Conoce el art-car más grande de Burning Man hecho con un Boeing 747

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Conoce el art-car más grande de Burning Man hecho con un Boeing 747

"Queríamos hacer algo que fuera tan grande y que fuera propiedad de la gente. Algo en lo que todos pudieran participar."

Este artículo apareció originalmente en THUMP US.

Burning Man no es ajeno a los proyectos externos. La reunión anual en Black Rock City es por igual un festival musical, una exhibición de arte, y una utopía expresionista, que atrae a asistentes (también conocidos como "Burners") de todos los estilos de vida como plataforma para sus visiones crativas. Los art-cars, los centros visuales multiusos de los diversos campamentos de Burning Man, tienen la extravagante última palabra en la interpretación artística del festival. Variando entre lo modesto hasta lo obsceno, los art-cars se enfocan en el principio de la expresión radical en Burning Man. El único límite es la creatividad de los Burners mismos.

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Este año, en la profundidad del desierto de Mojave, cientos de voluntarios trabajando con la Big Imagination Foundation están construyendo un carro de una escala incluso mayor. [El Proyecto 747](El Proyecto 747) será el art-car más grande en la historia de Burning Man y como el nombre lo sugiere, hace uso del chasis del icónico avión de Boeing. Su líder, Ken Feldman, se conectó con nosotros para hablarnos acerca de su construcción.

Optimista, con una voz suave, y curiosamente extrovertido, Ken nos cuenta cómo nació el proyecto a partir de unos diagramas curdos dibujados en el polvo en su segundo año como Burner en 2009. Aunque la idea, como muchas de las que son soñadas durante Burning Man, eventualmente terminó arrumbada, dejando atrás el deseo por crear algo para la comunidad. En los meses próximos, Charlie el Unicornio nació.

Charlie el Unicornio. Foto cortesía de Big Imagination Foundation

Ken avergonzadamente me dice que Charlie "no fue el mejor art-car", pero su construcción le enseñó (y a sus amigos también) las habilidades necesarias para construir algo mucho más grande. "El mayor reto fue conseguir que la gente ayudara", Ken explica. "Encontrar las habilidades correctas que necesitábamos para ejecutar el proyecto y una base de voluntarios, fueron los verdaderos desafíos". De color púrpura eléctrico, con 10 metros de altura, y escupiendo llamas, la paciencia y determinación eventualmente llevaron a Charlie de ser un concepto a la realidad.

Regresando a Burning Man en 2014 como un turista, Ken admite que la experiencia, libre de responsabilidades, finalmente le dio la oportunidad de revisitar su vieja idea de replantear un Boeing 747. Charlie le enseñó cómo hacer posible un art-car, y con la experiencia bajo el brazo, la estrafalaria idea rápidamente parecía mucho más posible. En el último día de Burning Man, Ken condujo a Charlie The Unicorn de regreso de Burning Man (una hazaña por sí misma) con uno de sus cuidadores, Will. Lentamente trazando un camino a través del desierto a una velocidad de 30 kilómetros por hora, los dos discutieron el proyecto 747 y Will sugiró contactar al hangar en el desierto de Mojave. Luego de regresar a Venice, California, Ken hizo exactamente eso.

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Foto por Sean Zaccheo

Ken recuerda su primera llamada con el hangar: "¿Tienen 747s?" "¡Sí ¿Quieres una?" Luego de recibir un precio (se rehusó a compartir una cifra exacta, pero está en el rango de 'montañas de dólares') y trazar planos, Ken llevó su diseño a una fiesta de decompresión y lo compartió con su amigo y cofundador de la Imagination Foundation, Jonathan Teo, quien fue sorprendido por la idea.

Un experto de las inversiones en aplicaciones para consumidores, Jonathan fue un inversionista de SnapChat y ha supervisado negociaciones con Instagram, Twitter, y otras compañías de startup. Su siguiente empresa con capital de riesgo, Binary Capital, se enfoca en plataformas que tienen una gran presencia, y para él, las similitudes entre esas empresas y el Proyecto 747 son aplastantes.

"Hubo mucho parloteo el año pasado acerca de que Burning Man se había vuelto más exclusivo y menos comunitario", Jonathan me dice. "El sentido de exclusividad está en realidad en contra de los principios del festival. Queríamos hacer algo que fuera tan grande que fuera propiedad de la comunidad. Algo en lo que todos se pudieran involucrar y algo que fuera muy loco". Uno de los dogmas principales de Burning Man es que la inclusividad radical y las historias que rodean las recientes billonarias fiestas privadas no le van bien a Jonathan o a la comunidad de Burners en general.

Foto por Sean Zaccheo

Desde su creación, el Proyecto 747 se ha convertido en todo un proyecto comunitario. Construido por todos y poseído por nadie, es un ejército de voluntarios que abarca desde ingenieros de la NASA y arquitectos prominentes hasta gente involucrada con el Boeing 747 original y asistentes de vuelo reales. Los diseñadores de audio han donado equipo, al igual que los artesanos han donado materiales. La función definitiva del avión, Ken comparte conmigo, es inspirar a la gente.

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En un nivel físico, el avión es una enorme y magnífica pieza de arquitectura que abruma al espectador y los viajes del punto A al punto B que todos nosotros hemos tomado. Los elaborados visuales con mapeo en 3D planeados para iluminar el avión en la noche sirven para amplificar este efecto. En un nivel más profundo, está diseñado para hacer que los visitantes se sientan bienvenidos. Dentro del avión, diversas experiencias interactivas han sido construidas para motivar la interacción con la gente, la interacción con uno mismo, y la autoexploración.

Ken nos cuenta de forma animada: "Nuestra misión es incubar y apoyar proyectos que sean audaces, inspiradores y visionarios. Lo que queremos que la gente haga es inspirarse para ser los mejores. Crear un cambio. Ver al avión y pensar 'si pueden hacer algo así de loco, ¿por qué yo no?' No es sólo una fiestota, es una exhibición multiusos con un tema arqueado que tiene diversos logros".

Foto por Sean Zaccheo

Todo eso está en el futuro, sin embargo. Aún hay muchas barreras por superar: se tienen que asegurar fondos adicionales para mantener el avión con el paso del tiempo; se requieren de una administración continua de recursos, asegurando que se le de un uso efectivo a las donaciones físicas y monetarias de los donadores; el largo, muy largo viaje desde el Desierto de Mojave hacia Black Rock City, (un recorrido de unos 900km) aún requiere de una planeación logística intensa también.

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A través de todo esto, Ken, Jonathan, y el equipo de Big Imagination Foundation tienen esperanzas acerca respecto al futuro.

"Algunos podrían decir que esto es demasiado grande o difícil o muy caro, pero lograr lo que nos proponemos y tener un impacto positivo con tantas personas en el proceso … eso es algo muy valioso y no puedes ponerle precio".

Conéctate con la Fundación Big Imagination en su página web. Más fotos a continuación.

Ziad Ramley está en Twitter

Foto por Sean Zaccheo

Foto por Kevin Raich

Foto por Sean Zaccheo

Foto por Kevin Raich

Un render del carro terminado. Imagen por Lance Powell