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El estigma de los Warriors

Hay un estigma que los Golden State Warriors no podrán quitarse, a pesar de su grandeza

¿Qué importa más? ¿Ser el mejor equipo en la historia o haber perdido una ventaja de 3-1 en las finales? Independientemente de su evidente grandeza, los Warriors no lograrán quitarse el estigma de la catástrofe del año pasado.

¿Qué importa más? ¿Ser el mejor equipo en la historia o haber perdido una ventaja de 3-1 en las finales?

No hay discusión. El equipo actual de los Warriors de Golden State tiene todo lo necesario para convertirse en uno de los mejores de la historia sino es que en el mejor. Con sus dos MVPs, múltiples All Stars y una profundidad astronómica en la banca, no se ve claro quién pueda darles batalla en los próximos cinco años. Sí, tal vez unos Spurs con Kawhi Leonard saludable puedan lograrlo, pero no está nada fácil y mucho menos si sacamos de la ecuación a Tony Parker y a Ginóbili. Eso es en el Oeste, ¿y en el Este? Si nadie puede con Cleveland, y Cleveland no pudo con ellos, ¿a quién queremos engañar?

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Entonces, sí, estamos en la presencia de una de las escuadras más dominantes de la historia pero les pregunto:

¿Qué será lo que los acompañe a la inmortalidad?

¿Las historias que detallan cómo desmantelaban a sus rivales o el hecho de que perdieran unas Finales después de ir ganando 3 a 1?

No se me alebresten todavía. No vengo aquí de hater a tirarle mierda a los Warriors. Si vuelven a leer el primer párrafo con cuidado, pueden ver que estoy de acuerdo con su grandeza, pero aceptémoslo: vivimos en una sociedad en la que se nos recuerda más por nuestros errores que por nuestros logros.

Cuando se encuentran a sus amigos de secundaria, rara vez se acuerdan del que se ligó a la guapa o el que se le puso al tú por tú al maestro por injusticias. Siempre recuerdan al que se hizo popó en primaria o al que le bajaron los pants en educación física y ese es un estigma que persigue a todos el resto de sus vidas. Si cualquiera de estos ejemplos llega a ser el siguiente Mark Zuckerberg y esté nadando en billones de dólares a la Rico McPato, alguien va a decir: "Ah, no manches, es el que se hizo popó en primaria".

Y lo mismo va a pasar con Golden State en unos años, cuando lleven 7 campeonatos seguidos, todos podremos decir: "Sí, pero perdieron una ventaja de 3-1 en finales y perdieron el séptimo en casa." Y eso es algo que los perseguirá hasta la tumba.

Aquí tal vez ya estén pensando: "Eso no importa porque todavía no tenían a Durant".

Y está bien, crédito parcial, pero no olvidemos que esos Warriors, sin Durant, fueron los que terminaron la temporada regular 73-9, rompiendo el récord de los Bulls del 96 y metiendo todo triple posible y más triples imposibles. Esa temporada fueron algo espectacular y ya en las Finales, cada partido que ganaba Cleveland que alargaba más la serie solo nos hacía pensar: "Ya, en este pierden". Hasta que tómala, el tapón de LeBron, el triple de Kyrie, la defensa de Love y vámonos con el trofeo Larry O'Brien a The Land.

Insisto que esto es algo que no le quita puntos a su grandeza, ni a lo que lograrán los próximos años. Simplemente es algo que todos dirán siempre. No hay forma de hablar de los Warriors sin mencionar esa derrota y pues, desafortunadamente, es una mancha fea en su currículum.

No, no creo que se les deba juzgar ni quitar puntos por ello pero sé perfectamente que cada que alguien pueda mencionarlo, lo hará.

Es muy drástico y terrible lo que propongo, pero también es real. Los Warriors perdieron en la remontada más histórica del juego y ya. Es un hecho. Un dato. Algo que los acompañará por siempre como un tatuaje de Calvin meando. No importa si tienes toda una manga hecha por el mejor tatuador del planeta que valió miles de dólares y merece estar en un museo, también tienes un Calvin meando.