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Los Kings de Sacramento dejaron de ser la burla de la NBA gracias al Draft

Después de una década de incompetencia, falta de resultados y tristeza generalizada, los Kings tuvieron su mejor draft en años la noche del jueves. Es oficial: los fans de Sacramento pueden emocionarse esta vez.
Photo by Brad Penner - USA TODAY Sports

El Draft de la NBA es una noche para el cambio, la esperanza y los nuevos comienzos. Es la promesa de un mejor futuro para todos con excepción, en los últimos años, de los Kings de Sacramento.

Para los Kings, franquicia que ha tomado tantas decisiones humillantes en la última década hasta el punto de que sus exempleados prefieren dejar en blanco sus currículos en lugar de admitir que trabajaron ahí, los draft ha sido utilizado como una oportunidad para hacer más grande el hoyo de su fracaso. Echar un vistazo a su pasado es como trazar un mapa de pésimas decisiones sin una meta fija.

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Sin embargo, el jueves por la noche Sacramento llegaba con otra oportunidad para rectificar el camino. Era su primer draft desde que DeMarcus Cousins fue traspasado a Nueva Orleans, lo cual estableció el arranque oficial de una nueva era. El intercambio no fue del todo bien recibido, pero al final del draft nos dimos cuenta que hay varias razones para afirmar que finalmente los Kings han logrado revertir la maldición para dejar de ser el chiste de la NBA.

Aquí un pequeño resumen. Sacramento seleccionó con el quinto pick a De'Aaron Fox, electrizante jugador de 19 años proveniente de Kentucky que humilló a la segunda selección global, Lonzo Ball, en el NCAA Tournament. Fox es lo suficientemente talentosos para reemplazar a Cousins como jugador franquicia legítimo en unos años; la diferencia más importante es que su personalidad no nos hace sentir como si el sol no saliera por las mañanas.

Dada la juventud en Sacramento —la cual es extrema; con excepción de un traspaso, los Kings podrían contar con 10 jugadores bajo contrato de novatos en el campamento de entrenamiento de la próxima temporada— Fox tendrá la oportunidad de establecer una nueva identidad en el equipo que dé prioridad a la defensa, comunicación y, en general, la voluntad revolucionaria para tratar a sus compañeros como seres humanos.

"Sé que será complicado cambiar a un equipo", dijo Fox a los reporteros poco después de ser seleccionado. "Pero quiero participar y poder influir en el juego de alguna forma. Mucha gente dice que podría ser un jugador franquicia, y eso justo lo que quiero ser… A veces cuando un equipo no juega bien, quizás se deba al liderazgo que no tienen. Sé que será el jugador más joven del equipo, pero intentaré ganarme el respeto de todos".

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El tiro suspendido de Fox es preocupante, algo parecido al de Rajon Rondo/Elfrid Payton/Ricky Rubio. Pero no tanto cuando se tiene en cuenta que su compañero será Buddy Hield, quien encestó el 42.8 por ciento de sus triples después de haber sido traspasado a los Kings la campaña pasada. Ambos se complementan a la perfección, y si las cosas resultan como se esperan seguro podrán convertirse en una de las duplas más temidas de la Conferencia Oeste en los años venideros.

Si los dotes físicos de Fox, sobre todo su notable velocidad, cuajan como los de John Wall, puede llegar a ser uno de los mejor 10 jugadores base. Jugar a la defensiva importa muchísimo. Será un desarrollo significativo para una franquicia que necesita desesperadamente estabilidad en la posición más importante del basquetbol.

El juego por encima del promedio de los base le hace la vida más fácil a todos, desde Hield, Willie Cauley-Stein y Skal Labissiere, hasta el entrenador Dave Joerger. Los resultados no se darán inmediatamente, pero Fox es la piedra angular para construir al equipo y posee el perfil para convertirse en una estrella. Sacramento se habría llevado un 10 por el simple hecho de ficharlo anoche, pero el intercambio con los Trail Blazers de Portland puso las cosas aún mejor.

En lugar de escoger un jugador prospecto con el décimo pick, Sacramento cambió la selección con Portland por la número 15 y 20 globales.

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Justin Jackson. Foto: Bob Donnan - USA TODAY Sports

Para un equipo que finalmente ha aceptado su necesidad de armarse desde cero, este acuerdo tiene mucho sentido. Los Kings sacaron ventaja al seleccionar a Justin Jackson y Harry Giles. El primero mide 2.08m y tiene un alcance de mano a mano de 2.1m, números ideales para defender desde múltiples posiciones en la NBA de la actualidad.

Por su parte, Giles, de 19 años, quien sufrió lesiones en ambos ligamentos cruzados anteriores en los últimos cuatro años, podría ser el "robo" de todo el draft. Varios analistas de esta generación aún creen que Giles podría ser un basquetbolista de élite si se mantiene sano. Ha pasado mucho tiempo desde que vimos al mejor Giles, pero la buena noticia es el efectivo equipo médico de Sacramento. Giles tiene suficiente talento para subir su valor. En otras palabras: fue otra gran decisión.

Entonces, con la selección 34 global, los Kings escogieron al mejor basquetbolista universitario de la campaña pasada. Frank Mason III, jugador que se convirtió en una estrella en sus últimos años en Kansas. Le falta altura (1.80m) y otras medidas que posiciona a los jugadores en la primera ronda, pero si Mason se queda en el equipo titular y demuestra que puede servir de apoyo y complemento de Fox en los próximos seis o siete años, los Kings habrán concretado un draft casi perfecto.

Una noche puede cambiar el curso de una franquicia, pero aún queda mucho trabajo por hacer antes de que los Kings puedan ganar partidos importantes. Ya han sufrido demasiado daño en los últimos años quedándose fuera de la postemporada. Tal vez los Kings sean el peor equipo el próximo año, y posiblemente no ganen más de 25 partidos. Pero está bien. Un plan a futuro, apoyado por jóvenes talentosos, acuerdos inteligentes, y flexibilidad en el tope salarial para el futuro es un buen comienzo. En los últimos años, los Kings han jugado peor y sin tener todo eso.

Si fichan a todas sus selecciones, renuncian a todos sus agentes libres, y adquieren a Bogdan Bogdanovic, los Kings tendrán disponibles cerca de 38.4 millones en el tope salarial para gastar en este verano. Sacramento no tienen la primera selección del 2019 —los Celtics o 76ers se quedarán con ella— así que no deberían gastar su dinero en veteranos que no concuerdan con su línea de tiempo. Más bien, los Kings deberían acaparar a las jóvenes promesas y convertirse en el basurero de equipos rivales que buscan disminuir sus salarios.

No debería sorprendernos si los Kings vuelven a las andadas y arruinan su flexibilidad con compras de pánico, pero los movimientos que han hecho en los últimos meses sugieren un cambio prometedor de estrategia. Por fin se dieron cuenta que no existen atajos en la NBA, y que la paciencia es una virtud. Todo lo que los Kings necesitan ahora es un poco de suerte (particularmente con las piernas de Giles), una de las primeras selecciones en el próximo draft, y una directiva que no se vea tentada a hipotecar el futuro por resultados a corto plazo.

Dado el pasado de este equipo, quizás sea demasiado lindo para ser verdad. Sin embargo, dados sus movimientos en el draft, todo parece más alcanzable. Si las cosas se acomodan como deben, los Kings no sólo dejarán de ser el chiste de la NBA, también serán una amenaza latente.