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playoffs nba 2017

Russell Westbrook y RIP a la mejor temporada que haya visto en mis veintantos años de amar este juego

Russell Westbrook no sólo es un puto asesino, sino el MVP de la NBA. No importa que su equipo haya calificado en sexto lugar y haya sido eliminado en la primera ronda.
Kelvin Kuo-USA TODAY Sports

Puede parecer difícil de creer, pero antes de la catastrófica salida de Kevin Durant del Oklahoma City Thunder, Russell Westbrook era un gusto adquirido para la mayoría de los fanáticos de la NBA en el mundo.

Desde sus días haciendo dupla con Kevin Love en UCLA, su talento siempre fue evidente e innegable: una combinación de atletismo nuclear aunado a una competitividad maniática, lo convertían en la bomba de tiempo móvil más veloz e impredecible de la liga.

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1.

Un amigo alguna vez lo describió como alguien que 'corría sin haberse abrochado las agujetas'. Jamás entendí porque ello podría considerarse como pernicioso: cuando estás a punto de montarte a la bomba atómica para caer al vacío, no tendrías que preocuparte más que por la tarea en frente. El apocalipsis no va esperar a que hagas unos moñitos pendejos en tu zapato.

Nunca faltó combustible para sus detractores, ya fuera la incapacidad del Thunder de ganar el último juego en los playoffs, su tendencia a perder el balón o su errático tiro de tres lo que alimentaron por años las plumas del odio de cientos de escritores alrededor del mundo que ponderaban de forma abierta si es que la joven franquicia del Thunder estaría mejor servida con Durant como el perro alfa absoluto rodeado de un elenco de betas, en lugar de que dos jugadores de talento trascendente pelearan por tal designación.

La forma reservada con la que siempre ha actuado y su extraña conducta nunca ayudaron a su causa. Sus respuestas cortas y crípticas ante la prensa lo pintaban como una especie de misántropo enigmático cuya terapia era entregarse al juego como si su vida dependiese de ello.Su fascinación con la moda y sus experimentos sartoriales siempre confundieron a escritores que no estaban acostumbrados a que los atletas se expresaran de dicha forma. Mientras que el resto de las superestrellas pasaban las vacaciones entre temporadas montando bananas inflables en las Bahamas, Westbrook gastaba su tiempo en la semana de la moda de hombres en Paris. De Los Angeles a Oklahoma con la capital de Francia en el medio. Otra dicotomía absurda de las muchas que lo definen.

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NBATwitter siempre supo apreciar a 'Brodie'. A 'Russy' como hasta la fecha se refieren con cariño. La denominación con el hashtag se refiere a un grupo de nerds obsesivos y escritores, una especie de alianza rebelde que ha utilizado la plataforma de 140 caracteres para hablar sobre la NBA y su culto a la personalidad de formas nuevas, más allá del análisis deportivo de estadísticas y marcadores característico del análisis deportivo. ¿Una de sus principales tareas? Cantar las glorias y registrar las hazañas del base armador del Thunder, como si se tratase de Jon Landau en 1974, aseverando como vio el futuro del rock n' roll y su nombre era Bruce Springsteen. Gente como Bethelehem Shoals (conocido en su casa como Nathaniel Friedman y como el fundador del blog de culto FreeDarko para el resto del mundo) se extendía poéticamente sobre su grandeza, Shea Serrano el escritor mexa del basket y el rap hacía lo propio de manera cómica y Zito Madou a base de pura pasión íntegra y cruda. La base de fans de Westbrook nunca ha sido la más grande, pero sí la más leída, obsesionada y progresiva.

Afortunadamente, el mundo entendió la grandeza de Westbrook. Desafortunadamente, para que esto aconteciera, tuvo que llegar la tragedia.

2.

Fue el verano del descontento de Oklahoma. El peor 4 de julio que podrían haber imaginado los residentes del estado Sooner: Kevin Durant, el MVP, el chico de la sonrisa de oro, sorpresivamente anuncia su salida del único equipo para el que había jugado toda su vida, con la intención de unirse a la máquina cataclísmica de los Golden State Warriors. Los ricos se vuelven más ricos y el equipo que justamente la temporada pasada había roto el récord de victorias en la temporada regular reclutaba al anotador más versátil de la liga y uno de los defensivos más disruptivos e infravalorados. Si no pudieron vencer a LeBron a las finales, tal vez traer al segundo mejor delantero chico (en sentido figurado, Durant es probablemente tan alto que la mayoría de los centros) de la liga podría lograr el truco.

La ciudad dependía más que nunca de Westbrook y este no decepcionó, firmando una extensión de contrato de tres años con el equipo que lo seleccionó como cuarto en el draft del 2008 y que prefirió mantenerlo en el equipo cuando las negociaciones con James Harden obligaran a que sólo pudiera estar uno. Esta sería la primera jugada clutch de las muchas que Westbrook ejecutaría en la temporada 16-17.

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Que Russell Westbrook tenga una increíble habilidad para amasar triples dobles no es novedad reciente. Previo a la que acontece, ha sido líder de esta categoría en las últimas temporadas con 18, 13 y 11 respectivamente. Todos esperábamos que con la salida de Durant, esos números se elevaran. Nadie esperaba que lo hicieran de una forma tan absurdamente exponencial.

3.

Hay números que analizados desde el contexto contemporáneo del juego se consideran hitos imposibles, no porque los atletas del ayer fueran superiores a la de actualidad, sino porque el juego, sus reglas y competidores han evolucionado a tal grado, que me atrevo a aseverar que si pusieras a cualquier All-Star contemporáneo en un juego en la década de los sesenta, todos serían capaces de romper el record de 100 puntos anotados por Wilt Chamberlain en 1962. Pelada.

Una de esas hazañas imposibles de romper fue cuando en la temporada de 1961-62, Oscar Robertson promedió un triple doble con la friolera línea estadística de 30.8 puntos, 12.5 rebotes y 11.4 asistencias en una liga que contaba con 9 equipos, que jugaba a un ritmo mucho más acelerado que el actual: cada juego promediaba 126.2 posesiones por partido comparado con las 96.4 de la actualidad. No es casualidad que el juego de 100 puntos de Chamberlain haya ocurrido en la misma temporada o que el gigante de los Sixers haya promediado 50.4 puntos por partido. Los jugadores en ese entonces tenían casi treinta posesiones más por encuentro para inflar sus promedios. Comparar a la NBA actual con su antecesor de hace más de cincuenta años es equiparable a contrastar a los teléfonos de casa con los iPhone.

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Toda esta información hace que los números de la temporada regular de Westbrook parezca una hazaña aún más hercúlea (no 'culera', todo lo contrario). Russell Westbrook capturó nuestra imaginación completando algo que parecía francamente imposible, promediando un triple doble en una era donde los atletas asemejan dioses griegos, la analítica del juego contiene tanta información como si fuera de la NASA y la disponibilidad del juego en toda clase de plataformas a nivel mundial vuelve más fácil la disección y por consecuencia el juicio. No sólo eso, sino que también lideró la liga en puntos con 31.6 por encuentro, segundo en asistencias con 10.4 y décimo con 10.7 rebotes. Si estás familiarizado con las estadísticas de la NBA entenderás que muchos números resaltarán por lo absurdo que son, pero principalmente que un base armador tenga doble dígitos en rebotes. Números de videojuegos. Simplemente irreal.

4.

A pesar de que vivimos en un mundo más receptivo a Westbrook, las críticas de aquellos aferrados al pasado se mantienen presentes. Y es que existe una fracción de personas que señalan a los números del oriundo de California como relleno, números que no se reflejan en victorias para su equipo. Lo único que puedo argumentar a esto es preguntar: ¿Han visto al resto del roster del Thunder?

La versión actual del Oklahoma City Thunder fue un equipo creado con la idea de que iban a contar con Durant Y Westbrook. André Roberson y su inexistente ofensiva jugarían el papel del férreo defensor de perímetro, liberando al dúo de estrellas de dicha responsabilidad; Steven Adams se encargaría de la defensa interior, rebotes y la pinturas. Victor Oladipo y Enes Kanter se convertirían en las anclas de una banca de lujo. Se hablaba de la posibilidad real de que Al Horford se uniera al equipo, completando un plantel que ya no dejaría ir una ventaja de 3-1 como la que perdieron ante los Warriors en las finales de Conferencia pasadas.

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La construcción de este equipo no beneficia a los talentos de Westbrook como figura principal. Lejos de ello. La falta de Durant les ha desprovisto de tiradores exteriores, la habilidad más cotizada en la NBA contemporánea. Oladipo, aunque talentoso, tiene que compartir la titularidad con Westbrook y sus juegos son demasiado similares para complementarse plenamente. Roberson, a pesar de ser un as defensivo, afecta a su equipo con su pútrida ofensiva.

Lo de Russell Westbrook como rebotero no sólo es tributo a una habilidad atlética innata, sino que también nace a partir de la más pura necesidad: los hombres grandes hacen el cerco reboteador para que Westbrook lo capture e inicie el mismo un rompimiento rápido de un solo hombre que trajo consigo muchas de las mejores jugadas de la temporada.

5.

Como el juego del 9 de abril contra los Nuggets de Denver. Faltando escasos minutos para el final, Russell ya había logrado su triple doble número 42, el cual rompía el record de Robertson. El único problema era que su equipo perdía por diez puntos contra unos Nuggets hambrientos de la victoria. Perder significaba ser eliminados de los playoffs.

De ahí en adelante, Westbrook anotó 28 de los últimos 31 puntos de su equipo, incluyendo un larguísimo triple que vencía al reloj y le daba la victoria a su equipo.

¿Su línea final? 50 puntos, tirando 17-32, 16 rebotes y diez asistencias. Ah sí, y además el frío asesinato de las aspiraciones de postemporada de toda una ciudad. En su casa.

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6.

Russell Westbrook no sólo es un puto asesino, sino el MVP de la NBA. No importa que su equipo haya calificado en sexto lugar y haya sido eliminado en la primera ronda. Tampoco importa que su ex-compañero James Harden haya tenido una temporada 80% de espectacular con un mejor elenco, ni que Kawhi Lenard sea probablemente el mejor combo de defensa y ataque desde Jordan a principios de los noventa; ni que LeBron haga las cosas que nos tiene acostumbrados.

No hay comparativos deportivos para señalar la grandeza de Westbrook esta temporada. Puedo pensar tal vez en Leonidas en 300 o Shoshanna calcinando a una horda de nazis incluyendo a Hitler en Inglorious Basterds.

7.

Soy un cliché asqueroso y mi libro favorito es Infinite Jest de David Foster Wallace. La razón por la que después de muchos intentos, por fin pude terminar esa monstruosidad de más de 1,300 paginas hace muchos años está relacionado con el prólogo escrito por otro gran escritor, Dave Eggers y que contiene esta parte que me ha obsesionado por mucho tiempo y me atrevo a traducir aquí:

El punto es que si estamos interesados con la posibilidad humana y si somos capaces de vitorearnos los unos a los otros en saltos en la ciencia, atletismo, arte y pensamiento, debemos admirar el trabajo que han logrado crear nuestros colegas.

Tenemos una obligación, para con nosotros mismos principalmente, de ver que es lo que un cerebro como el nuestro – es decir, usando el mismo efluvio en el que también nosotros nadamos a través – es capaz de lograr. Es por ello que vemos Shoah o inspeccionamos el pergamino eterno en el que Jack Kerouac escribió (durante una fiebre de días) On the Road o el Rising Up and Rising Down de William T. Vollman de 3,300 paginas o la serie de películas 7 Up, 28 Up, 42 Up de Michael Apted o… Bien, la lista sigue y sigue.

Y si la lista sigue y sigue y si Eggers hubiera escrito y estuviera familiarizado con el basquetbol (ignoro sí lo está), tendría que incluir aquí la temporada de Westbrook. Una hazaña de esas que inspiran libros, películas y el arte más trascendente. Russell Westbrook y el Thunder están eliminados de los playoffs y aunque esta temporada nos traiga la esperada trilogía de Warriors-Cavs en las finales, todos recordaron al hombre más determinado encarando una misión imposible, capturando nuestra imaginación y corazones, distrayéndonos por lo menos unos instantes de la desalentadora realidad que enfrentamos día a día.

8.

Russell Westbrook es el MVP sin importar cuál sea el resultado final de las votaciones.

Muerto por dentro, pero de pie como un árbol. RIP a la mejor temporada que haya visto en mis veintantos años de amar este juego. Gracias Russell Westbrook.