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Super Bowl LI

Así fue como se derritieron los Falcons en el Super Bowl LI

Decisiones pobres e infracciones costosas que dieron pie a una debacle de dimensiones históricas
Photo by Kevin Jairaj-USA TODAY Sports

Uno de los grandes misterios de la temporada 2016 de la NFL fue el mariscal de campo de los Green Bay Packers, Aaron Rodgers. Comenzó la temporada jugando como alguien que no se le parecía para nada. No era del todo malo, pero carecía de su precisión característica, y eso fue suficiente para generar comentarios. La gente que se preguntaba sobre su estado de forma parecía sugerir que el mariscal de los Packers comenzaba el declive de su carrera un poco antes de lo que suelen hacerlo la mayoría de los grandes pasadores. Y luego, cuando volvió a ser el mismo Aaron Rodgers de siempre en la segunda mitad de la temporada, las dudas quedaron disipadas.

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El Super Bowl LI de Tom Brady se dio como un misterio similar. En la primera mitad, falló pases que no estamos acostumbrados a ver a Brady fallar. Algunos eran resultado de la presión, pero no todos. La defensiva de Atlanta parecía moverse a una velocidad superior a la ofensiva de los Patriots. Ciertamente, eso ya no se veía al final del partido, cuando el tiempo de posesión de Nueva Inglaterra casi duplicaba al de Atlanta y terminó por desgastar a la devensiva de los Falcons, pero al principio del juego, la defensiva de Dan Quinn parecía estar mostrando un desplliegue al nivel de sus mejores trabajos en Seattle.

La defensiva de Atlanta comenzó a cansarse en la segunda mitad, y como resultado, ejercieron menos presión sobre Brady. Pero también, a un nivel que es mas difícil de explicar, las cosas comenzaron a dársele a Brady. Mientras que en la primera mitad tuvo errores no forzados, fue brutalmente eficiente en la segunda. Una vez que Brady se halló a sí mismo, los Pats explotaron con 31 puntos en 26 minutos, anotando en cinco series seguidas y cuatro de ellas fueron de 70 o más yardas.

Y ahí es donde llegó el "Futbol Americano Tonto". Se le podría llamar mística o falta de experiencia en el juego importante, o cualquier explicación dramática que quepa. Pero el caso es que los rivales casi siempre parecen bloquearse mentalmente al final de los partidos frente a los Patriots, ya sea que los Seahawks no manden a Marshawn Lynch hasta la línea final o que los Falcons no corrieran el balón cuando tenían la ventaja. Sin embargo, el de los Falcons bien podría ser el caso más serio de todos.

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AAHHHHHHH. Foto de Richard Mackson-USA TODAY Sports

"CORRE EL MALDITO BALÓN", es el mantra de cierto tipo de aficionado al futbol americano, pero dicha filosofía tiene sus atributos. Aunque emitimos juicios que no siempre están equivocados, "demasiado lindo y aéreo" es a menudo una descripción para las ofensivas de Kyle Shanahan desde sus tiempos en Washington, pero solo por el hecho de que parezca facil no quiere decir que siempre esté mal. Shanahan no se volvió un mal entrenador entre anoche y hoy, pues su plan de juego le permitió al equipo romper muchos récords durante la temporada regular y puso a Atlanta en posición de disputar el Super Bowl. Es simplemente que su mayor debilidad como entrenador surgió en el peor momento posible. Con un primer down en la yarda 22 de los Pats y con cinco minutos en el reloj, Shanahan ordenó una carrera en que se perdió una yarda. Después, el resto de las jugadas de aquella secuencia fueron intentos de pase que terminaron en una captura, una infracción sujetando y un incompleto. Atlanta se alejó del rango de gol de campo y tuvo que despejar; Nueva Inglaterra empató el juego dos minutos después.

Mandar pase en esa situación habría tenido sentido si los Falcons necesitaran de una anotación. Con una ventaja de 28-20, un gol de campo muy probablemente habría terminado el juego. Los Pats contaron con una atrapada milagraosa de Julian Edelman en la serie en que empataron el juego, pero habrían necesitado al menos uno o dos milagros más para revertir un déficit de dos posesiones con cuatro minutos en el reloj, de haberse dado ese gol de campo de Atlanta. Incluso, aunque dos jugadas terrestres más resultaran en cero yardaje, Atlanta seguiría en posición de buscar un gol de campo de 40 yardas con Matt Bryant, uno de los pateadores más certeros de la liga.

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Pero en vez de eso, terminaron por despejar. Luego, en la serie de 10 jugadas con que respondieron los Patriots, solo corrieron el balón una vez, y fue cuando James White anotó en un acarreo de una yarda. Los Pats pusieron a Brady en formación escopeta el resto del partido, y desmantelaron a una defensiva que se veía muy cansada. Los mejores mariscales no son dominantes todo el tiempo, pero si les das la oportunidad te matan.

Un aire de inminencia permeó en el ambiente cuando los Pats empataron el juego. Los Falcons estaban liquidados. Cuando Nueva Inglaterra tuvo el balón para iniciar el tiempo extra, el resultado parecía de libro de texto. Atlanta brilló en la primera mitad, pero fue derrotado facilmente en el tiempo extra. Los Patriots duplicaron, y algo más, al que era el regreso más grande en la historia del Super Bowl. Impusieron una nueva marca para la franquicia en cuanto al regreso más grande en cualquier partido. Al final, todo pareció resultarles muy facil.

Bernie habría ganado el Super Bowl

Atlanta now has an 86% chance of winning, per ESPN. That's about the same Clinton's chances heading into the election — Nate Cohn (@Nate_Cohn)February 6, 2017

Con Donald Trump tan próximo a los Patriots, no había duda de que la discusión del Super Bowl se llenaría de referencias a la política presidencial de Estados Unidos. Cuando el juego parecía una paliza en favor de los Falcons, los simpatizantes de la izquierda la pasaban de lujo bombardeando en redes sociales a Brady y a Belichik por su apoyo a Trump. Cuando a Atlanta se le vino el mundo encima, no faltaron los símiles con la campaña de Hillary Clinton.

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Cinco ganadores que se cubrieron de gloria

1. Tom Brady. Con su quinto título de Super Bowl, y su quinto premio al más valioso del Super Bowl, el argumento de que se trata del mejor mariscal de campo de la historia se vuelve más sólido. Si ven el jersey que usó en el juego, avísenle, porque se lo robaron.

Congrats Tom Brady! The greatest of all time.

— Scott Stapp (@ScottStapp)February 6, 2017

2. Julio Jones. Al igual que la sorprendente atrapada de Jermaine Kearse que puso a los Seahawks en la zona roja del Super Bowl XLIX, es muy probable que la gran recepción de Julio Jones en el costado de la cancha, aferrando la punta de los pies dentro de los confines del terreno, y con cuatro minutos y medio en el reloj, quede para siempre recluida en la oscuridad. Y todo eso gracias a que los Falcons no pudieron asegurar su ventaja. Pero, oficialmente: fue una recepción impresionante, imposible.

3. Julian Edelman. James White tuvo más yardas en el juego y tres anotaciones, mientras que Edelman no tuvo ninguna, sin embargo, lo que el mundo recordará es la inverosímil atrapada de Edelman a pesar del toque de Robert Alford. No solo facilitó que se emptara el partido; le da a los aficionados de los Pats el argumento de que la atrapada de David Tyree con el casco es la más increible en la historia del Super Bowl.

GRITTY RECEIVER DEVIL MAGIC — Mike Tunison (@xmasape)February 6, 2017

4. Matt Ryan. Dejando de lado la costosa captura que le hicieron, es difícil culpar al mariscal de los Falcons. El haberse quedado corto en el Super Bowl probablemente no le haga ningún favor a su reputación, pero como sea, Ryan jugó lo suficientemente bien como para ganar. Esta por verse si el 2016 marcó su arribo al más alto escalón de los marsicales de campo de forma permanente, y ya anticipamos el debate sobre si Matt Ryan es de élite o no, pero no hay duda de que Ryan se mereció su premio al Más Valioso. Quizás uno de estos días, el MVP de la liga logre ganar el Super Bowl.

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5. Dont'a Hightower. Una de las más extrañas estadísticas que entregó el juego es el hecho de que en las siete apariciones de los Patriots en el Super Bowl durante la era Brady-Belichik, no han anotado un solo punto en el primer cuarto. Los Falcons tampoco anotaron en el primer cuarto el domingo, aunque luego le anotaron tres veces a los Pats en el segundo. Las cosas estaban un poco oscuras para Nueva Inglaterra en el último cuarto cuando los Falcons aventajaban 28 a 12 con nueve minutos en el reloj. La captura de Hightower sobre Matt Ryan le dio a los Pats una buena posición de campo y una oportunidad. Los Pats anotaron cinco jugadas después y sumaron una conversión de dos puntos para poner el juego a una anotación.

Los perdedores que nadarán en las aguas de la vergüenza infinita

1. Kyle Shanahan y Dan Quinn. El coordinador ofensivo de los Falcons no tendrá mucho tiempo para hundirse en su miseria pues pronto empieza la monumental tarea de reconstruir a los 49ers. Ojala recuerde, si llega a tener en San Francisco una ventaja en la parte final del partido, que el ataque terrestre es su amigo. Quinn, por su parte, tuvo a su defensiva lista para jugar, y no es su culpa que se hayan cansado debido a la amplia desproporción en el tiempo de posesión. De lo que sí tiene culpa es de haberse terminado los tiempos fuera de los Falcons pronto en la segunda mitad a pesar de que tenía una ventaja amplia.

Oh Danny boy. Foto de Bob Donnan-USA TODAY Sports

2. Jake Matthews. Jugando el Super Bowl en su propia casa, el tackle izquierdo de los Falcons cometió una costosísima infracción sujetando en el último cuarto, lo que sacó a los Falcons de zona de gol de campo y posiblemente los privó de liquidar el juego. El hecho de que batalló en la protección en contra de Chris Long debe representar una delicia para aquellos que disfrutan ver el legado de las grandes familias en la NFL.

3. Roger Goodell. El comisionado cumplió con su deber de estrechar la mano de Tom Brady y entregarle a los Patriots el trogeo Lombardi en medio de los abucheos.

4. Los deportes de Atlanta. A Un mercado deportivo golpeado y menospreciado pasó dos semanas en el ojo público, recordándonos que está injustamente maldito, para luego ser despojado de sus entrañas de la forma más dolorosa posible.