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basquetbol olímpico

El evidente dominio olímpico de EE.UU y su dudoso futuro

El equipo estadounidense de basquetbol es el amplio favorito en los Olímpicos, pero la globalización de este deporte podría jugarles en contra en el futuro cercano.
Photo by David Banks-USA TODAY Sports

Por tercera vez en los Olímpicos, el equipo estadounidense de basquetbol parece perfilado a convertir lo que en teoría es un torneo competitivo en una versión de un hipopótamo y una abeja arriba de un subibaja. Olvídense de que pierdan un partido; este equipo ni siquiera se espera que pierda un solo cuarto. Cualquier victoria por debajo del margen de los dos dígitos será vista como una decepción, por el simple hecho que si cada uno de los basquetbolistas provenientes de todos los países del mundo estuvieran en el mismo grupo de seleccionados, los primeros quince elegidos serían del mismo país.

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De cara a la ceremonia de inauguración, Estados Unidos derrotó a China (dos veces), Argentina y Venezuela, para un total de 404-233 puntos. Es demasiado pero tampoco tanto considerando que LeBron James, Stephen Curry, Kawhi Leonard, Russell Westbrook, Chris Paul, Blake Griffin, Anthony Davis y James Harden no están en el plantel. Así de talentoso es el proyecto estadounidense que se da el lujo de dejar fuera al mejor lanzador de todos los tiempos, al mejor jugador en activo (y MVP absoluto de las Finales), al jugador defensivo del año, y a otras cinco mega estrellas, y aún así poder llegar bailando tranquilamente hacia el podio dorado. Es algo depresivo para cualquier nación que esté pensando hacerle de David cuando se enfrente al Goliat estadounidense en algún punto del torneo. Pero también podría surgir la posibilidad de la única cosa que podría echar a perder a este equipo: ¿Cómo se supone que todos los demás equipos deberían permanecer motivados cuando EE.UU es más que favorito?

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"Pensamos que estamos jugando entre nosotros", declaró Paul George a VICE Sports después de aplastar a China en un partido de exhibición en el Staples Center. "Quiero ser recordado por formar parte de uno de los mejores equipos defensivos que el entrenador Krzyzweski ha dirigido. Cuando esté en la duela, daré todo mi esfuerzo para asegurarme que seremos uno de los mejores conjuntos defensivos. Eso nos va a llevar muy lejos".

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En otras palabras, además del obvio incentivo que implica la gloria olímpica, George ha dado la solución para evitar que las cosas se estanquen. Al no haber un rival con el cual puedan medirse, el equipo estadounidense tiene que competir entre sí. Lo que, tal vez, es la respuesta del porqué las estrellas antes mencionadas no fueron a Río. Para aquellos jugadores que ya ganaron una medalla de oro, ¿cuál es la motivación para renunciar al descanso y viajar alrededor del mundo para jugar en un equipo con expectativas altísimas? Si pierdes eres un fracaso. Si ganas, está bien, felicidades por hacer lo que se supone tenías que hacer.

"No me sorprende", dijo Carmelo Anthony cuando se le preguntó sobre sus compañeros que rechazaron la oportunidad de ganar una presea dorada. "Todo mundo tiene sus razones. Los jugadores que estén en el equipo están comprometidos. Es evidente".

La última vez que el equipo estadounidense no ganó oro fue en el 2004; luego de haberse llevado tres medallas doradas en 1992, 1996, y 2000, se conformaron con el tercer lugar en Atenas. Aquel plantel no sólo fracasó para exhibir el talento en el baloncesto de dicha nación, sino que también sus actuaciones fueron un producto derivado del aburrimiento. El resultado terminó comprobando que incluso los estadounidenses son vulnerables cuando sus estrellas no juegan al cien.

Una prueba visual de lo difícil que serán los partidos contra EE.UU en Río. Foto por Thomas B. Shea-USA TODAY Sports

¿Qué pasaría si Kevin Durant, George, Kyrie Irving, DeMarcus Cousins, y demás estrellas en este equipo olímpico decidieran no participar en el 2020? Hay varias razones para preocuparse por la cantidad de jugadores estrella que rechazaron ir a Brasil este año, y por la posibilidad de que, algún día en el futuro cercano, el mejor basquetbolista decida jugar para otro equipo nacional.

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Los Timberwolves de Minnesota son considerados ampliamente como el futuro de la NBA, y las dos razones de ello son Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins. Ninguno de los dos jugará para Estados Unidos: Towns tiene vínculos con la República Dominicana, y Wiggins nació en Toronto. Lo mismo aplica para los 76ers de Filadelfia, la franquicia que pretende adueñarse del futuro gracias a su conjunto de jugadores como Ben Simmons (Australia), Dario Saric (Croacia), y Joel Embiid (Camerún).

Los Bucks de Milwaukee cuentan con Jabari Parker y Khris Middleton, aunque Giannis Antetokounmpo es la joya verdadera, y Thon Maker podría ser el heredero; ninguno de los dos podría ser seleccionado estadounidense. ¿Qué hay de Kristaps Porzingis, el fenómeno de los Knicks de Nueva York, y Nikola Jokic de los Nuggets de Denver? Lo mismo. Incluyendo a Simmons, de los primeros 16 jugadores seleccionados, en el draft de junio, nueve nacieron fuera de los Estados Unidos de América.

Hoy en día existe más talento disperso en el mundo que en otra época, y a pesar de que EE.UU aún cuenta con la mayor concentración, a veces la grandeza individual rodeada de jugadores competentes puede ser suficiente para derrotar a un conjunto bien estimado.

La cara que pones cuando te enteras que Karl-Anthony Towns nunca jugará para la selección estadounidense. Foto por Gary A. Vasquez-USA TODAY Sports

En el partido por la medalla de oro de la sub 17, los Estados Unidos aplastaron a Turquía por 40 puntos —el margen más amplio de una victoria en cualquier partido de la sub 17—.Desde el 2009, el equipo tiene un récord de 45-0. El equipo sub 18 continuó este camino al derrotar a Canadá por "sólo" 15 puntos para ganar consecutivamente su cuarta medalla de oro. Estos dos juegos sirven para demostrar que el proyecto funciona, pero hasta la interpretación más optimista no quiere decir que puedan simplemente asegurar la presea dorada en el 2020 o 2024.

Echando un vistazo al equipo de practica —el plantel de jóvenes jugadores que entrena con la selección de baloncesto—, ¿cuántos de ellos tiene asegurado un lugar para el Juego All-Star de 2020? Siendo realistas, de los 25 jugadores en el equipo, tal vez cinco lleguen lejos. Gary Harris, Kentavious, Caldwell-Pope, y Cody Zeller son excelentes jugadores, pero no los vemos liderando al equipo olímpico estadounidense hacia la tierra prometida.

George sirvió de complemento de los "dos jovencitos" de Los Ángeles, D'Angelo Russell y Julius Randle, junto con Devin Booker de los Suns de Phoenix. Anthony no quiso elogiar a algún jugador del equipo en particular, pero sí se refierió a ellos como "el futuro de la liga". En el sentido más básico de la oración puede que esté en lo correcto.

Pero aquellos que no estudian la historia están condenados a repetirla, y la autocomplacencia sigue siendo lo único que podría arruinar al seleccionado estadounidense. A pesar de que han mantenido un gran dominio sobre el resto del mundo desde que el deporte fue inventado, EE.UU necesita recordar la lección del 2004, al mismo tiempo que piensa armar un gigante más, esta vez bajo el mando de Gregg Popovich, con la mirada fija en Tokio y más allá.