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FIGHTLAND

Sólo Thurman y García pueden cargar con el peso de los wélter

El retiro de Mayweather y Pacquiao, y la inminente salida de Cotto, Márquez y Mosley dejan mal parada a la división wélter. Sin embargo, existen dos peleadores que podrían cargar con el peso de dicho legado.
Foto por Esther Lin/ Showtime

El retiro de Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, las incertidumbres físicas y la inminente salida de Juan Manuel Márquez, Shane Mosley y Miguel Ángel Cotto, por nombrar algunos de los peleadores más destacados de los últimos quince años que incursionaron en la división wélter, están a nada de dejar huérfana la división de las 147 libras.

Tal vez la advertencia suene un poco exagerada, pero cada vez son más los boxeadores que siguen la mala costumbre de exigir cifras millonarias aunque su historial indique una lista de contrincantes indignos para tales caprichos, y es que en la actualidad todos buscan hacerse millonarios de la noche a la mañana; hasta parece que el deporte ha pasado a segunda plana.

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Si bien es cierto que los boxeadores ponen en riesgo sus vidas cada vez que entran al ring, también sabemos que hay muchos que buscan una oportunidad no para conseguir la satisfacción de coronarse campeones del mundo, sino para obtener su primer cheque de seis números. El problema no radica en qué es lo que hagan o dejen de hacer con sus millones, más bien en el espectáculo obligatorio que le deben a los fanáticos, puesto que son estos quienes pagan un boleto para ir a la arena, o el pago por evento, para verlos pelear. Es similar a declarar tus impuestos ante el Estado sin ver mejora alguna en los servicios de salud del gobierno. La vida como ciudadanos y fanáticos nos ha enseñado que ambos escenarios son muy reales.

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El ejemplo más reciente es el del campeón wélter de la Federación Internacional de Boxeo, Kell Brook, quien parece aún no ponerse de acuerdo para su próximo combate unificatorio ante Jessie Vargas, el actual campeón wélter de la Organización Mundial de Boxeo, supuestamente porque exige un pago mucho más sustancioso del que le están ofreciendo. Hasta el momento son sólo suposiciones del Team Vargas pero tampoco nos extrañaría, ni sería la primera vez, que un boxeador se negara a ejercer por un capricho.

He doesn't seem to be interested in the fight from the looks of it. Next big fight that the fans would enjoy would be the Bradley rematch!

— JessieVargas_ (@Jessie_vargasJV)3 de julio de 2016

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Parece [Brook] no estar interesado en la pelea. El siguiente gran combate que los fans disfrutarían sería una revancha contra Bradley

Los promotores y sus oscuros acuerdos con televisoras y marcas también juegan un papel esencial para que los mejores peleadores no unifiquen sus cinturones o decidan de una vez por todas las clasificaciones de cada organismo. Está claro que temen al catastrófico derrumbe de sus respectivas minas de oro cuando todavía se pueden explotar; todo se resume en una cínica frase, "las buenas peleas se dejan marinar", a tal punto que algunas adquirieron un sabor rancio.

Las demás divisiones —en especial la categoría de los medianos, ligeros, superpluma, pluma y supergallo— cuentan con un recital de talentosos peleadores que en su mayoría se han dedicado a pelear con lo mejor de lo mejor: Salido-Vargas, Martínez-Lomachenko, Santa Cruz-Mares, Rigondeaux-Donaire, entre muchas otras, y el público se los ha agradecido.

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Ahora, el combate que puede suplir el vacío parcial de las 147 cuelga de un hilo manejado por promotores, televisoras y esquinas que temen al éxito, donde los protagonistas son dos títeres llamados Keith Thurman y Danny García, boxeadores que poseen las credenciales más que suficientes para cargar con el legado de una de las categorías que ha visto nacer a algunos de los mejores representantes de este deporte.

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El boxeo en su estado actual requiere peleas atractivas en las cuales se defina al verdadero campeón para dejar de lado los cinturones de papel que abundan tanto como las ratas en los alcantarillados. Luego de su magnífico y exitoso combate ante Shawn Porter, nominado a pelea del año, Keith Thurman expresó su deseo por poder unificar su cinturón de la AMB con el campeón wélter del CMB, Danny García.

El eco de una revancha con Shawn Porter sonó en un principio —los estilos de ambos se prestaron para un emocionante pleito de toma y daca— pero el verdadero enfrentamiento que el público quiere ver es ante Danny García, ya que el ganador de esta pelea podría erigirse como el heredero al trono de los wélter (con permiso de Jessie Vargas y Kelle Brook).

Tanto García como Thurman necesitan el uno del otro para establecer de una buena vez su reputación como boxeadores de élite y colocarse un peldaño por debajo del nivel de las vacas sagradas antes mencionadas —sinceramente es inverosímil que puedan alcanzar el mismo reconocimiento—. Ambos presumen un historial invicto —32-18-0 para "Swift" García, y 28-27-0 para "One Time" Thurman—, el porcentaje de nocauts favorece a éste último, pero el aspecto técnico lo posee el peleador de ascendencia puertorriqueña.

¿Acaso no son estos estilos lo suficientemente atractivos para ponerlos a prueba durante 12 asaltos? ¿Por qué no pensar que se podría dar el nacimiento de una rivalidad a lo Gatti-Ward, Márquez-Pacquiao, Vázquez-(Rafael) Márquez, Leonard-Durán, entre otras?

Tal vez estemos subestimando lo que Kelle Brooke o Jessie Vargas puedan hacer por la división de los wélter, pero no cabe duda que los boxeadores del momento en dicha divisón son Thurman y García; dos apuestas que prometen mucho si se busca reanimar una división que está a nada de perder una generación de oro y que le urge crear nuevas rivalidades y proyectar nuevos talentos. Es cierto, en camino están Terence Crawford y Viktor Postol —asumiendo que optarán por subir de división una vez que hayan dejado en claro su lugar en las 140—, por nombrar algunos. Pero por el momento, se debe explotar al máximo lo que se tiene a disposición para no tener que fiarnos de las promesas del mañana.