Los Suns vencieron a los Spurs, pero en realidad ganó la NBA en México
Fotografía por Iván López

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25 años de nba en méxico

Los Suns vencieron a los Spurs, pero en realidad ganó la NBA en México

De pie y ovacionados, los Suns y los Spurs celebraron los 25 años de la NBA en México de la mejor manera, con basquetbol y toda su pureza.

Hay días y hay noches en las que todo sale bien. El sábado fue algo así. Más de 20,500 personas se reunieron. Había una excitación particular, ansiedad mezclada con sonrisas. La gente rodeaba la Arena Ciudad de México, entraban y fluían entre los pisos, muchos pintados con el gris y el negro de los Spurs de San Antonio, jerseys, cachuchas, camisetas, pancartas. Eran la visita, pero por mucho eran los de la casa. Los Suns de Phoenix llegaron a México durante la semana para convertirse en el equipo local durante los dos partidos que trajo la NBA para cumplir 25 años presentando partidos en el país. Pero San Antonio tiene su lugar especial entre los mexicanos. La culminación fue una enorme ovación, miles de pie, con el suspiro en la boca exhalado en grito, y el partido se definía en los últimos segundos.

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El partido Suns-Spurs del sábado marcó el segundo de la semana que trajo la NBA a la ciudad. El toque nacional era requisito. Justo pasando el Rastro de Ferrería sobre la Avenida de las Granjas, se levanta como gigante inesperado la Arena Ciudad de México. La modernidad de la estructura contrasta los ferrocarriles viejos estacionados en frente, así como el tianguis que se acomoda cruzando la calle, celebrando la ocasión con artículos que marcaban la misma fiesta.

El español Pau Gasol de los Spurs y el brasileño Leandro Barbosa tomaban el micrófono sobre la cancha pintada de verde con "Cd. De México" colocado por encima de una duela brillante. Saludaban al público, "¡gracias México!", éstos respondían y el partido arrancaba.

Así como el jueves, los Suns estaban como en casa, pero la visita se apropiaba las porras. El jueves fueron los Mavericks, ahora los Spurs. Y es que el equipo a lo largo de las últimas dos décadas se ha ganado el público mexicano a pulso. Entre la cultura Tex-Mex de San Antonio que trae cercanía al país, los Spurs también han conformado históricos equipos lleno de éxitos, desde David Robinson y Sean Elliot que formaban su base en los 90, la época en la que Dennis Rodman llegaba para pintarle locura y color al equipo, y luego la llegada de Tim Duncan, cumpliendo una carrera llena de campeonatos que tendría fin el año pasado. Los Spurs además habían jugado en México ya en varias ocasiones. Y era de esperarse. La Ciudad de México se volvió para los Spurs.

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En el minuto 9:09 del primer cuarto, el argentino Manu Ginobili pisaba la cancha y la arena le recibió con tremenda ovación. Y aunque las porras evidenciaban todavía más la inclinación a los Spurs, también señalaban otra cosa. Los mexicanos apoyaban a los Spurs, aclamaban a Ginobilli, su carrera, su representación latinoamericana en la NBA, pero al igual que el jueves, el tumulto celebraba la NBA y la fiesta de basquetbol que les traía.

Cada canasta, cada colada, cada esfuerzo, la gente aplaudía con entusiasmo. No importaba si era Kahwi Leonard quien intentaba levantar a los Spurs o Devin Booker para mantener a los Suns en el juego, la gente celebraba el juego. Al final del primer cuarto, el marcador seguía parejo, 25-25.

Pero con el segundo mejor récord de la NBA, rodeado de experiencia y campeonatos en jugadores como Tony Parker y Ginobili, además de la nueva contratación de Pau Gasol, se esperaba un triunfo relativamente sencillo para los Spurs. En el segundo cuarto daban señal y se alejaban, terminando la primera mitad con una ventaja de 51-58.

Parecía venidera una victoria tranquila. Pero Booker y los Suns tenían otros planes. Se habían ganado el público el jueves pasado a pesar de la derrota ante los Mavericks. Ahora Booker no saldría con las manos vacías. Anotaría 39 puntos, la mejor puntuación en su carrera.

El partido se apretaba y el público se tensaba. Conforme pasaba el tiempo, la afición no celebraba a los Spurs, tampoco a los Suns, sólo la jugada, el básquet y las canastas. De pronto los Suns se despegaban en el momento ideal, a mitad del cuarto cuarto, tomando una ventaja inesperada de ocho puntos. Los Spurs aguantaban, la gente se emocionaba con una clavada de Booker y al minuto 4:37 el marcador 94-98 para los Suns. Treinta segundos después, 96-98, y otros treinta bastaron para una colada de Leonard que dejaba el partido empatado 98-98 con cuatro minutos restando.

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De pie, la afición no creería ni quería la derrota de los Spurs, pero también sonreían inevitablemente con el juego de Booker y la hazaña de los Suns que les traía lo mejor de la NBA a México. El reloj, 2:25, el marcador 100-100. Otra canasta de los Suns, la gente no lo creía. Luego Leonard tomaba las cosas en sus manos, tres puntos, y San Antonio respondía como se esperaba, 102-103, aunque luego fallaba una colada definitiva. Los Suns tomaban el balón, Booker recibía falta y en la línea de tiro libre sólo escuchaba el abucheo.

Booker, inamovible, encestaba los dos. El Gorilla de los Suns exigía mayor porra para los Suns, éstos robaban el balón una clavada de Booker. 106-103, Suns. Lo lógico vendría. Leonard de tres puntos, y una falta de P.J. Tucker le daba tres tiros libres. Pero la gente ya estaba dividida. Mientras Booker recibía abucheos rematados por aplausos con sus tiros, a Leonard le pasaba lo mismo.

Leonard falla el primero y el público estalla. El México de los Spurs se volvía el México de los Suns. Se repetirían las faltas y los tiros libres, y al final los Suns no dejaban el pie de la ralla, 108-105, los Suns ganan.

El entrenador de Phoenix, Earl Watson, quien toda la semana platicaba orgullosamente de su abuelo mexicano que había cruzado a los Estados Unidos ahora aseguraba que Booker no quería irse de México. "Quiere jugar el partido contra Utah el lunes aquí en México", contaba entre la risa de la prensa.

Al final cumplieron los Suns, pero también los Spurs y los Mavericks. De la mejor manera, a la mitad de la temporada de la NBA, con el nivel competitivo al tope, intensidad sobre la cancha y aficionados apasionados, el basquetbol en su mayor pureza llegó a la Ciudad de México. La casa y la visita ganan, y hablo de la NBA en México, el primero encontrando un hogar estable con una afición que les celebró los 25 años en el país con ovaciones constantes. Hasta la próxima.