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Cómo el Wing Chun ayudó a Robert Downey Jr. a superar sus adicciones

Para algunos, practicar un arte marcial no sólo es una experiencia que cambia la vida; es algo que la salva.

Imagen vía You Tube.

Las artes marciales pueden mejorar la vida de una persona de muchas formas. En el caso del luchador ocasional pueden ser un pasatiempo divertido y una manera de conocer nuevos amigos. En el del estudiante más dedicado, pueden enseñar disciplina, ayudar a crear una nueva familia y, quizá, convertirse en una nueva carrera o vocación. Para otros, sin embargo, practicar un arte marcial no sólo es una experiencia que cambia la vida; es una experiencia que la salva.

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El actor Robert Downey Jr. comenzó a experimentar con las drogas cuando era niño. Antes de cumplir diez años, ya fumaba marihuana con el permiso de su padre. En adelante, sólo aumentó el consumo de sustancias ilícitas. Pasó casi veinte años luchando contra sus adicciones, acumulando arrestos y violaciones de libertad condicional. Hasta cumplió con una sentencia de 180 días en prisión. Intentó hacerlo todo para salir adelante, incluyendo múltiples intentos de rehabilitación, hasta que descubrió en el Wing Chun un poder superior.

Creyendo que el arte de golpeo y grappling lo ayudaría a adquirir una rutina, un enfoque y una filosofía que lo mantendrían encarrilado, Downey se acercó al fundador de la Academia LA Wing Chun, Eric Oram, para recibir lecciones.

Al principio, Oram dudó sobre el compromiso del actor. "Cuando lo conocí, las compañías aseguradoras no le emitían fianzas para hacer sus películas; no conseguía papeles", le dijo Oram a Men's Journal en 2011. "Le dije que si faltaba a una lección le cortaría los dedos de los pies y haría que se los comiera. Un día no llegó y lo despedí. Luego hizo que un montón de productores me llamaran y dijeran: 'Estaba con nosotros en una reunión, no tenía teléfono. Es nuestra culpa. No lo eches'. Desde ese día se comprometió con el asunto y le dio un giro a su vida".

Después de entrenar durante un año completo, Downey apareció en el programa de Oprah y habló sobre el cambio que había producido el entrenamiento en su vida y su apariencia. "Las artes marciales han sido… ni siquiera puedo decir lo mucho que me han ayudado a mantenerme bien y enfocado. Son una práctica espiritual. Me han centrado y su propósito principal es promover un camino de lucha espiritual y respeto en tu sociedad. Te preparan para defenderte a ti mismo y a tu sociedad, si es necesario".

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Como cualquier entusiasta convertido, intentó reclutar personas. Incluso le dijo a Oprah que debía intentarlo. "Creo que serías buenísima porque eres formidable", insistió Downey.

Después de tres años de entrenamiento, justo cuando estaba a punto de hacer la prueba para obtener cinturón azul, Downey habló sobre su amor por el deporte en Late Show With David Letterman. "Estoy muy comprometido con el Wing Chun", le dijo al presentador, antes de explicar el Bil Gee y hacer una demostración del ejercicio.

Cuando Letterman le preguntó si el Bil Gee era la piedra angular del Wing Chun, Downey respondió que había más que eso. "No, y podría meterme en problemas porque si Sifu (Oram) está viendo esto hoy… la verdad es que el Wing Chun es un arte muy elegante", dijo. "Necesito incursionar más en los aspectos meditativos".

Evidentemente Oram perdonó la "fiebre de cinturón café" del actor, como Downey la describió en el programa, porque ambos siguen trabajando juntos. Y la sobriedad no es lo único que el actor ha adquirido de esta experiencia.

"Desde que empezamos, la concentración de Robert ha estado firme", le dijo Oram a Men's Fitness. "Su mente la canalizó hacia un solo punto y se convirtió en un láser. El entrenamiento lo demanda. Durante un intercambio, si tu mente está en otra parte, te cojo. Si la mente se dispersa, caes. ¿Paraste para darte palmaditas en la espalda? ¿Estabas pensando en tus impuestos? Te atrapé".

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Cuando Downey volvió al cine y comenzó a hacer papeles más orientados a la acción, enSherlock Holmes de Guy Ritchie y en Iron Man, decidió implementar en sus escenas algunos de los aprendizajes del Wing Chun. "Las coreografías de peleas en las películas tienen sus peculiaridades", dijo Oram. "La concentración, el control, el cálculo del tiempo y muchas repeticiones. Es recordar dónde estás en cada paso del camino y, además, hacerlo como si fuera la primera vez. Es todo un arte y Robert trabaja muy duro en el proceso. He sido su doble en escenas sencillas, pero Robert lo hace todo solo en las peleas. Cuando la cámara lo enfoca, es realmente él haciéndolo".

En octubre de 2014, Downey afirmó en una entrevista para Deadline que ya a sus casi 50 años quería alejarse de ese lado del cine y que le dejaría el trabajo a los dobles. "Al escuchar el crujir de mis huesos en Iron Man 3, finalmente salí de lo que sólo puedo describir como una fantasía de cinco años. Una fantasía que me hacía pensar: 'Si Sherlock Holmes puede hacer esto, entonces yo también puedo. Si Tony puede saltar de una parte a otra y no lastimarse el tobillo, entonces hagámoslo un par de veces y vayamos a almorzar'. Cuando miro para atrás, me sorprende y me apena que un tipo de mediana edad pensara así. Honestamente así no pienso ahora", dijo.

"Todo el mundo tiene heridas", agregó en la entrevista. "Todo depende de tu compromiso y de lo que estás dispuesto a hacer. Sigo haciendo muchas cosas".

Y Downey sigue practicando Wing Chun física y espiritualmente. Se mantiene limpio y lo único que consume son algunos analgésicos después de entrenar.

Cuando el periodista Stephen Rodrick lo acompañó al dojo para un perfil que publicó en 2011, Downey le dio un consejo: "En serio, no te preocupes por parecer un idiota. Es como la vida: entre menos cohibido te sientas, mejor te va. Y recuerda: mucho hielo y Advil después. Hazme caso en esto último".