepción de muchos, la FIBA la pospuso para enero de 2017. Al final de dicho mes, se dieron a conocer cambios menores pero la FIBA, una vez más, postergó su decisión final. En mayo se daría a conocer, mientras los jugadores seguían esperando.

Finalmente, el 4 de mayo de 2017, las 139 federaciones afiliadas a la FIBA se reunieron para votar y aprobar, por vía unánime, la nueva regla que permite a los jugadores y jugadoras usar velos religiosos. Bajo la nueva política, los y las atletas deberán cumplir las siguientes condiciones:

  • El velo o indumentaria tiene que ser de color blanco, negro o del color más predominante del uniforme.
  • Debe ser del mismo color para todos los jugadores del equipo.
  • No debe cubrir parte de la cara parcial o completamente (ojos, nariz, labios, etc.).
  • No debe ser peligroso para el jugador que lo viste y/o para los demás jugadores.
  • No debe tener orificios/cierres sobre la parte de la cara y/o cuello.

"Honestamente, no hay razón para que alguien tenga que esperar tanto tiempo para permitirle practicar su deporte", me dice Kaljo. "Ningún atleta debería pasar por esto para hacer respetar sus derechos".

Y, sin embargo, miles de deportistas de diferentes disciplinas han tenido que hacerlo.

Como presidenta de la Muslim Women's Sport Foundation (MWSF) con sede en Londres, Rimla Akhtar está acostumbrada a las prohibiciones de este tipo en el deporte. Akhtar ha presionado a gran número de federaciones y organizaciones para ampliar las posibilidades de las mujeres musulmanas. Akhtar fue pieza primordial para cambiar el código de vestimenta de la Federación de Natación del Reino Unido (ASA), y ha trabajo de cerca en la campaña contra la FIBA por medio de la British Basketball Foundation.

Aunque se dice contenta por la resolución de la FIBA, Akhtar mantiene una postura crítica del proceso. "En primer lugar, creo que la prohibición fue totalmente innecesaria", comentó vía telefónica. "Como industria, lo que solemos hacer es prohibir y después pensar. Actuamos primero y pensamos después". Dice que se debió aprender de la FIFA hace tres años, cuando levantó oficialmente su prohibición de indumentaria religiosa.

Akhtar cree que el esfuerzo colectivo es un modelo que muestra los cambios en el deporte. La diversidad y la representación en los niveles más altos del deporte son cruciales para fomentar la inclusión y obtener el mayor impacto posible de los diferentes programas. Aún no hemos llegado ahí, pero Akhtar seguirá trabajando para educar a las federaciones deportivas sobre la importancia de aceptar la indumentaria religiosa y dar la bienvenida a atletas de todos los credos.

En términos políticos y de reglamento, Akhtar es consciente que han librado una gran batalla. Los atletas cuyas carreras profesionales se vieron afectadas ahora tienen una decisión que tomar. Para Bilqis y Kaljo es demasiado temprano para afirmar que intentará entrar al profesionalismo ahora que tiene la oportunidad; el tiempo ha pasado y cada una tiene planes diferentes.

Las palabras de Bilqis son poderosas y positivas. Después de años de puertas cerradas, por fin hay una salida. "Este cambio no sólo beneficiará a las mujeres musulmanas en la duela, también lo hará fuera de ella", comentó Bilqis. "Es momento que la gente sepa y vea que este espacio también nos pertenece".