La pesadilla inmobiliaria del mes: el zulo con el casero más exigente de Madrid

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España. Si te has topado con algún palacio similar, escríbenos a esredaccion@vice.com.

Buscar piso puede llegar a ser algo tan desagradable como estar en la cola del banco y notar que el señor que tienes detrás roza su barriga en tu espalda esporádicamente. Y al darte la vuelta advertir que lleva la camiseta llena de lamparones de sudor. Hoy no nos vamos a fijar tanto en el contenido (que ojo, es una auténtica aberración de lugar), como en el continente. Porque hay pisos muy malos, pero también hay caseros que logran que pasen de ser malos a pésimos.

El otro día, un amigo que se encuentra en plena búsqueda de piso, me contó una anécdota tremenda. Visitó un piso y le gustó mucho, era el primero en verlo, le dijo al arrendador que se lo quedaba sin dudar y el dueño le tomó la palabra. Después llegó otra visita que ya estaba programada y también les gustó el piso. Un rato después el casero llamó a mi amigo para decirle que le habían dado 400 euros de señal en el acto y que por lo tanto ya no le alquilaba el piso. El piso que os enseñamos es tan terrible que deja al casero de la historia que os acabo de contar como una persona honorable y de palabra.

¿Qué es?: Un bajo interior cuya cocina tiene un techo sospechoso de contener alguna sorpresa
¿Dónde está?: En el multicultural barrio de Lavapiés. Cerca de la calle Argumosa, una de las mejores rectas de bares y terrazas de Madrid. Estarás rodeado de kebabs y restaurantes hindúes, perfecto para sacar el máximo rendimiento al retrete del piso.
¿Qué se puede hacer por ahí?: Pilla muy cerca del Museo Reina Sofía o de la glorieta de Embajadores, tienes todo a mano, lo bueno y lo menos bueno.
¿Cuánto piden por esto?: Pufff… 550 euros al mes más dos meses de fianza. Además debes pasar los test de estrés financiero del BCE, presentar tu árbol genealógico (mínimo hasta la época de los Reyes Católicos), tus últimas cinco declaraciones de la renta y ser capaz de sacar billetes a la primera en la web de Renfe.

Uno lee las condiciones que exigen en este zulo y lo primero que piensa es que va a alquilar una de las cuatro torres de la Castellana. Luego empiezas a ver las fotos y lo primero que llama la atención es ver la ventana cerrada y la persiana bajada. ¿A dónde dará eso para que prefieran que esté cerrada? Eso ya huele regular. Si a eso le sumas que se trata de un bajo interior, pues no sería raro que esa ventana diese al garaje comunitario o a las taquillas de la Línea 3 del Metro. Que de hecho, no sería malo del todo.

"Preferiblemente contactar por email con una breve presentación". Claro, como si fuese a solicitar los Juegos Olímpicos de 2028. ¿Os lo mando en inglés y en árabe por si tenéis que mandárselo al jefe de Dubai? Que estamos hablando de un cuartucho con un sofá infecto, cuyo mayor atractivo son las dos botellas de vino abiertas que hay en la mesa de la cocina.

Es realmente indignante que al arrendatario se le exija tantísima transparencia cuando si uno rebusca bien en el anuncio encuentra más mentiras que en las descripciones de los concursantes de First Dates. "Cocina equipada y casa sin amueblar", ¿pero si en las fotos está amueblada? "Armarios empotrados", imagino que se refieren a los muebles de cocina, porque no sé ve ninguno más. Eso se llama cocina, no armarios empotrados.

Pero sin duda, lo peor de este anuncio es requerir solvencia al inquilino y a la vez evitar decirle que va a tener que dormir en un altillo encima de la cocina. Que eso incluso puede venderse bien: "cocina con varios ambientes, echa una cabezadita mientras tu pareja hace unas gambas al ajillo, disfruta de la experiencia completa". Y a ser posible que enseñen cómo se llega a la cama. Por supuesto tampoco cuentan que tu casera es Annie Leibovitz, una vez vista la fantástica instantánea que ha logrado hacer del baño.

Conclusión: El piso es regulero tirando a malo, pero con las mentirijillas y condiciones que intentan colarnos termina siendo infumable. Cuidado con la letra pequeña y con los altillos.

Si aún así te interesa el piso, échale un ojo aquí.