La NCAA nos ha regalado uno de los más grandes y emocionantes desenlaces en un juego de basquetbol. Wake Forest recibió una importante lección la cual parecerá obvia y básica, pero que dice que un juego no se puede dar por ganado hasta que el cronómetro esté en cero… e incluso eso en el baloncesto también puede cambiar todo.La Universidad de Virginia consiguió una de las volteretas más épicas del deporte al ir perdiendo un juego por siete puntos cuando restaban apenas 15 segundos. Virtud del que deseó hasta el final ganar pese a que era prácticamente hacerlo, pero también, exceso de confianza para el rival que cometió distintos errores para dejarse perder.El juego a escasos 26 segundos se encontraba 70-63 a favor de Wake Forest, un respiro para algunos, pero una vida en deportes como el basquetbol. Pasaron 12 segundos en una doble pérdida de pelota para que Virginia anotara su primera canasta, de tres, dejando a 14 segundos el marcador 70-66.Wake Forest pudo ampliar definitivamente la ventaja luego de recibir una falta e ir a la línea, sin embargo, fallaron los dos tiros dejándole nuevamente la pelota a Virginia quien en una rápida ofensiva consiguió tres puntos más por conducto de Bryant Crawford, el héroe de la remontada, cuando al cronómetro le quedaban poco más de cuatro segundos.Con el marcador 70-69 y con posesión para Wake Forrest llegamos a una gran contradicción. Tan solo es un punto, pero carajo, tienes la bola y quedan 4.7 segundos.Pero los milagros -y las malas decisiones- existen. Nueva falta, Wake Forest a la línea, un solo punto en tiro libre y posesión de cuatro segundos para Virginia. Contrataque, bola a Bryant Crawford y nueva canasta de tres. 71-72 con el reloj en cero. ¡Una locura!
Publicidad