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sin torneo internacional

Nos quedamos sin Libertadores el próximo año

Se consumaron los rumores: por imposibilidad de ajustar el calendario, los equipos mexicanos no participan en la edición 2017 del torneo sudamericano.

Nunca nos quisieron mucho. A pesar de haber llegado a tres finales en 15 tornos disputados —ninguna la ganamos, pero igual ese no es el punto—, de competir dignamente en casi todas las ediciones, las diferencias irreconciliables obligaron a este divorcio temporal.

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El año, que empezó tirante entre CONMEBOL y la LigaMX, parecía enderezarse. En septiembre, uno los estatutos más cargados en contra de los clubes mexicanos —y uno de los que evidentemente dejaban en claro lo dispar de la relación entre los clubes mexicanos y todos los demás— fue derogado, la participación en 2017 es historia. Antes, si un club mexicano llegaba a la final, el partido de vuelta no podía ser en territorio mexicano. A partir de septiembre, se modificó el asunto y ya sería posible, aunque ese club no estaría habilitado para jugar el Mundial de clubes. Hasta ahí parecía que todo iba bien.

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Sin embargo, el calendario actualizado para la competencia de 2017 era evidentemente desfavorable para los mexicanos. Las fechas se empalman con el hexagonal de FIFA, además de obligar a los equipos participantes a hacer viajes a Sudamérica con una frecuencia poco factible. Chivas, en particular, era el equipo más afectado. En una reunión de los de traje y corbata, las cosas no pudieron negociarse. Las fechas son inamovibles y los clubes mexicanos tuvieron que saltarse la edición siguiente. No habrá mexicanos en la Libertadores 2017. "Tendremos que buscar en qué otras competencias podemos desarrollar el talento mexicano", dijo el presidente de la Liga MX. "Estamos agradecidos con la Conmebol. No se afectará la estancia de México en la Copa América".

Esta salida, que si bien no es permanente, parece presagiar una separación mayor. Nunca nos quisieron mucho; el derecho de piso en quince años nunca terminó de saldarse.

Para paliar esta ausencia de torneo —y para extrañarlo más, recordemos unos cuantos de los momentos de los equipos mexicanos en el torneo sudamericano.

Cómo olvidar el partido de vuelta Boca Chivas en 2005. ¿Ya se acordaron? Ese en el que Benitez le escupió al Bofo. En el que el baile que le pegaron a los argentinos en México, se lo colocaron también allá en la Bombonera.

En uno de las instancias más alevosas del maltrato a los clubes mexicanos, quizá el más visible, el más evidente, el incontestable, es el partido de vuelta en octavos de final entre Santos y River. El árbitro, un crack en la media cancha para los de Nuñez. (El video empieza a los 45 segundos, y pónganle silencio a la música).

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Y en un episodio poco agradable en tierra nacional, cómo olvidar el pleitazo en el Azteca entre el América y el Sao Caetano. Qué papelón.

El punto más alto, quizá, sea la participación de nuestro eterno finalista. En 2001, la máquina que pita y pita, la cruz celeste viajó al estadio de Boca Juniors y llevó el partido a penales donde, prontamente, perdió. (En su defensa, Córdova, el portero colombiano era un especialista en atajar penales; en detrimento suyo, Pinheiro voló su tiro.)

Por lo pronto, en 2017 no habrá robos arbitrales, conatos de bronca y condicionantes reglamentarias contra los que jueguen los clubes mexicanos. Veremos si en 2018 la inflexibilidad del calendario cede un poco o si de plano se consuma el divorcio.