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Esta atleta de E.U. opina cómo es esquiar por México en las Olimpiadas

"Gran parte de la familia de mi esposo se ha nacionalizado en Estados Unidos y están muy orgullosos. Ahora, yo estoy orgullosa de ser mexicana".

Cuando Sarah Schleper esquíe en los Juegos Olímpicos de PyeongChang en Corea del Sur, se convertirá en una de las tres mujeres en competir en cinco Juegos Olímpicos de Invierno como corredora de esquí alpino.

La originaria de Vail, Colorado comenzó su camino olímpico en 1998 como una esquiadora slalom tímida de 19 años. Desde entonces, ha acudido a siete competencias nacionales, subido a cuatro podios de Campeonato Mundial y tres Olimpiadas más representando a la bandera de Estados Unidos. A finales de esta semana Schleper culminará su carrera en las Olimpiadas de PyeongChang como mexicana.

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Siendo una de las tres esquiadoras representando a México en los Juegos de este año, Schleper admite que su capítulo final en el deporte ha sido cualquier cosa menos ordinario. Pero, después de casarse con el ciudadano mexicano Federico Gaxiola de Lama en 2009 y retirarse del equipo de Estados Unidos luego de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2010 en Vancouver, Schleper (oficialmente Schleper de Gaxiola) supo que necesitaba encontrar la forma de continuar con su carrera en el esquí.


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Siguiendo el consejo del amigo de la familia Hubertus von Hohenlohe, el príncipe alemán nacido en México que fundó la Federación Mexicana de Esquí en 1984 (y compitió en seis Olimpiadas representando el rojo, blanco y verde; es realmente su propia historia), Schleper decidió que la respuesta estaba en el país de origen de su esposo. Ella se embarcó en una búsqueda de varios años para representar a México en el escenario internacional.

En 2015, después de obtener la ciudadanía mexicana (un proceso que incluía vivir en México y aprobar un examen de español, entre otras cosas) y tener su autorización aprobada oficialmente por la FIS (Federación Internacional de Ski), Schleper cumplió uno de los regresos más improbables de su deporte. Ese año, esquió en el Campeonato Mundial en su ciudad natal de Estados Unidos, luciendo el traje colorido de México contra las potencias alpinas y sus ex compañeros de equipo Lindsey Vonn y Julia Mancuso.

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A diferencia de su época en el equipo de esquí de Estados Unidos, el sueño olímpico de Schleper de representar a dos naciones ha sido financiado por donaciones de amigos y familiares. A pesar de que ya se había clasificado para los Juegos, ese sueño casi se detuvo en junio de 2017, después de que se desgarró un ligamento durante su entrenamiento en Monte Hood de Oregon. Milagrosamente regresó a la nieve a tiempo para Navidad, entrenando y viviendo con sus dos hijos Lasse, 10 y Resi, 4 en el norte de Italia antes de los Juegos (se encontró con Federico en Corea del Sur). Ahora, a sólo unos días de su cumpleaños número 39, Schleper está lista para completar su misión, esquiando en el telón olímpico que ahora considera su hogar.

Traje de Día de Muertos de Schleper. Cortesía: Sarah Schleper

¿Cuál fue tu motivación para competir por México?
No sé si estar enamorada del país y la gente sea la motivación para competir por ellos, porque muy en el fondo mi motivo proviene de mi naturaleza competitiva, pero el hecho de tener una pasión por México y que mi esposo sea mexicano, me hace pensar que estábamos destinados a estar juntos. Es competir por amor al país.

¿Hay alguna historia de personas que hayan cambiado su nacionalidad para competir en las Olimpiadas?
Soy la primera esquiadora en hacerlo por México, pero hay pocas personas que han cambiado nacionalidad para competir. Uno de mis amigos, Kilian Albrecht, corrió por Austria en los Juegos Olímpicos de 2002 y luego se cambió a Bulgaria para el 2010, así que conoce todas las reglas detrás, eso nos ayudó.

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¿Cómo fue el proceso?
Tuve que acudir con el equipo de Esquí de Estados Unidos y pedirles que me liberaran para mantener mis puntos. Estuvieron de acuerdo, entonces mi caso llegó hasta una reunión con la FIS (Federación Internacional de Ski) para revisión y les emocionó que hubiera más países participando. Esa fue la parte más fácil, de hecho.

Cuéntanos sobre tu primer Campeonato Mundial como mexicana.
En realidad no sentí que estuviera compitiendo por México, porque estaba en casa y conocía a todo el mundo. El año pasado, en Suiza para el Campeonato Mundial, fue cuando lo sentí. Con todo el drama de las elecciones, había muchas personas preguntándome al respecto, así que me sentí muy orgullosa de unir a los dos países en lugar de dividirlos.


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¿Qué significan las Olimpiadas para ti?
Los deportes en general son sobre competencia y ser el mejor, pero creo que los Juegos Olímpicos son más que eso. Todos estamos ahí como países diferentes haciendo amigos y uniendo al mundo en nombre del deporte. Es una competencia en sentido pacífico para unir al mundo en un sólo lugar, me parece que no hay otro evento que haga algo parecido.

¿Recuerdas haber participado en las ceremonias de apertura con el equipo de Estados Unidos?
Es algo que ves en televisión cuando eres niño, pero cuando estás en el estadio caminando con un grupo de personas que han trabajado tan duro para estar ahí, es un sentimiento increíble.

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¿Qué tan diferente será este año?
Creo que esta vez será muy emocional, porque sé que serán mis últimas Olimpiadas y competiré por el país de mi familia. Es un equipo pequeño y estamos al centro del grupo. Soy una 'M' en lugar de una 'U', así que será muy diferente.

¿Alguien ha protestado por tu cambio de equipo nacional?
Algunas personas han publicado comentarios negativos en mi página de YouTube, pero nadie me ha dicho algo en la cara.

De cierta manera es un poco incómodo, porque no quieres ser falsa. Pero, a final de cuentas mi familia es mexicana, mi esposo es mexicano y mis hijos son mexicanos, yo soy parte de eso.

Gran parte de la familia de mi esposo se ha nacionalizado en Estados Unidos y están muy orgullosos. Ahora yo estoy muy orgullosa de ser mexicana; extremadamente orgullosa de lo que he hecho para llegar hasta acá. Nada puede quitarme eso, ninguno de esos sentimientos negativos. No me arrepiento, no me siento mal, sólo orgullosa.

¿Tuviste alguna duda en el proceso?
No, para nada. Quiero seguir y llegar a la sexta Olimpiada. No estoy segura de lograrlo, pero quizá haya una posibilidad.


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Después de años representando a Estados Unidos, ahora estás enfrentándote a ellos. ¿Cómo es competir contra tus compañeros de equipo?
A veces es difícil ver a mi antiguo equipo desde afuera. Ese equipo lo tiene todo. Es genial por ellos y me hace darme cuenta de qué tanto apoyo teníamos.

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A veces siento celos, así que debo recordar que se trata de estar contenta con lo que eres y haces y no necesariamente estar en otro lugar. En cuanto a competir contra Lindsey [Vonn] y Mikaela [Shiffrin] siempre es divertido.

Una de las principales narrativas de los Juegos Olímpicos siempre ha sido el orgullo nacional. ¿Cuál es tu posición como atleta que representa a dos naciones?
Obviamente tengo mis raíces en Estados Unidos, ahí nací y ahí me crió mi papá. Tuve un pasaporte de Estados Unidos primero y nunca soñé que tendría dos países, aunque no creo que mucha gente sueñe con eso. Pero entre más lugares ves y si te casas con algún extranjero, te da una sensación de orgullo muy diferente a donde naciste. Es como una decisión, escoges una nueva nación. En cierto sentido, siento que eso puede ser más fuerte que el orgullo que sientes por el país donde naciste.

¿Sientes que tienes que decidir?
No. Ahora sólo es mitad y mitad.

"A final de cuentas, mi familia es mexicana, mi esposo y mis hijos son mexicanos, yo soy parte de eso". Foto cortesía de Sarah Schlepper.

El mundo ha cambiado mucho desde que comenzaste tu camino migratorio, ¿cómo se siente ser una atleta mexicana que vive en Estados Unidos?
En definitiva es algo difícil. La política como que me enferma, cuando una persona o una comunidad hace menos a otra y los considera inferiores, me molesta mucho. Me siento un poco avergonzada.

¿Tu historia ayuda o afecta a la situación?
Es difícil decir el impacto que una acción individual puede tener, pero creo que hace que la gente hable y cuestione el orgullo nacional, la diferencia entre razas y culturas.

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En ciertos aspectos, creo que lo que Trump está haciendo —con la segregación, el clasismo y el sexismo— hace que la gente abra sus ojos. Tuvimos una revolución cultural enorme en los 60 y 70, así que tal vez este salto al pasado nos de un gran impulso hacia adelante.


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¿Qué estás haciendo para ayudar a la comunidad esquiadora de México?
Como Vail tiene un flujo de esquiadores mexicanos tan grande y como califiqué para el equipo y tenía la ciudadanía mexicana, ha sido un fluir natural para ellos venir a través de mí y aprender del esquí. La comunidad que vive en Vail tiene acceso directo conmigo, me han visto en la TV y me piden ayudar a sus hijos.

Ahora, estoy trabajando con tres familias que se mudaron de la Ciudad de México. Estos chicos tienen potencial.

Espera, ¿empezarás un programa de esquí mexicano en Vail?
Sí, bueno, es el objetivo final. Obviamente, se trata de romper barreras, pero creo que es algo que podemos conseguir. Finalmente, y podría no ser en Vail, me encantaría tener un espacio donde la gente pueda vivir, entrenar, comer y estudiar. Sería genial poder ofrecer algo así. Algunas familias en la zona estarían interesadas en hacer que eso suceda.

¿Tus hijos serán parte del equipo Mexicano de Esquí?
A veces Lasse entrena con nosotros en verano. No quiere ser corredor, pero es un excelente esquiador. Estoy segura de que competirá por México. Es un camino largo, pero hay oportunidades.