Debutó la Premier, y con ella, aparte de los goles y las contrataciones bomba, se reanuda la tan entretenida rivalidad entre Pep Guardiola y José Mouriño. Pocas enemistades de zona técnica provocan tanto morbo y tan buen material para el comentario postpartido.La Liga española fue el escenario donde esta contienda alcanzó su expresión más lograda. Dos de los estrategas más cotizados, en dos de los equipos más populares y enconados. Pero ya antes, cuando el portugués entrenaba al Inter de Milán, había episodios notables de esta zaga. Cómo olvidar el desbocado sprint de Mourinho en el Camp Nou para festejar con su graderío el pase a la final de la Champions en 2010.Ahora, se encuentran de nuevo en dos de los equipos más populares y enconados pero con un añadido: los dos cohabitan en la misma ciudad. No podía ser mejor.Para celestes y rojos la cosa inició bien: El Manchester City de Guardiola ganó 2-1 al Sunderland. El primer gol un penal cobrado por Agüero y cuando parecía que solo sacaban un puntito, al catalán lo salvó la entrada al campo de Paddy McNair, defensa rival. Un remate certero de cabeza a su propia portería a tres minutos del final le dio la victoria.
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A pesar de lo apretado, en conferencia de prensa el catalán se dijo satisfecho con la velocidad y la entrega de sus muchachos.Los rojos lo vivieron más holgada, pero también tuvieron enfrente al recién ascendido al escalón más alto de la Premier, el AFC Bournemouth. 3-1 marcador final, con tanto de Zlatan, una de las dos contrataciones bomba con los diablos colorados.Paddy McNair's own goal against Man City, on his Sunderland debut! — Titanic Goals (@TitanicGoals)13 de agosto de 2016
Estarán sacudiéndose lo entumecido de la pretemporada y agarrando cohesión y entendimiento ambas escuadras. Aún así, ninguno de los dos cedió en la tabla, y marchan empatados para el primer gran choque del torneo: el 10 de septiembre, en la que ahora es casa Mourinho.La cuenta final en enfrentamientos directos está así: Guardiola siete, Mourinho tres y seis empates. Vayan cancelando sus planes que faltan cuatro fines de semana.