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spring training 2017

Por la puerta de al lado: Héctor Velázquez y el otro camino para llegar a Grandes Ligas

Con 28 años y una cifra de venta baja, el mejor lanzador en México busca sumplir un sueño
Foto: Twitter @MVPHector

Héctor Velázquez es el mejor lanzador del momento en México. Está en la cúspide; podría pedir aumento considerable de salario en su club de la Liga Mexicana, los Piratas de Campeche y quedar cómodamente como la nueva estrella. Sin embargo, Héctor ha decidido dejar todo para perseguir su sueño: jugar en Grandes Ligas.

Tuvo un gran año 2016, tanto en Liga Mexicana de Beisbol en verano como Liga Mexicana del Pacífico en invierno. Entre las dos ligas, sumó 14 triunfos y 4 derrotas, y luego vino una solida actuación en la Serie del Caribe, donde lo seguían varios scouts de Grandes Ligas. Fue ahí, en Culiacán, que le llegó la oportunidad ansiada: los Red Sox de Boston lo firmaron con una invitación a su campo de entrenamiento.

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El pasado domingo, Velázquez salió a su primera cita con la loma ya enfundado como Red Sox y no lo hizo mal. Lanzó durante dos innings con una cifra límite de 30 pitcheos por ser su primera salida de la pretemporada, permitió 3 hits y 1 carrera limpia, además entregó una base por bolas y recetó 4 ponches. Sus pitcheos estuvieron mostrando profundidad y buen comando.

Primera vez lanzando para un equipo de Estados Unidos y en spring training de grandes ligas! Que sensación tan bonita!

— Héctor Velázquez (@Hvelazquez38)26 de febrero de 2017

Al principio un poquito nervioso pero nada que no se pudiera controlar, ahora a seguir trabajando para mejorar, gracias a todos!!

— Héctor Velázquez (@Hvelazquez38)26 de febrero de 2017

Velázquez tiene 28 años y no llega a Estados Unidos por la puerta de enfrente. En realidad, parece hacerlo por la puerta de al lado, por la de emergencia. No ha llegado como la gran mayoría de los ligamayoristas mexicanos que son firmados desde la adolescencia por los clubes de Estados Unidos. La ruta natural es cuando un joven de 13 o 14 años empieza a mostrar las cualidades atléticas y su físico empieza a prometer talento sobresaliente a partir de los 16. Es en ese momento que llegan las firmas para ir a Estados Unidos.

Héctor, por el contrario, tuvo que hacer carrera en México. Reinventarse constantemente antes de alcanzar la cúspide y llamar la atención de Estados Unidos. Comenzó como jardinero, y luego le recomendaron convertirse en lanzador. Fue como empezar de nuevo, aprender nuevas cosas, soñar otros caminos. Era un buen lanzador, sólido y confiable. Pero hasta ahí. Fue entonces que bajo la asesoría de su compañero José Pablo Oyervidez, aprendió un nuevo lanzamiento en el verano de 2016: el split finger, el pitcheo de dedos separados.

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El split finger es un cambio de velocidad que lleva el efecto de caerse en el último instante antes de llegar al bateador. Bien lanzado es desvatador. Es un pitcheo ponchador. Tan pronto como Héctor dominó el lanzamiento, se volvió un lanzador letal por la confusión que crea en los bateadores cuando lo mezcla con su recta cortada y su slider. De ser aquel lanzador bueno, sólido y confiable, Héctor Velázquez pasó a ser un caballo, un puntal de la rotación. Sus números de ponches se dispararon. De 106 ponches que había conseguido en ambas ligas en 2015, la cifra se disparó a 207 en 2016, ya con el nuevo pitcheo en su arsenal.

"Creo que nuestros scouts internacionales hicieron un gran trabajo", dijo a MassLive Brian Bannister coach de pitcheo asistente y analista de lanzadores. "Obviamente, tuvo un gran año en la Liga Mexicana. Lanzó muy bien y dio un paso al frente. Por el video que vi, parece que agregó un split finger que tiene profundidad y eso le está dando a los bateadores un engaño único, y parece que sabe secuenciarlo muy bien y mueve la pelota (por la zona de strike). Estoy emocionado de conocerlo más".

Y eso fue precisamente lo que más llamó la atención en su debut en pretemporada con los Red Sox. "Parece que Velazquez tiene un movimiento vertical bastante bueno en sus pitcheos", opinó Laser Show en el foro Sons of Sam Horn, uno de los grupos más conocedores de la actualidad de los Red Sox. "Ese split finger-cambio-tenedor-o lo que sea, parece que puede ser bastante malévolo", opinó nValvo.

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John Farrell, el mánager de los Red Sox, también tuvo elogios para la actuación de Velázquez.

"Una mecánica muy eficiente. Repetitiva. Lanzó strikes", dijo Farrell. "Había una profunidad decente en su recta cortada, y en su slider. Se vio muy cómodo en la loma a pesar de apenas haberse integrado al campamento y subir a la loma en un ambiente de juego en apenas tres semanas. Tiene el beneficio de haber lanzado en invierno. Fue una buena actuación de dos innings para él".

Más elegante no se podría ver el mexicano — Red Sox Data (@RedSox_Data)25 de febrero de 2017

El split finger fue la reinvención para Héctor Velázquez. Y de pronto, el lanzador que ya había sido descartado para ir a Estados Unidos, cobró nueva vida, y generó un nuevo interés. El sueño de llegar a Grandes Ligas también se renovó, y Héctor quería llegar como fuera, aun con un precio bajo.

Y es que para el caso específico de México, cuando un equipo de Grandes Ligas se interesa en un jugador que actúa en la Liga Mexicana, el club estaodunidense debe comprar al jugador, y el club mexicano le entregará un porcentaje de la venta al pelotero. La cifra usualmente es de varios cientos de miles de dólares, y en los prospectos adolescentes más atractivos llega a alcanzar uno o dos millones de dólares. En el caso de Velázquez, ya con 28 años, los Red Sox pagaron apenas 30,000 dólares, según le reveló una fuente al diario Boston Herald. El contrato, según el mismo diario, tiene cláusulas con las que Velázquez y los Piratas de Campeche pueden ganar más dinero, en base a la cantidad de días consecutivos en que el jugador se mantenga en el roster del equipo grande.

La misión de quedarse no es facil. Los Red Sox tienen una rotación sólida de abridores, y lo más probable es que Velázquez se mantenga en la sucursal Triple A en Pawtucket. Quizás en septiembre, cuando se expanden los rosters, o antes, si se da una lesión, sea cuando el lanzador mexicano pueda debutar en un juego oficial.

Pero, por lo pronto, Héctor Velázquez es todo sonrisas. La vida, y su brazo, le han dado una nueva oportunidad. Él sabe que está tomando el camino más largo y sinuoso para llegar al mejor beisbol del mundo. Sabe también que está dejando una posición de rey en México, para luchar como uno más. Ha decidido ser un migrante. Pero Velázquez es el hombre sin prisa, el que se lanza al vacío y en el aire construye su paracaídas. Como en sus años de carrera, Héctor se ajustará a la situación. Se reinventará.

Que sea difícil no significa que sea imposible, que sea imposible no significa que vas a rendirte.

— Héctor Velázquez (@Hvelazquez38)16 de enero de 2016