Cultură

Ai Weiwei en el MUAC: una reflexión pop sobre la masacre de Ayotzinapa

Con un millón de piezas Lego, el artista chino comparte su visión sobre la desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa.
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A través de un filme documental y retratos de los estudiantes normalistas desaparecidos construidos con más de un millón de piezas de Lego, el artista chino Ai Weiwei presenta su lucha maximalista contra la censura en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo. ”Reconstruyendo Memorias” recuenta los sucesos alrededor de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre de 2014, después de que fueron atacados por la policía municipal mientras viajaban en autobuses en Iguala. El caso no solo provocó una ola de protestas masivas en México, también motivó a Ai Weiwei a comenzar una investigación sobre los traumas sociales y la violencia política después de su visita al país en el 2016.

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En una conferencia pública con Cuauhtémoc Medina, curador de la exhibición, el artista expresó su inconformidad con la indiferencia del gobierno y la falta de transparencia: “Me pregunté cómo es posible que hayan desaparecido 43 estudiantes y a la fecha no haya respuestas. Esto es algo que me sigue sorprendiendo. Esto es la sociedad moderna y cualquier delito tendría que tener respuestas claras”.

El título de la exhibición nos regala una interpretación del uso del material: las piezas Lego representan un material de construcción universal y los rostros; los recuerdos y la identidad de los desaparecidos.

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Debajo de los retratos, una línea del tiempo que inicia con la independencia de México y sigue con la noche del 26 de septiembre del 2014, se muestra el desarrollo de la investigación relacionada al caso, incluidas averiguaciones y declaraciones oficiales del gobierno. La preproducción de la obra utilizó testimonios de los padres de los estudiantes como ejes centrales de exploración, llevadas a cabo por el mismo creador.

En la misma sala, se exhibe un templo de madera de la dinastía Ming como un discurso de la destrucción de patrimonios culturales a causa de la violencia de la revolución. Presume ser la pieza ready-made histórico-política más grande que ha tenido el museo en una de sus salas.

Lo que podría parecer una comparación entre las dos culturas, china y mexicana, es en realidad una representación física de la unión entre sociedades lastimadas que comparten el dolor de sus respectivos hechos trágicos. Los dos trabajos del artista tienen como objetivo recapitular y concientizar acerca del futuro destruido que le dejamos a las siguientes generaciones y la crítica a un gobierno que es todo menos transparente.

El hecho de que un artista del otro lado del mundo comparta el mismo dolor por la tragedia en México a través del arte, entrevistando a los padres de los estudiantes y atacando el mal manejo de información del gobierno, agrega un gran valor a la exhibición. Ai Weiwei demuestra que su inquietud por lo política puede transformar una memoria social en una obra de arte pop que busque justicia para los “presos de conciencia”.