El año en que todo un barrio de Madrid fue del Dépor

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El año en que todo un barrio de Madrid fue del Dépor

San Cristóbal de Los Ángeles es el decorado de la película 'Barrio'. En el año 2000 desvalijaron un camión con camisetas del Deportivo de La Coruña y los vecinos se vistieron (y sintieron) del club gallego, que aquel año ganó la Liga.

En San Cristóbal de Los Ángeles siguieron luciendo camisetas del Dépor durante varias temporadas.

Cuenta Davit Ruiz que a medida que se acercaba el temido Efecto 2000, se vivió en su barrio del extrarradio madrileño un 'boom' del fútbol televisado que convivía con la ausencia de políticas sociales, pachangas entre hierros oxidados y 'palancazos' que detenían trenes en marcha desde el freno de emergencia para cubrirlos de graffitis. No necesitas ser de Madrid ni haber nacido en 1986 para entender de qué habla este fotógrafo colaborador habitual de VICE. Basta con haber visto Barrio de Fernando León de Aranoa y ya te imaginas cómo era San Cristóbal de Los Ángeles a finales de los noventa.

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"Visto lo visto, no te extrañe si me quedo frío. Tío, así es la vida de los míos. Sal al barrio y da una vuelta. Y después ven a ver si hay algo de lo que cuentan por la calle esos tan listos", cantaban Hechos Contra el Decoro en aquella película, rodada en este y otros paisajes similares de la capital. Mientras las videoconsolas pasaban de 32 a 64 bits y los niños se cambiaban de camiseta para repetir plato en el entierro de la sardina antes de salir a quemar telefonillos, se celebró uno de los episodios más memorables de su historia: el de los camiones robados.

Un grupo de 'bandoleros' con una inmejorable logística se especializaron en perseguir camiones llenos de lo que fuera, hasta que se detenían a pasar la noche en una estación de servicio y los desvalijaban. Al día siguiente, lo que bautizaron como "la torre de los gitanos" se convertía en un centro comercial popular, un 'Harrods' de suburbio con productos de primera necesidad, cosmética de alta gama, salchichón de calidad y chándales de táctel. El más preciado y recordado de esos múltiples hurtos-sorpresa fue un cargamento de camisetas del Deportivo de La Coruña.

De pronto nadie quería ser Kiko o McManaman, ahora todos eran Makaay y Djalminha. Las calles plagadas de camisetas blanquiazules, sin haberlo planeado y entregándose al equipo gallego de Primera División. Niños y mayores vestían y -sobre todo- sentían los colores, gracias a un product placement ilegal y accidental que había calado fuerte en la población. Son los tiempos en que el Súper Dépor se metió la Liga en el bolsillo por lo que este vecindario del distrito de Villaverde anotó esa victoria como suya propia.

A nadie le importaba ya que Raúl, del Real Madrid, hubiese nacido allí. No le importaba ni a 'La Petota', una mujer que pinchaba con sus tijeras los balones de plástico de Super-Tele; ni tampoco al 'Pinkfloyd', al 'Cebolla', el 'Rati', 'Churro' y 'Porra' (estos dos últimos, efectivamente, hijos del churrero). El reparto a domicilio de Telepizza no llegaba hasta allí pero lo que sí llegó hasta su cuartel militar, la cuna de los Camela y las vías con destino a Aranjuez fue la victoria del club herculino y su entrada en el selecto grupo de equipos que han logrado la Liga.

Davit Ruiz recuerda como el corazón de los habitantes de San Cristóbal de Los Ángeles estaba junto al de los 35.000 coruñeses que se agolpaban con dientes apretados en un abarrotado estadio de Riazor. Una afición inesperada y lejana que se teletransportó con su emoción desde el sur de Madrid al noroeste atlántico, sin dejar de vibrar durante la época dorada del equipo de Donato, Mauro Silva, Víctor, Naybet o Songo'o, y que lideraba 'O Neno' Fran.