Christian Pulisic, la nueva joya del futbol estadounidense y las odiosas comparaciones con Donovan

Vaya noche la que tuvo el equipo nacional de los Estados Unidos el viernes pasado. Después de cinco años haciendo el ridículo bajo las órdenes de Jürgen Klinsmann, el seleccionado varonil tuvo una noche perfecta ante Honduras en las eliminatorias de la Copa del Mundo bajo la guía de Bruce Arena. El resultado final fue de seis goles a favor y cero en contra gracias a un magnífico despliegue ofensivo encabezado por el triplete de Clint Dempsey y el primer gol del capitán Michael Bradley desde 2015. El partido nos hizo recordar las mejores épocas del equipo de los Estados Unidos, como los primeros 94 minutos de aquel partido ante Portugal.

Aunque es cierto que el sentimiento nostálgico se derramo como no lo hacía hace tiempo, el punto principal del partido no fue sólo despertar gratos recuerdos, sino proyectar un futuro prometedor (en choque tuvo momentos que no lo pueden negar). En cuanto abrías el navegador era inevitable no encontrarte con el nombre Christian Pulisic.

A la maravilla de 18 años nacida en Pennsylvania le confiaron el papel extremadamente importante de 10 —diferente a su posición de carrilero en el Dortmund— en un partido de suma trascendencia para el equipo estadounidense que se encontraba al fondo del Hexagonal con una diferencia de goles de -5. Pulisic no decepcionó en su nueva posición. Después de anotar un hermoso gol y dar dos de las mejores asistencias que este equipo jamás haya visto, los expertos han elogiado a Pulisic como el nuevo Mesías, y afirmado que es el heredero de Landon Donovan.

Pero la comparación no encaja, más allá del hecho que ambos son futbolistas compatriotas. No es ningún insulto para Donovan, quien en su apogeo fue todo un espectáculo (¿recuerda la Copa Confederaciones de 2009?). Donovan lucía al contragolpe cuando centraba el balón desde las bandas y ganaba los duelos uno a uno en papel de delantero.

La distinción más evidente entre ambos es que el flujo de juego de Pulisic depende de los pases, casi similar al tipo de visión de Mesut Özil en su apogeo. Pulisic demostró que puede ser un 10 puro, un creador: demostró su capacidad para romper los cerrojos del rival, y colar pases por encima de los defensas; su segunda asistencia para Dempsey es prueba sólida de ello. Sin importa qué tan nuevo sea Pulisic en el equipo, su juego generoso le da esperanzas para el futuro al tejido ofensivo de los Estados Unidos.

Basta ver el tipo de toques que realizó ante Honduras para darse cuenta de su distribución del balón:

Además, parece como Pulisic tuviese el balón pegado a los pies a diferencia de Donovan que utilizaba su rapidez para generar espacios. La era de Donovan con la selección estadounidense se caracterizó por su estilo al contragolpe con centros precisos al área, mientras que esta generación ha encontrado una forma de mantener la posesión un poco más. Esto no quiere decir que Pulisic provoque un estilo de juego estancado. Todo lo contrario, siempre se le ve empujando al equipo hacia el arco rival, como si pensara "no sé exactamente cómo vamos a superarlos pero lo haremos". La clave en todo esto es el impulso en conjunto, porque ha demostrado que utiliza a sus compañeros como una extensión de sus intenciones. Se trata de una habilidad de otro nivel, típica de los jugadores veteranos.

En la actualidad la distancia de los pases en el conjunto estadounidense se ha acortado, y la comodidad de Pulisic con el balón pegado a sus pies y rodeado de múltiples defensas lo convierte en el contraste perfecto del nuevo estilo de juego. Pero la comparación con Donovan tiene que acabar, porque a pesar de que aún es muy temprano para hacer un juicio final, este equipo parece dar señales de una transformación.