De la NBA a J Balvin: el básquet fashionista
Foto cortesía de Kevin Couliau

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De la NBA a J Balvin: el básquet fashionista

¿Cómo fue que la estética del básquet aterrizó en nuestras tierras? Acá un breve recorrido histórico por cómo este deporte marcó al mundo de la moda.

Lebron James, Dwayne Wade, Amare’estoudmire, Kobe Bryant o James Harden no son solo ídolos del básquet estadounidense. Hoy en día son y se proyectan como íconos de estilo masculino: aparecen en las portadas de revistas como Vogue o GQ, asisten a desfiles en las semanas de la moda y son invitados a una de las alfombras rojas más conocidas del mundo de la moda, la gala del MET. De hecho, Lebron James fue el primer hombre afroamericano en salir en la portada de la revista Vogue. Si bien esta fue criticada por la forma agresiva y salvaje como se representó a esta estrella del básquet, la portada puso oficialmente en el mapa a los basquetbolistas como influencias en el mundo de la moda.

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Julius ‘Dr. J’ Erving | Vía Wikimedia Commons

Portada de la revista 'Vogue' con Lebron James y su estilo deportivo

Pero este poder como influenciadores fashionistas que los jugadores de la NBA ostentan hoy, no salió de un salto. Viene de una larga historia de romance y odio entre la moda y el baloncesto en Estados Unidos. En los años setenta, por ejemplo, a Julius ‘Dr. J’ Erving se le veía fuera de la cancha con su afro, pantalones anchos, camisas abotonadas con cuellos altos, gafas grandes y botines de tacón. En esa misma época, Artis Gilmore popularizó el uso de abrigos de pelo en las calles.

Allen Iverson y Michael Jordan hicieron lo suyo a finales de los ochenta, principios de los noventa, con un estilo que marcó por mucho tiempo la estética del básquet. Iverson fue el exponente de los pantalones anchos y caídos, las camisetas oversize deportivas, las cadenas, los do-rags, las trenzas y las gorras.

Jordan firmó el contrato que nos traería los Air Jordans al futuro en 1984. Este primer par se hizo en tonos blancos, negros y rojos, en contra de las reglas de la NBA. Por eso, por cada juego en que los usara le cobraban una multa de 5.000 dólares, que la marca costeó. Inversión que aún hoy sigue dando frutos. Su reconocida silueta high top, por mucho tiempo expresión máxima del básquet fue éxito entre los fans. Tanto, que los Air Jordans hoy son acreditados como uno de los fenómenos que llevó a la cultura sneaker. Además, el estilo de Jordan en la cancha en los noventa también contribuyó a la tendencia deportiva que devino en el athleisure. Sus shorts amplios se convirtieron en tendencia. Algo que era funcional en un principio: porque usaba los shorts de North Carolina debajo de los de Chicago Bulls, se convirtió en un ícono de estilo. Además, Jordan aparecía en las ruedas de prensa con trajes italianos oversized, a la moda de la época.

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Michael Jordan, que inspiró el estilo comercializable de los zapatos del basquetbol | Foto vía usuario de Flickr mccarmona23

Pero la era de vestirse como quisieran llegó a su final con el código que impuso David Stern en 2005. Para separar a sus basquetbolistas de la cultura del hip-hop y rap en esa época asociados equívocamente a la delincuencia, Stern determinó que estos debían aparecer en blazers o chaquetas deportivas; camisas o sacos cuello tortuga; jeans o pantalones elegantes; y zapatos presentables. Las barbas, los tatuajes y peinados se presentaron entonces como una oportunidad para hacer de este dictamen algo propio.

Hoy, con mucha más libertad, el uso de Instagram y la conexión directa con diseñadores y editores, los jugadores se han vuelto faros de estilo por derecho propio. Kobe Bryant, Kevin Durant, Russell Westbrook y Lebron James han sido todos portada de la revista GQ. Bryant es el rey del traje, perfectamente entallado. Westbrook es más arriesgado y casual: las gafas nerdy, los estampados y colores vívidos; la chaqueta bomber y los sneakers son su constante. En la mitad está Lebron James con su estilo preppy relajado y sus audífonos beat.

Pero el amorío entre el básquet y la moda no se agota en estos especímenes de cuerpos perfectos y marcas curadas casi tan bien como la de Jay Z. Mientras ellos miran las pasarelas, estas emulan los símbolos del deporte que representan.

Corría el año 2014. Era la temporada otoño invierno y Riccardo Tisci era el jugador estrella. El baloncesto y la bauhaus eran sus jugadas predilectas para esta colección. Hoodies, chaquetas, sacos y camisas estampadas o atravesadas por cremalleras con patrones que asemejan las pelotas de básquet; cachuchas, pantalones de sastrería de bota ancha; chalecos de pelo con la forma de jerseys; sacos tejidos en forma de red inspirados en el aro; esas fueron las piezas con las que Tisci trazó la cancha en la pasarela.

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Ese mismo año, The Sartorialist uno de los blogs más reconocidos de street style, publicó una entrada con mujeres vestidas con shorts de basketball en las semanas de la moda de París, Milán y Nueva York. Los combinaban con crop tops, chaquetas bomber, blusas, sacos, birkenstocks o sneakers.

Jeremy Scott también bebió de las aguas de la NBA. Hizo un vestido que era una suerte de chaqueta bomber y un conjunto de crop top, bomber y minifalda, que resultaron en una forma literal de usar el balón de basket como inspiración en la colección femenina de 2014.

La marca Fear of god, por su lado, lanzó una cápsula inspirada en este deporte en 2016 titulada 1987, por la final de ese año de la NBA en la que los Boston Celtics perdieron contra los Los Angeles Lakers. Shorts, medias, chándales, jerseys y chaquetas en verde y blanco, con el logo del equipo, fueron su forma de dar un salto de tigre al pasado y traer el juego al presente.

Fear of God's 1987 Collection | Vía Highsnobiety

Así también, John Eliot atravesó la canasta en la colección de aniversario de los diez años de su marca. El diseñador fue jugador de básquet en su juventud. Por eso, esta colección se inspiró en los viajes que realizaba a otras escuelas y cómo intercambiaba prendas con otros equipos, desde sudaderas hasta jerseys. Parkas de nylon, chándales, sudaderas y trajes con cuello tortuga hicieron parte de la propuesta inspirada en los viajes de su infancia.

Finalmente, Alexander Wang ha colaborado con Adidas haciendo cápsulas de prendas y zapatos. Su espíritu disruptivo y unisex se unió al legado de la marca para hacer una colección que borrara los límites entre la moda y la calle. Uno de los pares de sneakers de dicha colección fueron inspirados en el basket: estos tienen una silueta retro, high top, tricolor, con suela de caucho.

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Hoy, en la calle y las pasarelas, el athleisure ya es una tendencia consagrada: hoodies y sneakers para ir al trabajo, tennis con faldas new look, chaquetas bomber con vestidos largos, sudaderas con blazers. Combinaciones que se han vuelto parte del paisaje de nuestro día a día, de las pantallas de nuestros celulares y de las personas que vemos cruzar todos los días la séptima.

En Colombia, particularmente, el básquet ha influenciado la moda gracias a la globalización, a la posibilidad de que pudiésemos seguir los partidos y a las estrellas internacionales desde la comodidad de nuestras casas. Porque, a decir verdad, integrantes de la selección para la Copa América de Baloncesto 2017 como Stalin Ortíz Quiñones o Leonardo Salazar Rentería podrán ser unos ases de la cancha pero no lo son del guardarropa. No han dado el salto a convertirse en marcas de estilo de vida y por ende no han llegado al nivel del fenómeno de entretenimiento y moda que son los jugadores de la NBA.

Pero la estética del básquet importada la hemos apropiado acá de otra manera: en Medellín, en los noventa, por ejemplo, los raperos usaban, entre otras cosas, camisetas con logos de equipos de baloncesto de Estados Unidos, además de accesorios grandes, gorras y anillos, un poco a lo Allen Iverson —quien también estuvo influenciado por el hip-hop y el rap—.

Hoy en día también el rapero Kase.O usa Air Jordans 6, chompas y capuchas, aunque es más bien discreto en colores y no suele usar accesorios. J Balvin, cantante de reggaeton e invitado especial a desfiles de Chanel, también ha trazado un estilo propio que se alimenta de la estética deportiva: chaquetas bomber con camisas XL o shorts de baloncesto bajo y un suéter blanco accesorizado con una cadena dorada, son ejemplos de looks que ostenta el exponente del reggaeton colombiano que tiene guiños del básquet.