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el epílogo

El Epílogo: Dos prozacs, una tanda de penales y Colombia es tercero

La Copa América está por terminar, el anfitrión se quedó con el cuarto lugar y en Europa comenzaron los octavos de final con bastante sopor.

Dice el lugar común que superados los partidos obligatorios, empieza un nuevo torneo. Y ese nuevo torneo es, ante todo, una promesa. La fase eliminatoria promete cumplir con las expectativas emotivas que los encuentros de grupo no necesariamente satisfacen. Ahora, cada balón perdido es una posibilidad de garantizar la eliminación del rival. Y eso, en teoría, es emocionante. Para infortunio de todos, sucede muchas veces lo contrario —que la fase eliminatoria se rebela contra su promesa y niega cualquier tipo de emoción–. Debido a que cualquier pase errado es una catástrofe potencial, mejor entonces limitemos esas oportunidades. Ese fue el caso en dos de los tres partidos de esta jornada en la Eurocopa.

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Empecemos con el único partido cumplidor. Polonia salió al campo con la ligera soltura del favorito por margen reducido. Había empatado con Alemania y aunque Suiza hizo lo propio con el anfitrión, los polacos alineaban a unas cuantas figuras más. El primer tiempo fue de Polonia. Un gol del trágico Błaszczykowski por en medio de las piernas del arquero daba confianza y soltura. El segundo tiempo fue todo suizo. Shaqiri, la terna promesa, empató el partido con una descomunal chilena a la base del poste. Aguantaron así todo el tiempo extra —llegadas fallidas, más del cuadro alpino que el polaco— hasta el silbatazo final. En los penales, Lewandowski y compañía, impecables. Los suizos, para su mala fortuna, erraron solo uno. Con ese fue suficiente. Polonia va contra Portugal.

Portugal, el decepcionante, el que se esperó hasta los últimos cinco minutos del último tiempo extra para sacarle del bolsillo un partido empantanado a Croacia. Este fue uno de los partidos que no cumplieron con su promesa. Tan no lo hicieron que incluso las estadísticas oficiales lo confirmaron: durante los noventa minutos no hubo un solo remate al arco. Varios que salieron desviados, en ambas metas —más en la meta lusitana, que los de la casaca de mantel de fonda fueron los únicos que propusieron juego—. 117 minutos de mirar el reloj, de silenciar la televisión, de hacer tantas otras cosas sin la menor posibilidad de influir en ese sopor. A tres minutos del final, un acierto del arquero croata ante CR7, pero el rebote ingrato fue a caer a los pies de Quaresma. 1-0. "El mejor equipo se va a su casa", dijo Rakitic al terminar el partido.

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La jornada europea la abrió el duelo de casi vecinos ancestrales, Irlanda del Norte contra Gales. El partido no fue aburrido, pero sin duda fue limitado. Gales jugó a menos de lo que sabe, e Irlanda del Norte hizo todo lo que pudo. Para que la herida sea aún más dolorosa, el gol que separó a los norirlandeses del papel de proverbial caballo negro fue un autogol. Le queda a Gales, quizá, ese rol si logra superar al que le toque del Bélgica – Hungría.

En el continente de enfrente, la Copa América está a punto de terminar. Ya se jugó el partido que nadie quiere jugar y el que muy pocos quiere ver: el que define al tercero y cuarto lugar. En cuanto a nivel de juego, por lo general tienden a ocupar un escalón por debajo de los partidos de homenaje a alguna figura en retiro. Este no fue así gracias a que Carlos Baca, atacante superlativo que pasó con notable ausencia de gol en esta Copa marcó el único tanto a la mitad del primer tiempo. Lo que siguió fue una buena dosis de oportunidades que Ospina atajó eficiente.

Este partido, tanto anfitriones como cafeteros, sí lo quisieron jugar. Hasta dos expulsados hubo al final del partido.

Para hoy, la gran final de la Copa América y en Europa, el anfitrión Francia juega contra Irlanda; Alemania se mide con Eslovaquia y Hungría contra Bélgica.