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"Canelo" vs. Smith: La velada perfecta para celebrar con tequila y mariachis

Lo mínimo que Saúl "Canelo" Álvarez tiene que hacer la noche del 17 de septiembre es ganar de manera contundente para satisfacer a su público y silenciar, temporalmente, a sus detractores.
Foto: Joshua Dahl-USA TODAY Sports

Hace poco más de un mes, el campeón invicto de peso gallo, Leo Santa Cruz, perdía su combate por decisión mayoritaria ante un torbellino norirlandés llamado Carl Frampton. El resultado agarró de sorpresa a quienes habían pronosticado una contundente victoria porque confiaban en el poder de manos del mexicano y porque decían era mucho mejor boxeando que su pálido contrincante. Se dejaron llevar por un boxeador que, en lo personal, nunca me pareció de otro mundo; su arma más temible es el cloroformo en sus nudillos, nada más. Frampton se llevaría la faja a Irlanda del Norte y Santa Cruz regresaría a casa decepcionado y con su invicto en el olvido.

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En un par de días, seremos testigos de una nueva edición entre un mexicano, Saúl Álvarez, y un británico, Lim Smith, por el cinturón OMB superligero. Smith es el cuarto oponente británico en el historial de "Canelo" que intentará no sucumbir ante su brutal pegada —la imagen de Amir Khan desparramado sobre la lona sirve como parámetro para medir las posibles consecuencias—.

El escenario —el imponente coloso de los Cowboys de Dallas— le queda grande a la función estelar, pero es muy seguro que para la noche del sábado esté repleto o casi repleto de aficionados mexicanos que buscarán cualquier excusa para celebrar su estéril patriotismo y, por supuesto, para ver a su querido "Canelo" despachar a un rival a modo. La noche no podía ser más perfecta para seguir acrecentando el espejismo que Óscar de la Hoya y sus secuaces crearon; un espejismo muy rentable llamado Saúl Álvarez.

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Nos gustaría creer que la contienda podría seguir los pasos de Santa Cruz-Frampton pero, francamente, veremos algo similar al último compromiso de Álvarez. Smith se llevará los primeros dos asaltos por su movilidad en el centro del ring, "Canelo" esperará y soltará combinaciones de máximo tres golpes con las peores intenciones. El chiste de la duración de la pelea tiene su base en qué tanto tiempo el inglés logre esquivar o salvarse, por mera casualidad, de los envenenados derechazos y ganchos de su contrincante; una combinación de dos impactos bien conectados por Álvarez será suficiente para concluir la "hazaña".

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El índice de nocauts en el récord de Smith no es como para preocupar al jalisciense, quien hace muchísimo no pone a prueba su aguante —no precisamente por su bending, sino por la incompetencia o vejez de sus contrincantes— desde aquel gancho de izquierda conectado por José Cotto en el lejano 2010 que tambaleó al entonces peleador sensación de 19 años.

En cambio, Smith debe tener presente que enfrentará a alguien más pesado que él, veloz y con mucha potencia en ambas manos. El único camino hacia la victoria es boxeándolo en el sentido más estético de la palabra, es decir, emular la "sesión de sparring" ejecutada por Floyd Mayweather Jr. Smith, como se habrán imaginado, no cuenta con las mismas características.

Saúl Álvarez estará sometido a mucha más presión por complacer a su público y demostrar que sí ha crecido como boxeador —a mi parecer, su rendimiento ante Miguel Cotto ha sido el mejor de toda su carrera— que por el hombre en la esquina opuesta. Si Smith hace ver mal a "Canelo", aunque sea durante breves períodos de tiempo, seguirá acrecentando el malestar colectivo de gran parte de sus seguidores, quienes exigen una pelea más que obligatoria contra Gennady Golovkin.

No hay de otra, Saúl Álvarez tiene que ganar por nocaut y lucir el talento que exhibió ante Miguel Ángel Cotto para apaciguar, aunque sea por un breve período, a sus detractores. De lograrlo, su siguiente paso debería ser negociar la anticipada cita con el que podría ser su némesis o su redentor.