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¿Adiós al Azteca?: Cómo la altura dejó de ser vista como fortaleza

La altura de la Ciudad de México parece ser un tema que pesa en Juan Carlos Osorio y en varios jugadores que vienen del exterior, quienes contemplan trasladar la sede oficial de la Selección Mexicana a otra ciudad
The Stadium Guide, Flickr

En los últimos días y con motivo del juego de eliminatoria rumbo al mundial de Rusia 2018 frente a Costa Rica, se ha hablado mucho sobre el factor de si el Estadio Azteca sigue siendo una fortaleza en los partidos como local de la Selección Nacional. La altura de la Ciudad de México, a 2,200 metros sobre el nivel del mar, parece ser un tema que pesa en el estratega Juan Carlos Osorio y en varios jugadores nacionales que vienen del exterior, quienes contemplen la posibilidad de trasladarse a otra ciudad, ante las dificultades que implica aclimatarse.

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Es por eso que Osorio y su cuerpo técnico decidieron cambiar la concentración y llevarse a la Selección a Cuernavaca para su preparación previa al encuentro contra Costa Rica.

"Lo analizamos y lo decidimos por sugerencia de los propios jugadores", aseguró Osorio. "Fisiológicamente hablando, está científicamente comprobado que el efecto de la altura ocurre a las 72 horas y eso era lo que estaba aconteciendo con nuestros propios jugadores. Creemos que con esta decisión, nuestro equipo va a estar mejor preparado y mejor trabajado para tener todas las posibilidades de ganar".

En la lista que dio Osorio para enfrentar este partido figuran elementos como Jesús Corona, Jesús Gallardo, y Oribe Peralta, que juegan en equipos capitalinos, y que están acostumbrados a la altura de la Ciudad de México. Destaca también Alfredo Talavera que juega en Toluca, la plaza futbolera a mayor altitud en el futbol mexicano, con 2 mil 700 metros sobre el nivel del mar.

De entre los jugadores que militan en el futbol mexicano, la mayoría lo hacen a una altitud superior a los 1,000 metros sobre el nivel del mar. Elías Hernández y Luis Montes juegan en León a 1, 815 metros. Le siguen Rafa Márquez, Luis Reyes, Orbelín Pineda y Oswaldo Alanís, que juegan en Guadalajara a 1, 566 metros. Néstor Araujo juega en Torreón a 1, 120 metros. Los que se desempeñan por abajo de los 1,000 metros son los seleccionados de los equipos de Monterrey, a una altitud de 540 metros: Jürgen Damm, Jesús Dueñas y Jesús Molina.

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De cierta forma, la mayor parte del grupo que juega en el torneo doméstico juega a una altitud considerable como para tener una adaptación más rápida. Pero es el contingente que juega en Europa el que ha alzado la voz, pues la gran mayoría juega a una altitud cercana al nivel del mar y llegaría a los partidos con poco tiempo para hacer la aclimatación. Guillermo Ochoa, a 738 metros; Raul Jiménez, a casi 200; y Layún y Herrera en el Porto, a 104 metros, son los que juegan a mayor altitud en Europa. Carlos Salcedo, el Chicharito, Héctor Moreno, Diego Reyes, Jonathan dos Santos y Carlos Vela, juegan todos a 60 metros de altitud o menos.

La principal afectación de la altura en el rendimiento deportivo es la disminución en el valor de oxígeno en la sangre. Se dice que a partir de los 1,600 metros cada vez que nos elevamos 300 metros, el consumo de oxigeno disminuye un 3%. Los futbolistas que no están acostumbrados al entrenamiento diario en la Ciudad de México tendrían una disminución en el consumo de oxigeno de alrededor del 6%. La hiperventilación es otro síntoma que afecta al futbolista, y consiste en llevar la mayor cantidad de oxígeno a los tejidos, lo que provocaría una sensación de "ahogo" o sentirse "sofocado". Esto último comienza después de las 2 horas de exponerse a la altura y se corrige en aproximadamente 48 horas.

La Ciudad de México, a 2,200 metros sobre el nivel del mar. Foto: Ukaizen, WikiCommons

La altura también afecta en el movimiento del balón, pues la fricción de la pelota con el aire es menor. No gira tanto y su trayectoria es más directa, toma más velocidad. En la altura, el aire es menos denso que a nivel del mar. "La pelota no dobla", dijo alguna vez Daniel Passarella, después de un juego de la Selección Argentina contra su similar de Ecuador en la ciudad de Quito a 2 mil 850 metros sobre el nivel del mar.

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El caso más sonado de ciudades con mayor altura en dónde se ha jugado futbol es en La Paz, Bolivia, sede de la Selección Nacional de aquel país, y que suele meter a los rivales a jugar a más de 3,300 metros sobre el nivel del mar. Previo al pasado juego de la eliminatoria sudamericana rumbo a Rusia 2018, entre Perú y Bolivia, el seleccionado peruano se concentró en Cusco, a 3,400 metros sobre el nivel del mar buscando una mayor aclimatación para enfrentar a Bolivia en La Paz. Al final, Perú perdió 2 a 0.

Para el técnico colombiano de la Selección Mexicana, Juan Carlos Osorio, el tema de la altura no es nuevo. Durante su paso como estratega en el futbol colombiano dirigió de 2006 al 2007 al Club Millonarios, que juega en Bogotá y que se encuentra a 2 mil 640 metros sobre el nivel del mar. Posteriormente, entre 2010 y 2011 dirigió al Once Caldas, con sede en Manizales a una altura 2 mil 200 metros.

Con todos esos antecedentes, Juan Carlos Osorio ha decidido concentrar al equipo mexicano en Cuernavaca, a 1,500 metros sobre el nivel del mar, que en teoría es el punto intermedio entre el nivel del mar de los jugadores mexicanos que juegan en Europa, y los del torneo doméstico que lo hacen por encima de los 1,000 metros sobre el nivel del mar. A partir de esa aclimatación inicial, México viajaría al Estadio Azteca a jugar.

Con la creciente exportación de jugadores a Europa, la Selección Mexicana enfrenta un dilema que antes no tenía: ¿la altitud del Estadio Azteca juega a favor o en contra?

Y es que, cuando todo el seleccionado jugaba en el torneo local, era más facil concentrar con tiempo al equipo en el Centro de Alto Rendimiento en la Ciudad de México y entrenar en la altura. Pero, con casi la mitad del plantel jugando en Europa, se vuelve cada vez más difícil concentrar una semana o más al equipo para aclimatarlo a la altura.

Osorio asegura que los jugadores lo han pedido: crece la posibilidad de salir del Estadio Azteca para jugar los partidos eliminatorios.