Y por fin, ¿qué pasó en esta Fecha FIFA en la CONCACAF?

Se ocultan fobias y filias; los debates familiares que terminan en apoteósicas batallas habrán de esperar una semana más. Es difícil no suspirar nostálgico cuando arriba una Fecha FIFA que orilla hasta al más sensato a añorar los tediosos —aunque siempre maravillosos— partidos de nuestra liga local; nos vemos obligados a atestiguar cómo Costa Rica certifica su clasificación a la siguiente ronda en el Estadio Sylvio Cator de Puerto Príncipe, o cómo El Salvador queda sin opciones de viajar a Rusia en el verano de 2018 en el grumoso césped del Cuscatlán.

No parece quedar espacio para sorpresas en la cuarta ronda de eliminatorias. Contando con tres grupos de cuatro equipos cada uno, los dos primeros de cada sector obtendrían boleto para jugar el célebre Hexagonal Final. Los mexicanos esperamos tal ronda como si de un festival musical se tratase. México, Costa Rica, Panamá y Trinidad y Tobago adquirieron la entrada en preventa; Honduras y Estados Unidos, por su parte, han de conseguir al menos un punto en la última fecha –catrachos en el Azteca y norteamericanos en casa contra los trinitarios- para asegurar sitio. Canadá debería triunfar en casa contra El Salvador y esperar victoria mexicana; Guatemala habría de derrotar como local a San Vicente y rezar por tres puntos caribeños en Jacksonville.

La jornada se selló con goleada estadounidense en el enigmático Estadio Arnos Vale de Kingstown, capital de San Vicente y las Granadinas. Los de Klinnsmann, con alineaciones que ya no incluyen a extraños enemigos de la patria como Clint Dempsey o Landon Donovan, se despacharon con seis pepinos ante los locales. Al mismo tiempo, Honduras derrotaba a Canadá en partido a vida o muerte con goles de Miguel Martínez y Romell Quioto; por los de la hoja de maple se hizo presente Manjrekar James. Habrá que agradecer el triunfo catracho y el consecuente respiro que ello representó: Honduras se mantiene con vida en la eliminatoria y acudirá al Azteca obligado a jugar. Hay que ponerlo así, porque si no se jugasen nada encontrarían quizá el pretexto necesario para salir a la grama del Azteca con el único objetivo de romper piernas. Al menos el martes algunas patadas habrán de ir al balón.

Guatemala sumó en Trinidad y Tobago un punto que no le sirve demasiado, pero tal encuentro sirvió para atestiguar un nuevo doblete de Carlos 'el Pescadito' Ruiz. Sí: aquel hombre que salía en la portada de videojuegos de la MLS en el 2003. El Pescado es icono popular de una CONCACAF que reclama mitos como éste: aún cuando se retire, seguirá marcando goles. Es una suerte de Benjamin Button que comenzó su carrera siendo un artillero 'tanque' y ahora, a sus 36 años, va por la vida con un desmarque electrizante. Sobra decir que es el capitán de Guatemala, jugador histórico con más partidos -111- y más goles -63-; si la vida fuese justa sería presidente de la Nación y la capital llevaría su mote. El Pescadito es más grande que Arjona, muchachos.

Haití cayó en casa con Costa Rica, Panamá doblegó a los jamaicanos y México supo sacar tres puntos del Cuscatlán. Hay campos que en realidad son cavernas, y el lúgubre inmueble de San Salvador es claro ejemplo. Encerradito, con grada pegada al césped y cancha de mínimas dimensiones: el vestuario visitante vibra cuando sale uno a jugar. Afortunadamente, solo pesan las canchas de quien sabe hacerlo valer: las canchas donde no sale el sol ni hay calor. Allí, todavía, no es así.