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FIGHTLAND

El Día de la Mujer y la pelea de siempre

Más de 100 años del Día Internacional de la Mujer, y la batalla sigue más que nunca. Si no basta en ver a las figuras como Ronda Rousey, Miesha Tate y Holly Holm.
Foto: Djatmiko Waluyo

Un 8 de marzo como hoy, pero hace 108 años, las obreras de la fábrica textil Cotton de Nueva York protestaban por los bajos salarios, extenuantes jornadas y pésimas condiciones en las que debían cumplir su trabajo. La policía las reprimió con bombas incendiarias dejando un saldo de 146 defunciones y un legado histórico: durante el resto del siglo XX y lo que va del XXI, las activistas por los derechos de la mujer recordaron a estas mártires como emblema de la lucha por la igualdad de género, e instauraron el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer o Día de la Mujer Trabajadora.

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Hoy, hablar de igualdad de oportunidades y condiciones laborales, igualdad de salario, o acceso a cargos públicos, parece una obviedad, sin embargo, la mayor parte de estas conquistas son bastante recientes. Basta como ejemplo el derecho al sufragio. Hoy parece impensable que la mujer no vote, sin embargo, la Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer que garantiza este punto recién fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1952. Hace poco más de medio siglo no votábamos. Hoy, estamos a la par de los hombres en el trabajo, en la política y hasta en las carteleras de UFC, ¿o no lo estamos?

Desde esos días hasta hoy, las mujeres han seguido ganando terreno en todas las esferas de la actividad humana, incluida la que más nos compete: el deporte. Si me permiten un poco de historia, es bueno recordar que las damas no participaron de unos Juego Olímpico hasta 1900, en los Juegos de París, donde actuaron 24 países con un total de 997 atletas: 975 hombres y 22 mujeres. En esa oportunidad, la legión femenina sólo tuvo acceso a tres categorías: tenis, golf y croquet. La tenista Charlotte Cooper se convirtió en la primera campeona olímpica.

El siguiente salto histórico nos lleva—ya se imaginan—al deporte que más nos interesa: las artes marciales mixtas. No existe consenso sobre quien fue la primera peleadora de MMA de la historia, ya que la evolución del reglamento da pie a la polémica, pero podemos considerar a Svetlana Goundarenko, una judoca olímpica rusa de 150 kilogramos, como la primera peleadora mixta del mundo. Nacida en Cheliábinsk, de la antigua URSS el 23 de junio de 1969, compitió para la URSS entre los años 1991 y 1996, y en 1995 debutó en MMA, venciendo en ese año a la inglesa Michelle Aboro, las japonesas Yumiko Hotta y Shinobu Kandori, todas por sumisión en el primer round. A su retiro, el 3 de mayo de 2001, había alcanzado un record de seis victorias y dos derrotas.

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Foto por Josh Hedges/ Zuffa LCC

De ahí damos otro salto, de casi veinte años, para llegar al 23 de febrero de 2013, fecha en la que las mujeres finalmente hacen su ingreso a UFC, con el triunfo de Ronda Rousey sobre Liz Carmouche en el histórico UFC 157 en California. Pero, siendo hoy el día de la mujer, hay un hecho más que quiero destacar: desde entonces, casi todas las veces en la que se disputó el título femenino de la categoría gallo, la pelea terminó siendo la estelar y la que le dio nombre al evento.

Observemos: UFC 157 fue Rousey vs Carmouche, UFC 170 fue Rousey vs McMann, UFC 184 fue Rousey vs Zingano, UFC 190 fue Rousey vs Correia, y UFC 193 fue Rousey Vs Holm. El pasado fin de semana marcó la primera vez que el cinturón se puso en juego sin la presencia de Rounda Rousey, la mediática y la ex campeona de la división; y al mismo tiempo, UFC 196 hizo una de las excepciones a la regla no oficial que dice que una pelea de título debe de ser estelar. Holly Holm contra Miesha Tate estuvo como co-estelar, detrás de Conor McGregor vs Nate Diaz, una pelea que no sólo no ponía en juego título alguno, sino que se realizó entre peleadores de distintas categorías. Además, Diaz incluso aceptó la pelea con menos de dos semanas de aviso.

El duelo entre Holm y Tate estaba anunciado desde principio de año, y definía de modo concreto el futuro de la división gallo femenina, pero no fue estelar. ¿Qué significa esto? ¿Que sin Ronda Rousey el MMA femenino no vende? Los que admiramos la carrera de "Rowdy" Rousey lo hacemos, en gran parte, por la base que asentó y las conquistas de género que dejó establecidas. Y aunque Dana White ya prometió que Ronda será la primera en enfrentar a Miesha por el título—y sabiendo la animosidad que existe entre ambas no hay dudas de que la pelea va a vender—, el fantasma del machismo vuelve a sobrevolar el octágono ¿Acaso cuando Rousey se retire las paleas femeninas dejarán de ser estelares?

Veamos un detalle más: los sueldos. En UFC 196, Conor McGregor cobró 1 millón de dólares; Nate Diaz cobró 500 mil, y Holly Holm también cobró 500 mil. Miesha Tate sólo recibió 92 mil dólares, cifra que incluye el bono de 46 mil por haber ganado. Hay que reconocer que los sueldos en general han incrementado, y eso es bueno para el deporte, pero Holly Holm entró a UFC 196 igual de campeona que McGregor, ambos sin haber defendido el título, y sólo ella haciéndolo en ese evento. Sin embargo, el sueldo garantizado de Holm fue la mitad que el de McGregor, y la retadora Miesha Tate cobró menos del diez por ciento de lo que cobró Conor, incluyendo su bono. Podemos hablar de desigualdades en los sueldos que otorga UFC en general, pero vaya que peleó más Tate que McGregor. Se podría decir que Holm, cobrando la mitad que McGregor, también peleó más ante la misma estrangulación, no se rindió, prefirió quedarse dormida, luchando hasta el último segundo, pues como ella explicó, sólo estaba esperando escapar para seguir peleando.

De UFC 196 yo me quedo con esa imagen: Holm lanzando golpes al aire, Tate pegada a su espalda cerrando el mataleón, encajado hasta la médula, pero aún luchando, y me permito una licencia poética: ¿contra quién peleaban? ¿Fue un simple reflejo boxístico el de Holm? ¿O peleaba contra un fantasma? El fantasma del machismo, mujeres, que nunca dejarán de perseguirnos, pero al que siempre le daremos pelea.