El Leicester vuelve a ganar y Claudio Ranieri no puede contener las lágrimas

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Es quizás la gesta más improbable de la historia del deporte y, para ser sinceros, está claro que es uno de los relatos de cenicientas más emocionantes del mundo del fútbol. El Leicester City FC volvió a ganar el pasado fin de semana ante el Sunderland AFC por 0-2 y aguantó su margen de siete puntos de ventaja respecto al Tottenham Hotspur FC al frente de la Premier League.

Dentro del sistema jerárquico de los miles de millones que inyectan anualmente los equipos ingleses para invertir en sus plantillas y el cuerpo técnico, el pequeño equipo dirigido por Claudio Ranieri se ha colado por la puerta grande en la élite y está ya muy cerca de conquistar el campeonato por delante de todos los pesos pesados del fútbol inglés.

La gesta está alcanzando tal magnitud que incluso un hombre veterano y curtido como Ranieri es capaz de dejar escapar alguna lagrimilla.

El hombre del partido frente al Sunderland fue Jamie Vardy, que volvió a demostrar su condición de killer dentro del área tras aprovechar dos carreras a la contra. En el primero, Vardy recoge un pase largo algo afortunado para definir de manera exquisita delante del portero del Sunderland

El segundo fue parecido. Vardy fue el más pillo, cazó a la defensa en plena siesta y esprintó en solitario tras deshacerse literalmente de un iluso defensa que se creía capaz de pararlo. Ante la salida del portero, Jamie se lanzó un autopase, superó al cancerbero y remató a placer con la portería vacía.

Ranieri lo celebró por todo lo alto. Con la plaza de Champions League asegurada, el italiano no pudo contener la emoción.

Cuando tu afición se queda un buen rato de más en el estadio del rival para felicitarte quiere decir que estás consiguiendo algo muy bonito.

¿Por qué no llorar? Claro que sí, Claudio, estáis consiguiendo algo precioso que merece llantos de alegría.