La graduación táctica de Zinedine Zidane
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Zizou leyenda

La graduación táctica de Zinedine Zidane

Zidane se hizo escuchar no solo en el corazón de sus jugadores, sino también en su mente. Fue superior en la motivación, y también en la táctica.

Zinedine Zidane, es sin duda un nombre que nunca se va a borrar de la mente de los aficionados merengues. Zizou, es cuatro veces campeón de la Champions League con el Real Madrid, una como jugador en aquel lejano 2002, una más como auxiliar técnico de Carlo Ancelotti, y el bicampeonato obtenido como entrenador. Es uno de los apenas siete que han ganado la Champions como jugador y como entrenador.

Almudena Goulard, senior manager de RR. HH. de Ayming, considera a Zidane un gran canalizador de egos: "Es un ejemplo de líder cuya estrategia está basada en el equipo, concentrada en el éxito. Es capaz de conocer las mejores cualidades de cada miembro de su equipo y sacarles el máximo partido. Otros entrenadores quizás tengan o hayan tenido estrellas en el equipo, pero Zidane contaba con unos jugadores fundamentalmente desmotivados y supo remontar y sacar el máximo rendimiento de ellos"

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Muchos dudaban de la capacidad del francés para estar al frente de un equipo como el Real Madrid, con un vestuario lleno de personalidades protagónicas, en la que hay muchos generales y pocos soldados. Al principio, como en todo nuevo entrenador que fue gran jugador, a Zidane se le tachaba de ser solo un motivador que con el poder de la palabra sacaba lo mejor de cada estrella. En parte es cierto, gracias a su palabra y poder de convencimiento, supo crear una atmósfera armoniosa dentro del vestuario, y se ve reflejado en la cancha.

"Todos los entrenadores que han estado antes que yo son buenísimos. Yo ahora no voy a decir que soy el mejor, porque no lo soy. Sólo puedo decir que me encanta el fútbol y que estoy trabajando muchísimo. Pero la clave está en la plantilla"

Zidane ante la Copa

En la charla con el equipo, durante reconocimiento de la cancha de Cardiff previo al día de la final, Zinedine Zidane apeló al paseo mental. Piensen, piensen, piensen.

  • Lo que han hecho para llegar hasta aquí es lo más importante. No es lo más importante la final.
  • Tenemos a un club con una motivación tremenda y la vamos a tener mañana.
  • Pero lo más importante era llegar hasta ahí. Piensen en lo que ustedes han hecho.
  • Piensen en que ustedes han ganado la Champions dos veces. Para mí es la clave.
  • Piensen que solo dos equipos están en la final.
  • Piensen en que ustedes le han podido ganar a todos
  • Piensen en lo positivo.

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Zidane y sus 300 guerreros

Como alguna vez lo hizo Pep Guardiola en los años dorados del Barcelona, Zidane también recurrió a la motivación basada en las películas de guerreros. Lo que para Pep fue Gladiador, para Zizou fue 300.

"Nosotros los espartanos descendemos del mismísimo Hércules. Nos enseñó a no retirarnos jamás. A no rendirnos jamás. Nos enseñó que morir en el campo de batalla es la mayor gloria que se puede alcanzar en la vida. Los mejores guerreros que el mundo ha conocido".

Pero Zidane es mucho más que un simple motivador, y la final de la Champions League ante la Juventus era un examen profesional, era su graduación como táctico. La Vecchia Signora es de esos equipos que requiere que un general se haga sentir sobre el campo de batalla, no solo que sepa gritar y ordenar, sino que sepa posicionar a sus soldados, que proteja los flancos de su línea, que sepa ajustar frente a la artillería rival, frente a las cargas de caballería. Y que sepa atacar con sus propios recursos.

Pedro Días Ridao, profesor de liderazgo y emprendimiento en la Escuela Universitaria Real Madrid de la Universidad Europea, se refiere a Zidane como un general que no se ha tocado el corazón para sentar a uno de sus mejores soldados si así se lo dictaba la estrategia, y su ejército no se amotinó. "No ha engañado a nadie, ha sentado a los jugadores cuando ha tenido que hacerlo y se lo ha explicado de manera que todos lo han entendido. En esto ha sido predecible y eso ha hecho que los jugadores confíen en él". Además Días Ridao, dice que Zidane sabe convertirse en invisible, algo que aprendió de Ancelotti.

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En cuestiones tácticas, Zinedine Zidane logró plantear un buen partido y neutralizar a la Juve, sobre todo en el segundo tiempo. Saltó con un 1-4-3-3, habitual en el cuadro blanco; y cuando no se tenía el balón, se ajustaba a un 1-4-4-2, en el que Isco tomaba la banda derecha para formar la línea de cuatro mediocampistas, y arriba solamente se quedaban Cristiano y Benzema.

El Madrid empezó a ser notablemente superior cuando empezó a generar espacios dentro del terreno de juego, una forma de generar era con pases consecutivos en sector izquierdo del campo en referencia al ataque blanco, para después liberar por derecha a Carvajal.

Otra forma de generar espacios era cuando Kroos prácticamente se colocaba como lateral, con esto atraía la marca de Pjanic y generaba espacio en medio campo que después era aprovechado por Isco. El movimiento de Kroos, le permitía a Marcelo y a Carvajal sumarse al ataque.

Las incorporaciones al ataque de Marcelo y Carvajal, obligaban a que la Juventus defendiera con más hombres, y se vieran obligados a defender con dos líneas de cuatro, incluso, Mandzukic tenía que bajar para ayudar en la marca a Alex Sandro. Por momentos del partido, y con el flujo de la jugada, el croata se llegó a posicionar como lateral izquierdo preocupado en la marca por Modric y Carvajal.

Los movimientos anteriormente señalados hacían que la Juventus alejara gente del ataque, es decir, de la zona donde mejor se desempeña, y estuvieran más preocupados por cuestiones defensivas que por atacar. En resumen, Zidane forzaba a que los jugadores de la Juventus no hicieran las tareas que mejor saben hacer y se dedicaran a hacer cosas en las que no necesariamente eran buenos. Con eso, minó considerablemente la capacidad colectiva de los italianos. El mensaje más claro frente al asedio del Madrid lo mandó el técnico juventino, Massimiliano Allegri, cuando sacó a jugadores de características ofensivas como Dybala y metió a Lemina y a Marchisio, de vocación más defensiva.

"Empezamos difícilmente la primera parte, pero la segunda fuimos muy superiores, y mantuvimos el balón, jugamos más arriba presionando, y físicamente, yo creo que ganamos el partido con esta determinación"

Los ajustes y la inteligencia táctica de Zidane se vieron reflejadas en el desempeño del juego. El Madrid tuvo un 56% de la posesión del balón y 91% en la precisión del pase. Un equipo que tiene el balón y que se equivoca poco en el pase, elimina la posibilidad del contragolpe. Sin balón, y sin oportunidad interceptarlo, la Juventus fue arrollada en ese segundo tiempo en que el Madrid les metió tres goles, los mismos que la Juve había permitido en todo el torneo.

La efectividad defensiva de la Juventus había sido inexpugnable en todo el torneo. Antes del Madrid, la Juventus había permitido solo 3 goles en 12 partidos. Es decir, 3 goles en 1,080 minutos. En el juego de vuelta de la semifinal, ante el Mónaco, la Juve recibió un gol y vio cortada su racha de seis partidos sin recibir anotación. Pero en la final, los merengues les meterion 4; y 3 de esos goles, fueron tan solo en 45 minutos.

El general se ha ganado sus blasones sobre el campo de batalla.