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Un equipo a medio hacer y otro renacido: América 0 – León 2

Después de un segundo tiempo inconcebible en el Estadio Azul, el América exhibió una pasmosa falta de ideas ante un León que vive su segundo aire.

El contrato que une a André-Pierre Gignac con Tigres impide que podamos nombrar a Mauro Boselli como el mejor delantero de la Liga MX, pero el argentino no quiere resignarse al segundo peldaño. El fútbol de Boselli es de sutilidad inmisericorde: el primer tanto lo convirtió sacando un fogonazo al ángulo.

— Televisa Deportes (@TD_Deportes)18 de septiembre de 2016

Mientras que para el segundo fue suficiente picar 'la bocha' por encima de Moisés Muñoz. Su partido fue de grandeza absoluta.

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— LIGA Bancomer MX (@LIGABancomerMX)18 de septiembre de 2016

América saltó a la cancha con el graderío lleno: sus fieles acudieron —promoción mediante— a vitorear a los protagonistas del surreal episodio vivido en el Estadio Azul una semana atrás. Ambríz propuso el encuentro con Michael Arroyo y Renato Ibarra por las bandas, confiándoles el peso de un sistema ofensivo en el que ni Oribe Peralta ni Silvio Romero fungían como delanteros capaces de retroceder y dar continuidad al juego. Arroyo se cansó de tirar diagonales al centro que terminaban en mero susto, mientras que Ibarra, cual pastilla efervescente en vaso de agua, se diluía apenas insinuaba cierto peligro. Vale la pena mencionar a Osvaldo Martínez, seguramente el futbolista más sabio de la plantilla azulcrema: batía líneas rivales a fuerza de conducciones y de vez en cuando rompía el entramado defensivo esmeralda con los únicos pases que gozaban de cierto sentido.

Javier Torrente vivió su segundo partido desde el banquillo guanajuatense. El otrora auxiliar de Marcelo Bielsa ya se había presentado en casa goleando al Atlas, y ahora se plantó en el Estadio Azteca para derrotar sin grandes problemas al conjunto más ganador del país. Los 'Panzas Verdes' no vieron nunca en riesgo la ventaja que habían conseguido durante los primeros diez minutos de partido: Boselli y Germán Cano hicieron un loable trabajo sobre los centrales americanistas —salir jugando de manera cómoda fue utópico—, mientras que Elías Hernández por derecha tapó toda incorporación de Paul Aguilar —Ambríz renunció a generar doble peligro por izquierda: abandonó a su propia suerte a Arroyo, alineando a un Bruno Valdez que se mantenía como tercer central—. Ubicábamos a Osvaldo Martínez como el hombre más peligroso de los locales, pero si no resquebrajó el sistema rival fue gracias a que Alexander Mejía es un mediocentro descomunal: si alguien quiere aprender cómo él contención ha de dominar partidos a partir de la ubicación en detrimento de la intervención, habría de verse el partido que ayer entregó frente al América. Cátedra absoluta.

Los de Ambríz continúan pareciendo un equipo por hacer: sin demasiadas ideas claras, pocos automatismos y seriamente abandonados a la inspiración individual o alguna inyección épica como la ocurrida la jornada anterior. León, por otro lado, volvió a nacer: ha rugido de nuevo y no es el tipo de rival que uno querría enfrentar en fases finales.

El aficionado americanista se encontró sin guía en plena resaca de la catástrofe: Ignacio Ambriz fue destituido la mañana de este domingo, en pleno horario familiar. La gestión de Ricardo Peláez como director deportivo estuvo en un principio caracterizada por la búsqueda de un América galáctico: dispuesto a fichar todo aquello que brillase con luz propia lejos de sus fronteras -cuesta pensar en entrenadores más mediáticos de lo que Matosas y Mohamed fueron en su momento-. Sin embargo, en últimos torneos el discurso del otrora goleador adquirió un tono «austero» que poco casa con la personalidad americanista. Después de aguantar tanto a Ambriz en el banquillo, lo que no sea traer a Mourinho o Guardiola sabrá a decepción.