El Primero... y el Diez: El top de los mejores penales de la historia | ES | Translation

El penal es quizá, uno de los instantes que más nos llaman la atención a los aficionados, y que más se le complican a los futbolistas. En un entrenamiento, uno es capaz de meter 10 de 10 intentos, la portería se hace grande, el arquero pequeño y la distancia consideras que está reducida. Pero en un momento de tensión, que es crucial anotar, 'grandes' futbolistas han desperdiciado un disparo desde los once pasos, la distancia entre el manchón y la línea de gol se hace larga, el guardameta se hace grande y el arco pequeño.

Luego de la genialidad que el Barcelona mostró en el partido ante el Celta, nos dimos a la tarea de buscar los diez penales, que a consideración nuestra, son los que más han trascendido en el futbol.

Hay de todo. Desde detalles técnicos envidiables, suerte, ironía, burla y creatividad. Todos ellos, sea como sea, lograron el objetivo primordial que no es más que entrar en la portería.

Aquí arrancamos con nuestro 'Primero… y el Diez"

Huevos, no hay otra palabra para describir lo que el 'Loco' tiene para cobrar un penal así. El uruguayo siempre se caracterizó por tirar sus penales a lo 'Panenka', muchos le salieron, otros no, pero lo que hizo en Sudáfrica 2010 pasará a la historia.

Serie definitiva de penales en cuartos de final, quinta pena máxima. Uruguay y Ghana habían empatado en un trepidante encuentro a un gol durante 120 minutos. Dominic Adiyiah había fallado el quinto disparo para los africanos y los charrúas solo requerían marcar el último penal.

Abreu tomo la pelota, caminó y la acomodó en el manchón penal. Todos nos imaginamos cómo lo cobraría, pero no sabíamos si en un instante de tanta tensión, se atrevería a cobrarlo a lo 'Panenka'. El 'Loco', nunca mejor apodo para él, lo hizo. Huevos Washington, se necesitan muchos huevos.

En ese momento, solo era una promesa del futbol brasileño. De hecho, sus métodos para cobrar penales fue la forma en la que Neymar se dio a conocer en el futbol.

Aquel flacucho futbolista del Santos tenía un estilo peculiar al tirar un penal, el cual se le conoce como 'Paradinha'. ¿Qué es? Simplemente ir a toda velocidad para cobrar el disparo, detenerse antes de patear la pelota, fintar que tiras pero no lo haces mientras el arquero se avienta al sitio que mejor le plazca. Ya caído, pateas el penal y marcas.

Neymar lo hizo muchas veces. Muchos lo imitaron hasta que la FIFA decidió que eso estaba prohibido.

Un caso muy parecido al de Abreu, nada más que llevado a otro nivel. Si lo del charrúa fue un tema de altísima tensión al ser un penal definitivo en cuartos de final, lo de Zinedine Zidane fue llevado a otro extremo.

El lugar, nada más que la final de la Copa del Mundo. Con el marcador en cero, abriendo la final del partido, Francia se jugaba una pena máxima con uno de los más grandes artistas que la pelota nos ha regalado. Zidane acomodó la pelota y con la maestría que le caracterizó, batió con un 'Panenkazo' a Gianluigi Buffon, uno de los arqueros más importantes de la historia.

El resultado fue gol, pero caray, qué cerca estuvo el francés de fallarlo. Hubiera sido épico, tanto como el cabezazo que tiró unos cuantos minutos después.

Pues, digamos que los mexicanos frecuentemente hemos sido malos para los penales. Dejémoslo que en los momentos de tensión nos hacemos pequeños, o bueno, hubo un tiempo que así sucedió, no en balde la llamada 'Maldición de los Penales'.

Pero hubo una vez que en plena Copa Confederaciones, la selección mexicana se atrevió a ponerle carácter al asunto con un penal a la 'Panenka'. Digo, sirvió de poco, perdimos, pero nunca olvidaremos esa pena máxima de Gonzalo Pineda que nos dejó con la cara de temor, nervio, soberbia y alegría.

El penal no era cualquier cosa. México había jugado excelente contra Argentina, lamentablemente uno de esos casos de mala suerte o desconcentración que nos persiguen hizo que los sudamericanos nos empataran cuando el cronómetro del segundo tiempo agonizaba.

Llegaron las series y cada uno acertó sus cinco penales. El quinto azteca fue esta obra de arte de Pineda. Luego, en muerte súbita, llegó el disparo de Ricardo Osorio que nos hizo perder.

Si te hablamos de Theyab Awana, seguramente no tendrás ni la más mínima idea de quién hablamos. La verdad, nos tuvimos que poner a investigar de dónde es, dónde ha jugado, qué ha hecho de su vida y un largo etcétera.

Pero Awana, aunque lo dudes, es famoso. Al jugador se le ocurrió en un partido de su selección, Emiratos Árabes Unidos, tirar un penal con el tacón. El disparo salió como si le hubiera pegado con un calcetín mojado, pero increíblemente, el arquero imaginamos sorprendido por la audacia de nuestro amigo, se quedó contemplando como la pelota entraba lentamente en el arco. Gol, válido.

Al entrenador de los Emiratos Árabes Unidos le importó un carajo que hubiera sido gol y reprendió fuertemente al futbolista, en lo que podría ser considerado una falta de respeto del rival. Nomás imagínense que lo hubiera fallado, así le hubiera ido.

Uno de los estilos que más se ha 'inventado' en estos días es el penal a 'contra pierna'. No sabemos si así le diga el mundo, pero a nosotros se nos pegó la gana decirle así.

El penal en cuestión lo generó Ezequiel Calvente en un partido con su selección, España, en el límite de edad Sub 21.

El jugador se perfiló, corrió como si no hubiera un mañana y fintó que iba a golpear la pelota con el pie derecho. Al final, acabó dando un punterazo con la zurda. Sí, sabemos que no está muy clara la explicación, pero bueno, mejor te dejamos el video.

No creo haber visto en mi vida cosa más 'random' que esta. Lo que uno se encuentra en el internet es muy cagado. Quizá ya lo habías visto, pero si no, te dejamos el penal de tu vida, allá tú si lo quieres imitar.

Desconocemos el nombre del jugador y el equipo (si alguien lo sabe, le agradeceremos que nos lo informe) pero el tipo al cobrar un penal, creyó que era muy ingenioso confundir al arquero con un supuesto tropiezo o resbalón. La caída es bastante graciosa pues nadie le cree que verdaderamente salió una hormiga o un cienpies y lo hizo caer; el punto es que después de su show ridículo, el futbolista se levanta, patea la pelota y marca.

A diferencia de otros, el entrenador de su equipo le vio lo gracioso al asunto y acabó festejando con su cuerpo técnico en la banca.

Similar al caso de Ezequiel Calvente (no me pongas a explicarlo de nuevo que se me atoran los dedos en el teclado) solo que en esta ocasión, con una finta-brinco-celebración posterior al patear el penal.

El arquero se comió toda la finta y nosotros nos acabamos cagando de risa con el show que armó luego de su finta maradoniana.

Otro de los penales famosos. Imaginamos la situación, un penal en una serie definitiva. Llega el jugador, acomoda la pelota, toma distancia y cobra el peor penal del mundo. Casi desde que se perfila, sabíamos todos que lo iba a cobrar a la derecha, pero además, lo hace con poca potencia y a media altura. Total, un desastre.

Pero la suerte de vez en cuando nos sonríe. Y en esta ocasión, al portero le jugó en contra. Resulta que el guardameta detiene la pelota, pero esta acaba haciendo un efecto muy extraño y mientras el arquero levanta las manos y le gime a la grada que es un chingón, el balón entra llorando al arco.

El jugador se pone a gritar y a levantar la mano para que el árbitro le dé por bueno el gol, y el silbante atento pues la jugada no había acabado, lo da por válido. Qué cosas estas de la suerte.

No mis amiguitos, Messi, Suárez y Neymar no inventaron la jugada del penal que vimos contra el Celta. De hecho, en varias ligas se ha ido repitiendo (una vez en México se hizo y el árbitro, no sabemos por qué, lo invalidó) pero hoy descubrimos quién fue el precursor de la jugada.

Y el resultado es, nada más y nada menos, que Johan Cruyff, sí, uno de los padres del barcelonismo. El mejor jugador en la historia de Holanda se inventó el estilo de penal con el que Messi y Suárez están dando de qué hablar por el mundo.

Toque sutil hacia atrás para evitar el fuera de lugar, la defensa dormida, el agandalle de un compañero y el portero pagando los platos rotos. Qué grande Johan.