Todos merecemos una tercera oportunidad: Chávez Jr. regresará en diciembre

Año y medio después de enfrentar a su último oponente en El Paso, Texas, Julio César Chávez Carrasco o Jr., como se le conoce por cargar con el pesado legado de su padre, volverá a pisar un cuadrilátero ante un rival y una sede que aún falta por confirmar.

Con 30 años encima, "El hijo de la leyenda" intentará reanimar su carrera en el boxeo profesional luego de pasar algunos años jugueteando con uno de los deportes que más castiga a aquellos que no le dan la debida importancia y respeto.

Debutante a los 17 años, Chávez Jr. había demostrado que el apellido no era de adorno y que poseía —tal vez es mejor hablar en presente, pues lo que bien se aprende jamás se olvida— la técnica, estilo, pegada, y sobre todo el aguante de su padre para lograr trascender y quitarse la pesada losa de expectativas que el mundo le puso sobre los hombros.

Su declive bien lo conocemos. El escándalo de la marihuana, su ruptura con el campamento de Freddie Roach, entrenaba cuando quería y como más le acomodaba, creía que los rivales le respetarían y temerían por el simple hecho de portar el apellido más respetado y elogiado no sólo del boxeo mexicano, sino del mundo como lo conocemos. La indiferencia, el conformismo, y la fama se materializaron en aquel primer descalabro ante "Maravilla" Martínez, y después en el inesperado nocaut ante Andrzej Fonfara, en lo que fue una vergonzosa velada para el nacido en Culiacán.

Chávez Jr. intentó limpiar su orgullo y darnos "atole con el dedo" tres meses después de su derrota ante el polaco, midiéndose ante su compatriota Marcos Reyes; Chávez se llevaría una decisión unánime, pero no el convencimiento del público, y mucho menos su confianza. Ni siquiera su cambio de televisora le sentó bien, pues para su supuesta pelea a finales de este año regresará a la compañía que lo acogió desde sus primeras contiendas.

Se rumora que el oponente más factible sería el alemán Dominik Britsch —su segundo rival germano en toda su carrera—; el lugar de la contienda es una incógnita. Pero lo que sí podemos asegurar es que diciembre es una fecha estratégica. El cierre de año presenta la oportunidad inmejorable para perdonar, cerrar ciclos, y empezar el año nuevo con el pie derecho. Si Julio César Chávez Carrasco quiere hacerle honor a uno de sus cuantos apodos ("La leyenda continúa"), tendrá que llevar a cabo su penitencia en donde mejor sabe hacerlo: arriba de un ring.