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¡la chaaampions!

El Real Madrid arrolla a la Juventus y confirma la cumbre del futbol mundial

Hace 18 meses, la incertidumbre dominó la presentación de Zinedine Zidane, hoy todo es celebración.

El ánimo de los aficionados desconfiados contrastó con la sonrisa cómplice de Florentino Pérez durante su anuncio como reemplazo de Rafa Benítez. La confianza estaba ahí, en las miradas que intercambiaron y en la resistencia a las críticas. Aquella seducción que llevó al presidente a escribirle al francés en una servilleta para unirlo a su equipo en 2001 y ganarlo todo sigue presente en su alianza. Ha renovado el título de mejor club europeo y está vigente el campeonato mundial.

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Venció a la Juventus con contundencia 4 a 1, conquistó la duodécima corona europea para el Madrid, y con ello le da un bicampeonato en Champions League al equipo merengue, que además, este año conquistó el doblete con Liga y Champions. Y ha ganado tres de las últimas cuatro ediciones de la Champions League. El Madrid está en la cumbre.

¡Y cómo no! Florentino le confió un equipo que se decía en crisis a un técnico sin mas experiencia en primera que la asesoría de Carlo Ancelotti, cuando fue su auxiliar en el banquillo, pero desde entonces con el porte y la autoridad de quien ansiaba ser el jefe. Quién mejor que alguien de casa, alguien que sabe del valor de la camiseta… "Estoy más emocionado que cuando firmé como jugador", dijo entonces.

Zidane ganó un solo título de Champions como futbolista, la historia le negó el campeonato en dos finales consecutivas con la Juventus, una de ellas la sufrió ante el Real Madrid que después sería su equipo. Ahora ha ganado dos consecutivas y una de ellas ha costado un nuevo fracaso para la Juventus, el club al que le duelen las finales: han perdido siete de nueve. Se apropiaron del primer tiempo… sucumbieron al peso del futbol y la camiseta en el segundo.

El francés pudo con todo, un vestidor repleto de ganadores y contra la negativa de Cristiano Ronaldo para medirse con el desgaste físico, el dueño del Balón de Oro quería jugarlo todo. Lo convenció de permanecer al margen del juego cuando se moría por ser protagonista, administró su talento y lo mantuvo vivo hasta el final. El portugués marcó dos goles en la noche precisa; en plena celebración agradeció que su técnico dosificara su presencia.

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A él también lo criticaron, de Cristiano decían que no aparece en los duelos importantes, ante la Juventus fue la demostración, dos goles para sumar 600 en su trayectoria futbolística. Un año que lo hace ver sobrehumano: Champions League, Eurocopa, Mundial de Clubes, Balón de Oro, Liga y de nuevo Champions League. El que siempre ha tenido la palabra ganar grabada en la frente no lo hizo solo, pero ni un poco le ha pesado la responsabilidad de competir contra el mundo. La competencia lo alimenta.

Hace poco pidió silencio: "Solo pido que no me silbe el Bernabéu. Cuando no marco, intento trabajar para el equipo", declaró tras uno de los tantos triunfos del torneo. Insólito para quienes lo ven desde fuera porque las dudas nunca se han detenido, la presión sobre su nombre y el número en su camiseta existe desde siempre.

Ambos fueron defensores del trofeo, líderes en el banquillo y el campo, del club que posee la camiseta más pesada del futbol mundial, 12 copas de Europa lo confirman. Desde el Milan en 1990, ningún otro había hecho valer el dominio y poseen el doblete que ninguna plantilla merengue ganó desde hace 59 años.

"Hay un vestuario sin envidias sin egocentrismos. Somos un gran grupo con un gran entrenador" reconoció Sergio Ramos, quien también llenó de elogios a la gestión de Florentino Pérez, el presidente respondió con el mismo tono de agradecimiento al defensor español: "Ramos es el artífice de que en este club haya la mejor unión que he visto en los últimos 17 años".

La historia se escribió en Cardiff. La contra certera del Madrid, el control efímero de la Juventus, dos goles memorables y un segundo tiempo para cualquiera. El equipo que sabe de finales asumió el papel de campeón para no soltarlo, terminó en goleada ante la desaparición súbita de un rival que esta vez falló en mantener el marco del legendario Buffon en cero. El equipo que en 12 encuentros de Champions solo había permitido tres lamentos en su portería, recibió cuatro en el momento importante. El trabajo colectivo en el primer gol, la fortuna del desvío en favor de Casemiro, la incansable lucha de Modric para asistir a Cristiano desde la línea de fondo, el futuro del Madrid en Marco Asensio. Así se contará la duodécima.