"¡Gokú para presidente!": fotos de la Marcha Otaku en la CDMX

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"¡Gokú para presidente!": fotos de la Marcha Otaku en la CDMX

Una oleada de otakus se apoderó del Paseo de la Reforma.

Un gorila cualquiera observa desde un árbol a la distancia. A una cuadra de la Frikiplaza —un complejo de varios pisos dedicados al anime, manga, los videojuegos y a la cultura japonesa en general— cientos de personas se acercan tímidamente al punto de encuentro. Kakarotos, Narutos, Pikachus y Ryu: mientras algunos ya vienen disfrazados, otros esperan hasta llegar al Hemiciclo a Juárez para entrar en personaje.

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A pocos momentos de empezar la Marcha Otaku, varios grupos forman círculos de baile al son de canciones temáticas de animes de prestigio y pop japonés. Los menores vienen acompañados de sus padres y los mayores de sus hijos. Grupos de amigos se toman selfies con sus personajes favoritos, mientras los vendedores de onigiris tratan de hacer negocio a pesar del calor que, a unos minutos del mediodía, ya es un tema recurrente y una presencia imposible de ignorar.

Me acerco al gorila para preguntarle si no tiene calor en ese traje. "Más o menos", me contesta Tainoko, de 22 años. "Bueno, la verdad sí hace un chingo de calor. Pero le digo a la gente que más o menos para que no se preocupen".

El grupo da una vuelta por la Alameda Central antes de incorporarse en Avenida Juárez. Un policía me dice que calculan 600 otakus, aunque en realidad se sienten como 700, o hasta 750. Diferentes bocinas portátiles sonorizan la marcha mientras avanza. De pronto, de los parlantes que encabezan el ciempiés otaku se escucha "Cha-La Head-Cha-La" (la versión latina de Ricardo Silva) y medio millar de personas cantan al unísono el tema principal de Dragon Ball Z como una especie de himno y porra.

Para cuando llegamos al Paseo de la Reforma, es claro que esta marcha otaku es algo serio. Policías y tránsitos dirigen a la multitud y controlan el tráfico, automovilistas molestos tocan el claxon como si fuera lunes, vendedores de agua y banderitas cantan como aves de movilización y ciclistas molestos reclaman su derecho a circular. Mientras algunos transeúntes miran extrañados a la muchedumbre, para los otakus todo es fiesta, lo que me hace preguntarme la razón por la cuál decidieron hacer una marcha. Estas son algunas de las consignas expresadas en la manifestación: "Arriba el orgullo otaku", "Gokú para presidente", "O-ta-kus… O-ta-kus", "Otakus unidos jamás serán vencidos"…

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Fuera de estos gritos, la oleada avanzó hasta el CCD (donde los esperarían con música y concursos de cosplay) con las canciones de los animes más populares en México: Pokémon, Ranma 1/2, Dragon Ball GT y Naruto. Durante el recorrido, platiqué con diferentes personas para escuchar, de sus bocas y sus máscaras, la importancia de realizar una marcha otaku.

Karla, 16; tres años haciendo cosplay
Inuyasha, de Sengoku Otogizōshi InuYasha.
"Veo anime desde los nueve años. Me gusta venir porque puedo compartir mi cosplay y ver el de las otras personas. También es bueno juntarse con personas a quienes les gusta lo mismo que a ti, sentirte parte de algo".

Alberto, 36; cuatro años haciendo cosplay
Vegeta en súper saiyajin, de Dragon Ball GT
"Me gusta este ambiente. Te diviertes, te distraes, y puedes traer a los niños. Hoy la niña no se disfrazó pero ya estamos planeando un disfraz para que mi mujer sea Bulma y ella Trunks".

Tainoko, 22; dos años disfrazándose
"Un gorila cualquiera".
"Me gusta más que nada entretener a la gente. Sí, por eso vengo, para que las personas se diviertan y se saquen una foto. Ya es la segunda vez que vengo de gorila".

Yolmar, 19; dos años haciendo cosplay
Yuno Gasai, de Mirai Nikki.
"Me gusta mucho venir. Ver a la gente, los disfraces, el cosplay y en general toda esta cultura".

Mike, edad secreta; dos años haciendo cosplay
Kakashi Hatake, de Naruto.
"Creo que es importante hacer este tipo de eventos para que la gente sepa que existimos, que se acostumbre a nuestra presencia. Que nuestro hobby sea visto como algo normal. Además se fomenta la convivencia entre nosotros".

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Cata, 20; un año haciendo cosplay
Itachi Uchiha, de Naruto.
"Lo que más me gusta es el k-pop. Pero también me atrae el anime y todo lo que tenga que ver con la cultura otaku. Desde hace un año tengo este traje; es el que uso normalmente".

Luis Daniel, 8; se disfraza desde los cuatro
Goku súper saiyajin fase 4, de Dragon Ball GT
"Vine porque me gusta disfrazarme. También me gustan las caricaturas; las que más veo son Dragon Ball, Death Note y Ranma 1/2".

Vicosmos, 37; tres años y medio haciendo cosplay
Ox Satán, de Dragon Ball Z.
"Soy fotógrafo. No profesional, pero sí por hobby. También me gusta el cosplay, así que vengo a apoyar a los chavos, ya sea tomándoles fotos o que se tomen conmigo".

Efraín, 24; cuatro años haciendo cosplay
Skull Kid, de The Legend of Zelda: Majora's Mask.
"Me encanta el juego. Además llevo varios años viniendo. Es un buen evento cultural en donde podemos ponernos creativos y expresarnos de manera libre".

Daniel, 29: primera vez haciendo cosplay
Gyarados Samurai, basado en el personaje de Pokémon.
"Tengo muchos conocidos aquí, muchos amigos a los que les gusta el cosplay. Veo muchas series, pero creo que venir aquí es de alguna manera apoyar la causa".

René, 34; es su segunda marcha otaku
Ryu, de Street Fighter
"Vengo de Ryu, la pura vieja escuela. Creo que estos eventos son importantes porque en mi generación, te estoy hablando de cuando estaba en la prepa, nosotros éramos los raros, los excluidos. Éramos a quienes bulleaban. En cambio aquí no te sientes excluido. Por eso me llena de satisfacción no ser el clásico freak. Ver a tanta gente como tú. ¿Me puedes tomar una foto haciendo el Shoryuken?"

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