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Todo comenzó en la década de 1960, dice, cuando el surgimiento del feminismo significó que "había menos tabúes sobre las mujeres que salían y frecuentaban espacios sociales, en los que hacían el tipo de cosas que hacen los hombres… más mujeres trabajaban y tenían más ingresos disponibles".
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"Si las mujeres beben la misma cantidad que los hombres, podemos esperar efectos más serios: simplemente no somos tan grandes y no tenemos tanta agua en nuestros cuerpos", explica. "Así que el alcohol es más tóxico para nosotras si bebemos la misma cantidad que los hombres". También señala que es peligrosamente tóxico: las mujeres son más vulnerables que los hombres cuando se trata del desarrollo del daño hepático inducido por el alcohol y más propensas a morir de cirrosis.Si las mujeres de todo el mundo están igualando a los hombres bebida por bebida, como yo lo estoy haciendo ahora, ¿saben que se están emborrachando más? ¿Y qué empujaría a una mujer a querer embriagarse, rodeada de hombres que no están tan borrachos?El doctor Angus Bancroft, profesor de sociología en la Universidad de Edimburgo, investiga las conductas de consumo de alcohol de las mujeres jóvenes y dice que el marketing tiene mucho que ver en el incremento de las mujeres bebedoras. "Hay una gran presión para adoptar este tipo de personalidad jovial todo el tiempo", señala. "El ideal de una mujer joven que siempre está dispuesta a beber es una imagen que se transmite constantemente y que se promueve a través de las compañías que venden alcohol, a pesar de que es muy probable que estar cerca de esa persona sea horriblemente molesto".
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Añade que una de las libertades que muchas mujeres jóvenes tienen hoy en día es que se les permite correr el riesgo de que las cosas salgan mal. "Beber puede representar un riesgo, pero tomar riesgos es algo bueno", explica. "Es parte de crecer… y de cómo puedes averiguar quién eres. Es natural que las mujeres quieran formar parte de eso".Pero la realidad es que los jóvenes, en general, están bebiendo menos que sus padres. Así que quizá las mujeres no estén bebiendo tanto como los hombres, sino más bien los hombres están bebiendo tan poco como las mujeres.Es medianoche, la banda acaba de terminar, y estoy parada en la calle, borracha, viendo a todos irse a casa. La mayoría de ellos no están tan borrachos como yo. Después de cinco o seis cervezas, mi nivel de alcohol en la sangre ha alcanzado 0.18, al menos 0.02 puntos por encima del nivel de mi amigo. Estoy mareada y enferma. Tomo un Uber para irme a casa y me quedo dormida en la parte de atrás del coche.A pesar de lo que diga el doctor Bancroft, no me siento poderosa en absoluto.