Se busca contrincante "de a devis" para "Canelo" Álvarez

Cuando las cámaras enfocaron la intimidad del equipo de Smith a pocos segundos de su entrada al ring, lo que saltó de inmediato a la vista fue el inquietante comportamiento del boxeador nacido en Liverpool.

Para cuando Smith se encontraba chocando los guantes en el centro del encordado con Saúl Álvarez, su semblante lucía desencajado, similar, me imagino, al rostro de Tetis, madre del Gran Aquiles, al enterarse de que su hijo tendría un fatídico final —predicho por los dioses— en la Guerra de Troya. Smith pudo verse tirado sobre la lona, rodeado de un ensordecedor tumulto, y cumpliendo su funesto destino.

Como habíamos predicho, la contienda obedeció, de manera impecable, el guion que Óscar de la Hoya, la OMB y otros involucrados habían redactado desde que Saúl Álvarez renunció a su título mundial mediano del CMB. "Peleamos por un campeonato mundial de un organismo que quiera recibir más "prestigio", bajamos a súper wélter—aunque implique un sacrificio inhumano— para evitar contrincantes medianos natos y una vez dado el peso, subimos con ventaja el día de la pelea, escogemos un lugar ostentoso porque somos los que más vendemos en la actualidad, metemos a más de 51 mil personas, las complacemos, y salimos airosos como de costumbre".

Planes hay muchos, pero pocos se llevan a cabo con tanta perfección como la velada de anoche.

Sí, "Canelo" se lució. Se cansó de meter combinaciones a placer, caminó el ring, mejoro muchísimo su jab, se le vio fuerte, rápido, y preciso. Todo ello es verdad, los elogios excesivos de los comentaristas y analistas son verdaderos, la asistencia en el recinto fenomenal. Fuimos testigos del recital boxístico en Arlignton y nadie nos puede decir que las cosas se dieron de otra forma.

Pero también es muy cierto que es más fácil lucirse ante un objeto inerte de carne y hueso que uno familiarizado con su entorno, dinámico, peligroso e inteligente. Sabíamos de antemano que Liam Smith no era un esteta del boxeo, ni siquiera un peleador inglés respondón, del tipo que no se arruga ante el intercambio, algo así como Ricky Hatton. Y, sin embargo, aquel cuerpo sin vida logró soltar las manos como si se tratase de espasmos post mortem, y dar con su objetivo.

Por momentos, muy pocos en realidad, Smith llegó a conectar combinaciones de tres golpes que, si bien no sacudieron las piernas de "Canelo", sí exhibieron sus deficiencias a la defensiva; el movimiento de cintura que el mexicano había mostrado ante Cotto se quedó en el olvido.

Del otro lado, a Smith se le notaba miedoso, siempre acorazado con sus dos manos bien pegadas a la cara y encogido: la peor "defensa" o plan de pelea para enfrentar a un contrincante que suele subir, mínimo, diez libras después del pesaje oficial, y que al final del día pegará más duro que tú porque así lo dicta la física.

— Marino Pepén (@Marino_Pepen)18 de septiembre de 2016

El primer nocaut propinado por Álvarez llegó luego de un gancho de derecha que encontró la zona de la sien del inglés; a partir de ese momento, "Canelo" impuso su estilo y poderío sobre un enclenque Smith que suplicaba —imaginamos— por el final de la contienda. Finalmente, en el noveno episodio, el jalisciense conectaría un gancho letal al hígado que bajaría el telón de la afamada obra.

¿Qué sigue para Saúl "Canelo" Álvarez? La respuesta es obvia y los hechos dudosos. Durante su entrevista posterior a la pelea, el mexicano acusó al equipo de Golovkin de haber rechazado una oferta en la que según se le ofreció "el doble y hasta el triple" de ganancias, pero el kazajo se negó. La pelea se realizará, de eso no hay duda, pero la incertidumbre yace en el "cuándo". A Golovkin se le acaba el tiempo en un deporte que desgasta a sus practicantes más rápido que cualquier otra disciplina; "Canelo" sigue intacto gracias a que cuenta con un equipo con el colmillo muy retorcido y un cinismo vergonzoso. Existen rumores de que su próximo oponente podría ser Kell Brook (si subió dos divisiones por qué no habría de subir una).

Por el momento, "the show must go on" como dicen los vecinos del norte, y para ello se requiere que "Canelo" enfrente a cartuchos quemados y/o campeones de papel.