Manifestantes iraquíes nos cuentan qué opinan sobre el asesinato de Soleimani

Desde principios de octubre de 2019, decenas de miles de manifestantes han estado saliendo a la calle para protestar por la corrupción en Irak y el intervencionismo de Irán en la política del país vecino. ¿Qué opinan los ciudadanos de las tensiones recien
qassem soleimani
Foto: Getty Images 

Este artículo se publicó originalmente en VICE Arabia.

La mañana siguiente a la muerte del general Qassem Soleimani en un bombardeo de las fuerzas aéreas estadounidenses, las redes sociales ardían con noticias sobre la Tercera Guerra Mundial. En el ataque, dirigido al Aeropuerto Internacional de Bagdad, en Irak, también murió Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las milicias conocidas como Fuerzas de Movilización Popular (PMF) y otras ocho personas.

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Soleimani era comandante de la Fuerza Quds —una división del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC)— y se lo consideraba la segunda persona más poderosa de Irán, después de su líder supremo, el ayatolá Jamenei.

Los rumores de una Tercera Guerra Mundial, aunque exagerados, respondían a la expectativa real de que Irán reaccionaría de forma violenta a los asesinatos. Tras este episodio, los acontecimientos se sucedieron rápidamente. El domingo, el parlamento iraquí votó para expulsar a las tropas estadounidenses argumentando que el bombardeo constituía una violación de la soberanía del país. El miércoles, la IRGC dirigió 22 misiles a dos bases norteamericanas que albergaban tropas desplegadas en Irak. “Ha comenzado la encarnizada venganza de la Guardia Revolucionaria”, manifestaban en un comunicado emitido por Telegram. Ese mismo día, Jamenei advertía de que la contraofensiva con misiles no era una “respuesta suficiente” a la muerte de Soleimani.

Antes del ataque con misiles iraníes, el Gobierno de Estados Unidos ya había anunciado que enviaría 3500 soldados de refuerzo a Oriente Próximo y exigió a los ciudadanos estadounidenses que se hallaran en Irak que abandonaran el país de inmediato. Tras el bombardeo, Trump publicó en Twitter que todo iba bien y reiteró que los Estados Unidos seguían poseyendo el mayor ejército del mundo. La tarde del miércoles, el presidente estadounidense pronunció un discurso televisado dirigido a la nación en el que daba a entender que, por el momento, las tensiones parecían haberse rebajado.

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Mientras las potencias toman decisiones sobre los derroteros que tomará la relación entre EUA e Irán, la situación del Irak sigue siendo muy compleja. Desde principios de octubre, una marea de decenas de miles de personas han tomado las calles para manifestar su descontento. Al principio, el movimiento surgió para denunciar la corrupción institucional y la injerencia del Gobierno iraní en la política de Irak, pero el asesinato de Soleimani supuso un punto de inflexión. Muchos iraquíes temen ser arrastrados a una guerra indirecta entre Estados Unidos e Irán, mientras que otros ven la muerte de Soleimani como un suceso positivo.

Fui a las manifestaciones del día después del asesinato de Soleimani y a las del miércoles para preguntar a los asistentes qué creían que significaba todo esto para el futuro del movimiento.

Montazer Mahdi, un iraquí de 35 años que ha acudido a todas las protestas convocadas en Bagadad desde octubre, me dijo el sábado que no cree que la muerte de Soleimani afecte a las manifestaciones: “La muerte de Soleimani, que calificaba a los protestantes de ‘saboteadores’, no afectará al futuro del movimiento popular. Al contrario, seguiremos con las protestas y exigiendo nuestros derechos”.

El activista de 26 años Ahmed al-Khatib, de Nasiriyah, con quien hablé el miércoles, no opina lo mismo. “La muerte de Soleimani ha provocado una fisura entre los manifestantes”, asegura, y añade que, al margen de las estimaciones geopolíticas, muchos chiitas iraquíes respetaban al general por su apoyo a la lucha contra el Estado Islámico. Al-Khatib cree que estas divisiones han debilitado al movimiento: “Se ha perdido impulso, al menos por ahora”.

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El día posterior a la muerte del general, el joven iraquí de 24 años Mohamed Qassem, originario de la ciudad de Basra, aseguró que, para él, la muerte de Soleimani era una “victoria”, y añadió que la noticia le hacía tan feliz como en su momento le alegró saber que habían matado al líder del Estado Islámico de origen iraquí Abu Bakr Al Baghdadi. “Ambos han provocado la muerte de miles de iraquíes”, dijo. “Todo el mundo debería saber que Irak es para los iraquíes, y a los Estados Unidos e Irán les digo lo siguiente: quien quiera empezar una guerra, que abandone el país y luche en otra parte”.

Irán ha hecho sustanciosas inversiones para financiar misiones militares de los grupos paramilitares chiíes en Oriente Próximo, incluidos Siria, Irak, Líbano y Yemen, con el objetivo de decantar las estructuras de poder locales a favor de Irán sin recurrir a la intervención militar directa. Soleimani era el principal estratega de estas operaciones. Su legado, la división militar Fuerza Quds, desempeñó un papel muy importante en la ejecución de esos planes.

“La presencia de Soleimani en Irak era tan legítima como la de los expertos estadounidenses o de otros países”, señaló el sábado Aly Abdel Salam, un joven de 28 años. Para él, la ofensiva estadounidense supuso una violación de la soberanía de Irak y del acuerdo de seguridad entre ambos países. “La muerte de Soleimani supone una escalada de las tensiones y las complicaciones no solo en Irak, sino en toda la región… Es imperativo deshacerse de los Estados Unidos, porque no muestran respeto alguno por la soberanía iraquí”.

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El mismo día, Haider al-Shami, de 31 años, lamentaba la muerte Abu Mahdi al-Muhandis: “Puede que Soleimani se lo mereciera, pero bajo ninguna circunstancia debieron matarlo en suelo iraquí. Lo que lamento es la muerte de al-Muhandis, quien tuvo un papel importante en la liberación de muchas regiones iraquíes del control de Estado Islámico. Hay una diferencia entre las milicias que han asumido el poder para matar iraquíes y aquellos que se sacrificaron y lucharon por el país”.

Más tarde, ese mismo día, hablé con Mousa, un estudiante de máster de 28 años que cree que la muerte de Soleimani refleja la locura que estamos viviendo y la falta de control de las convenciones internacionales establecidas al término de la Segunda Guerra Mundial. “La forma en que mataron a Soleimani, cuando salía del aeropuerto en un país supuestamente soberano, no es ética ni legal, y da miedo”, me aseguró. Dijo también que Soleimani tal vez fuera una figura controvertida, pero ningún país ha acarreado peores consecuencias para Irak que Estados Unidos. “Entre Irán y Estado Unidos, estoy, en primer lugar y por encima de todo, en contra de Estados Unidos. Su invasión es el origen de todos los males de Irak. No se puede arreglar todo lo que los americanos han destruido antes de abandonar Irak para siempre”.

Tras la reciente contraofensiva de Irán a las bases estadounidenses en Irak, Ahmed al-Khatib me dijo que cree que las cosas se calmarán. “No creo que Estados Unidos vaya a responder. Nadie quiere que estalle una guerra”, añadió. “La respuesta de Irán fue muy calculada y no hubo bajas. Además, Trump lo confirmó en su discurso. Lo peor es que Irak será el que salga perdiendo con todo esto”.

A Ali Karim, un joven de 24 años de la provincia de Basra, le preocupa que los acontecimientos del fin de semana pasado lleven a sanciones económicas contra Irak, tal como Trump dejó entrever después de que el parlamento iraquí decidiera expulsar a las tropas estadounidenses. “La imposición de sanciones económicas a Irak implicaría un déficit enorme en el erario público: sufriríamos una situación económica peor que el bloqueo económico que impuso Estados Unidos a Irak en los 90”, dijo Karim. “Por aquel entonces, la agricultura y la industria iraquíes estaban mucho mejor, pero hoy Irak depende por completo del petróleo, lo cual es un gran problema”.

Karim también cree que el parlamento iraquí se equivocó al expulsar a las tropas norteamericanas, ya que lo ve como una reacción a la muerte del general, más que una jugada que beneficie al interés de Irak. “No apoyamos a Irán ni a Estados Unidos”, dijo. “Queremos ser amigos de todos, no queremos ponernos del lado de nadie a expensas de la vida y la soberanía del pueblo iraquí”.