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Récord y Colón, los clubes que dieron vida a 100 años de historia americanista

Así nació uno de los clubes más exitosos del continente y el más divisivo en la historia de México.
Foto: Club América

Este artículo fue publicado originalmente el 12 de octubre de 2015, con motivo de la conmemoración de 99 años del Club América.

No es casualidad que si el futbol moderno se desarrollara en los colegios de Inglaterra, en las últimas décadas del siglo XIX y que fuese en ese entonces y en una escuela mexicana donde naciera justamente uno de los clubes mexicanos más polémicos del futbol.

En nuestro país, hacía pocos años que había estallado la revolución, lo que obligó a muchos extranjeros a dejar México, entre ellos algunos de los futbolistas británicos que tanta sensación habían causado. La colonia inglesa primero y luego la española, lograron acercar al futbol a gran parte de la población. El auge desatado fue extendiéndose sobre todo entre la sociedad capitalina y en poco tiempo en la mayoría de los colegios particulares se jugaba futbol.

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Hacia 1916, eran varios los equipos formados en los colegios particulares, sobre todo de la ciudad de México. Uno de ellos fue el Colegio Mascarones, en donde un alumno decidió que su equipo llamado "Récord" —que había ganado prácticamente todo en los torneos interescolares en los que participaba— estaba preparado para la competir en la Liga más importante de la ciudad, en donde jugaban equipos como el Club España, el México, el Pachuca Athletic Club y el Reforma Athletic Club. En la aventura, lo acompañaba su primo Germán Núñez Cortina.

Rafael Garza Gutiérrez, comenzó a patear una pelota ya entrados los 12 años y se enamoró del deporte que con el paso del tiempo le traería grandes satisfacciones. Integrante de una familia de clase media, estudió en el Colegio Mascarones, en la colonia Santa María la Rivera, donde hizo grandes amigos que compartían su gusto por el futbol. Su pasión por este deporte los llevó a formar un equipo y siendo el capitán del mismo, se le conoció siempre por el sobrenombre de "Récord".

La primera reunión del equipo que quería participar en la Liga Mayor, se dio en la calle de Alzate en el número 136, en la casa de doña Calixta Cortina viuda de Domínguez, quien vivía a unas cuantas cuadras del colegio y a la que todos cariñosamente conocían como "La Tía Calita", en realidad, era tía de Germán.

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Los asistentes a la primera reunión fueron los hermanos Germán y Eduardo Núñez Cortina, Rafael Rosales, Luis y Carlos Brehm, José de la Garza, Leobardo Salido, Manuel de la Garza, Jorge Pereda, Francisco y Adrián Orive y el mayor de todos, Florencio Domínguez Cortina, hijo de doña Calita.

A la par, en otro punto de la ciudad, en el colegio marista de la Perpetua se había formado también un equipo de futbol al que llamaron Colón. Contaba con pocos jugadores y a veces no juntaban los once reglamentarios, así que era hasta cierto punto menos disciplinado que el Récord.

Las ventajas que tenía el Colón es que contaba con un instructor y con dinero suficiente para comprar uniformes de futbol. El entrenador de nombre Eugenio Cenoz, atleta de varias disciplinas, les propuso unirse a otro equipo a fin de que siempre pudieran tener disponibilidad de jugadores y ser más competitivos. Con el Colón, participaban entre otros Alfonso Sordo Noriega, Luis Fabré e Ignacio "Nacho" de la Garza, este último, primo de José y Manuel de la Garza, ambos integrantes del Récord, por lo que propuso que este equipo podía ser el de sus primos.

Cenoz encargó a Nacho de la Garza que hiciera la propuesta de la fusión a los integrantes del Récord. El conjunto de Mascarones contaba con grandes jugadores, pero los implementos del juego eran escasos, incluyendo los balones. Los de la Perpetua, en cambio, aunque con pocos jugadores, disponían de varios metros de tela para confeccionar los uniformes y tenían dos balones ingleses de gran calidad.

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Ambos equipos decidieron que la fusión les convenía y se reunieron un día de asueto en los llanos de la Condesa. La fecha, obra del destino, fue el 12 de octubre de 1916. Ahí, entre varias propuestas, ganó la realizada por Pedro "Cheto" Quintanilla, quien sugirió el nombre de "América", por ser aquel día de reunión la celebración el descubrimiento del llamado nuevo mundo.

El día en el que en la casa de la tía Calita nació el equipo Récord, también lo haría el que sería el color definitivo del América durante toda su vida. Rafael Garza Gutiérrez, uno de los más entusiastas jugadores del conjunto tomó del armario de su padre unos viejos pantalones de casimir azul marino y los cortó justo a la altura de las rodillas, para confeccionar un short que serviría de uniforme.

Como playera de juego, utilizó la vieja camisa del Colegio. Esta era en color amarillo claro de mangas largas y botones al frente. La de Rafael ya había visto pasar sus mejores días en las fiestas escolares, por lo que mostraba el desgaste propio dándole un color crema a la misma y que sería el distintivo del equipo.

Al unirse ambos conjuntos, el Récord y el Colón, decidieron mantener los colores como los del nuevo equipo naciente. Aquel día 12 de octubre de 1916, también vería la luz el mayor símbolo del equipo: su escudo.

Al presentar su propuesta del nombre, Pedro "Cheto" Quintanilla la acompañó de un bello dibujo del continente americano que, resaltado por los colores del uniforme, complementaba un magnífico conjunto.

Los colores azul y crema, acompañados por el escudo, representan el sueño de un grupo de jóvenes mexicanos que con el correr de los años se ha convertido en la realidad de millones de fieles seguidores que tienen presente en estos colores la ilusión de un futbol diferente al del resto de los equipos del balompié nacional, el América…