¿Quién no le lloró y pataleó a sus padres por unos 'Air Jordan' cuando era niño? ¿Quién no se pintó la '23' en la playera cuando jugaba con sus amigos la reta de basquet? ¿Cuántos fans llegaron a tener los Chicago Bulls gracias a él convirtiendo al equipo en una moda y en un equipo de época? ¿Quién no soñó con hacer una jugada parecida a las que Michael Jordan armaba en la duela?Personalmente, debo decir que tuve una relación amor-odio hacia él. Amaba prender la tele y ver un juego de los 'Toros', no tanto por ser seguidor de ellos, sino por Jordan. Alguna vez hice un drama de niño chiquito para que me compraran unos tenis que usaba, y también, recuerdo perfectamente el intermedio -cuando los había en el cine- de Space Jam y cómo me iba corriendo como escuicnle dolor de huevos a querer encestar cuanta basura me encontraba en el bote más cercano. Amaba a Jordan, pero también lo odié.Esas extrañas decisiones de la vida me hicieron ser un fan muy, muy pasional del Utah Jazz. Solo ese equipo dirigido por Jerry Sloan y que comandaba el 'Cartero' Karl Malone, secundado por su inolvidable pareja John Stockton, Jeff Hornacek, autor del 'tiro sudado' y el insoportable Gregg Ostertag, me podían hacer detestar al menos por unas horas al gran Michael Jordan.Sabedores de la historia, recordarán que el Jazz, mi Jazz, perdió dos finales consecutivas contra los Chicago Bulls, quizá, en el mejor momento de la carrera de Michael Jordan. Me ardí y casi lloré con aquella enorme finta a Bryon Russell que acabó en la canasta de Jordan para adjudicarse, no solo el sexto partido de aquella serie, sino el cuatro triunfo que les daba el anillo de campeonato.Lloré, pero entre mi niñez y pubertad pude comprender que había visto historia pura y que siempre iba a recordar la magia de un hombre que marcó un antes y un después en la NBA, y que por más Kobes, LeBrons o Currys que salgan, nadie igualará a Michael Jordan.Hoy, en medio de su cumpleaños 53, te presentamos cinco recuerdos de Su Majestad, el hombre que cambió la NBA:
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