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La guía VICE de los deportes

Una guía para entender el lenguaje universal de los deportistas.

O te molan los deportes o no te importan una mierda, pero la línea que divide a estos dos tipos de persona suele estar muy clara. Para que todos estemos en el mismo campo: ser el anfitrión de la fiesta para la final del mundial de fútbol, o animar a tu equipo cuando sales a comer bravas, no es ser un fan de verdad. Los fans de verdad visitan las páginas de deportes cada día, se compran camisetas, le hablan a la radio, experimentan emociones reales cuando su equipo pierde y te comen vivo si te burlas de sus jugadores favoritos.

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Si no "entiendes" los deportes, entonces este nivel de fanatismo te parecerá un desorden psicológico; ¿Por qué se ponen tan contentos, saltan y gritan cuando ven a alguien chutar un balón? Y si eres un fan, entonces responderás a esta pregunta con algo como: "¡NO TE ENTERAS, ATONTAO! ¡ESE HOMBRE QUE ACABA DE DARLE EL BALÓN NOS LLEVÓ A LA SEMIFINAL Y ES EL EQUIVALENTE DE GHANDI Y CREO QUE VOY A LLORAR, AAAAAAHHHH!"

Hemos escrito esta guía como un servicio para el mundo, y para demostrar que, igual que la risa, los deportes son un lenguaje universal. Con suerte, este texto ayudará a cerrar la brecha entre estos dos grupos de personas, así como Bill Clinton mejoró la relación entre israelíes y palestinos. (Una comparación justa, porque los fans y los no-fans son dos grupos que nunca lograrán comprenderse. Por ahora sólo nos queda burlarnos de ambos).

"NOSOTROS"
Muchos fans usan el pronombre "nosotros" cuando hablan de un equipo: "Jugamos bien el martes; estuvimos a punto de subir; nos ahorramos una pasta fichando a este capullo gracias a que no era tan rico como ese otro". No lo hagas a menos que: 1) trabajes para la organización, 2) te estés tirando a un miembro del equipo de forma regular, o 3) estés en el equipo. Podemos entender que te encante tu equipo, ves todos sus partidos y estás convencido de que serías mejor entrenador que ese imbécil que hay ahora, pero en cuanto la mitad de tu equipo termine en manos de otro oligarca obsesionado, te estarás cagando en ti mismo por haber creído que un puñado de extraños tenían algo que ver con tu pequeña y triste vida. Ellos ganaron el juego. Tú te has sentado en tu sillón tragando Doritos y has intentado masturbarte sin éxito con la chica del anuncio de seguros.

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PADRES
"Bien, hijo, tengo una mala noticia: eres fan de X equipo. No hay vuelta de hoja. Verás, yo soy fan del X, mi padre era fan del X, y al igual que mi alcoholismo y mi incapacidad para compartir mis sentimientos, tendrás que heredar mi fanatismo. Te llevaré a los partidos, te enseñaré la historia del equipo (fuimos muy buenos en los noventa), te enseñaré los partidos que grabé, y te obligaré a jugar en la liga de los sábados para que entiendas el juego. Aunque intentes negar tu fanatismo, parte de él se quedará contigo y un día estarás sentado en el bar de un aeropuerto, verás como el X vuelve a descender y maldecirás al Señor. Lo siento. Sé que nada de esto tiene sentido, pero tendrás que vivir con ello".

MERCHANDISING Y LICENCIAS
Muchos fans llevan los colores de sus equipos porque llevar camisetas caras que resaltan los pezones siempre está de moda y combina con todo. Hace poco los clubs han empezado a atacar también al mercado femenino, con camisetas diseñadas para personas con chichi y gorros de canalé como los del Real Madrid. Puedes ponerte este tipo de "ropa" o complementos cuando vas a un estadio, porque en esos lugares se toleran toda clase de acciones ofensivas, como pintar tu obeso y peludo cuerpo con los colores de tu equipo y gritar que te vas a follar a la esposa del portero. Si no estás viendo el juego en el estadio, he aquí una lista de las cosas de tu equipo que se te permite usar: 1) una gorra.

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DEPORTISTAS
En nuestra sociedad, los deportistas son avatares de la juventud, la disciplina, la sexualidad, la nobleza y la fuerza. También son sumamente aburridos. Hay quizá cinco deportistas en todo el mundo con personalidades interesantes, principalmente porque tienen problemas psicológicos por haberse dado golpes en la cabeza repetidas veces. Los deportistas son súper aburridos porque desde que nacieron van a competiciones y a estadios y nunca han tenido tiempo de practicar cosas más interesantes, como la alfarería, o algo más hardcore (Nadal probó una incursión en el mundo de la música con Shakira, pero no llegó muy lejos). La otra razón por la que los deportistas son aburridos es que no se saben expresar: "Di un pase increíble. No importa que hayamos perdido porque gano mucho dinero, y ahora me voy a emborrachar y a follar con una tía con tetorras enormes y extensiones en el pelo". Después, si la prensa los regaña, agachan la cabeza y se disculpan ante el público y ante su familia. No quiere decir que no sean listos; todos los deportistas profesionales saben más de su deporte que los chicos de la prensa; aunque no sepan expresarse, son genios que saben hacer cosas increíbles en el campo. Por supuesto, estoy hablando de una inteligencia corporal-cinestésica, si es que crees que eso existe.

PARTIDOS EN DIRECTO
Ve a todos los que puedas, cada vez que tengas entrada, e intenta ver al menos un partido en directo en tu vida. Es una forma increíble de entretenerse. Y si no puedes ir al estadio, siempre hay cacahuetes, patatas fritas y cerveza para acompañar el partido en casa, que suele verse con tu grupo de amigotes. Y encima se te permite tajarte hasta las cejas. El fútbol es el mejor deporte para ver en directo. Lástima que el precio de las entradas siga subiendo y cada vez sea más difícil pagarse la diversión en esos eventos.

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COLUMNISTAS
Casi todos los que tienen una columna deportiva en un periódico escriben pura mierda. Esto se debe a que empezaron sus carreras entrevistando a atletas que los odiaban y que siempre les daban las mismas respuestas ("Hemos hecho un gran partido. Ahora tenemos que seguir trabajando con humildad"), y escribían los mismos resúmenes ("El X vuelve a perder"), una y otra vez hasta alcanzar el anhelado puesto de columnista en el periódico cuando el anterior columnista fallezca de cirrosis alcohólica. Una vez en el puesto, cansados de tanto periodismo, pierden el interés y reciclan las mismas porquerías de siempre. El hecho de que estos tíos estén siendo remplazados por los blogueros, a quienes realmente les importa y saben de deportes, es suficiente para celebrar la muerte del papel.

SKATE
No es un crimen, pero tampoco es un deporte. Esto sirve para cualquier cosa que se realice sobre una tabla.

LIGAS DE FANTASÍA
Es un poco triste fantasear con convertirse en deportista profesional. Es todavía peor fantasear con ser entrenador profesional. Fantasear con jugar a un deporte es medianamente divertido. ¿Sabes qué no lo es tanto? Contarles a tus amigos cómo va tu equipo de fantasía. Fantasear con los deportes debería ser como masturbarse: una actividad que quizá te avergüence un poco, de la que no hablas con nadie, pero que todo mundo sabe que practicas.

HOMOFOBIA
Muchas personas hablan sobre el bienestar social que acompaña a los deportes, como por ejemplo los altos índices de autoestima y los valores fomentados por los deportistas: el número de medallas que se llevan las minorías, el número de suecas con las que lo celebran, bla, bla, bla. Pero si vamos a hablar de la grandeza de los deportes, hay que hablar de la cultura homófoba que se da en los vestuarios. Por ejemplo, en Inglaterra, Justin Fashanu y Gareth Thomas son los únicos deportistas abiertamente homosexuales en los que la gente está interesada, y me parece que eso no refleja el número de atletas homosexuales que hay. Estoy hablando de esas personas que no se sienten cómodas compartiendo su sexualidad por culpa de esos cerdos homófobos que pagan dinero por verles jugar. No hay ejemplos de deportistas profesionales gays declarados en España ni en Estados Unidos. Bueno en EEUU un tío no tuvo ningún problema en contarle al público que odia a los  maricas. En San Francisco. Por Dios, ¿qué pasa? También hay mucho racismo en los deportes, pero eso seguro que ya lo sabías, ¿no, sabiondo?

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LOS OTROS DEPORTES
Cada cuatro años (o dos, si cuentas las olimpiadas de invierno), las Olimpiadas nos recuerdan que hay un huevo de deportes que no se retransmiten todo el puto rato por televisión. Deportes en los que nunca piensas si eres un occidental decente: esa cosa que es como el voley pero en la que usan los pies, esa que es como el polo sólo que con una cabra muerta, y el rugby, que a nadie le importa porque todos creen que es un deporte para bárbaros, aunque los ingleses digan que los bárbaros son los del fútbol americano. Son divertidos de ver (excepto el de la cabra muerta) cuando estás de resaca, pero sin contenido emocional ni un interés profundo, estos deportes son sólo un viejo ritual que no llegas a entender muy bien. Mientras tanto, en Tailandia, hay millones de personas viendo sepak takraw: "DIOS MÍO, ¿VISTE LO QUE HIZO SUEBSAK PHUNSUED?"

LOS NO FANS
Lo siento chicos, sois minoría. Quizá creéis que los deportes son para tarados y preferís ir a ver ballet o leer poesía (con vuestro novio, ¿verdad, maricas? ¡Perdón, perdón! En serio, tenemos que olvidar la homofobia de una vez) que ver un partido. Está bien, pero a mucha gente le gustan los deportes y enloquecer cuando pasa algo interesante, como cuando su equipo gana un campeonato. Podéis reíros y mirar con desdén a los hinchas futboleros todo lo que queráis, pero cuando su equipo gane la liguilla y haya hombres llorando de felicidad por las calles tendréis que lidiar con la molestia. Si preguntáis algo como: "¿Por qué estás tan feliz? ¿Los millonarios han marcado un gol?" entonces os estaréis comportando como idiotas. La emoción de la victoria y el llanto de la derrota son cosas reales. Aunque estoy con vosotros cuando decís: "Si todos los analistas deportivos dejaran de estudiar juegos estúpidos y se pusieran a pensar en la economía, estaríamos mucho mejor". ¿Pero sabéis qué? Las cosas no van a cambiar. Aceptadlo de una vez.

ABURRIMIENTO
Ver deportes cuando eres adulto implica entender el juego y ser consciente de que te aburrirás un poco. Hay un partido todos los días, y los acérrimos lo ven todos los días en lugar de: leer un libro, regar el jardín o ver la telenovela con su mujer. A veces ocurre algo trascendental, como que alguien atrapa la pelota con los reflejos de  un ninja. A veces ocurre algo no tan emocionante, como Mario Balotelli. A veces, el partido que estás viendo termina siendo el 1-0 más inconsecuente de la liguilla. Pero eso pasa con todo en la vida: las cosas son siempre son emocionantes. Pero es increíble de vez en cuando, y con eso ya es suficiente.