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Mundial de Fútbol

Te morrean o te tocan el culo: el machismo hacia las reporteras del Mundial

Hablamos con periodistas que cubren el Mundial de Rusia 2018 para saber qué situaciones han sufrido.
Julieth González Therán siendo acosada en directo, imagen vía DW. A la derecha, la periodista española Coty Lamela (fotografía cortesía de Coty Lamela)

María Gómez, periodista de Mediaset, lo denunció ayer en directo, y es que cada vez nos llegan más noticias de reporteras que han sido acosadas mientras hacían su trabajo en el Mundial de Rusia 2018. María explica que desde su cadena han decidido no hacer más conexiones en directo desde las calles por las múltiples interrupciones que sufren por parte de algunos aficionados.

“Mientras estamos trabajando los días de partido hay maleducados que de pronto se abalanzan sobre nosotras, o te intentan dar un beso, o te molestan mientras estás trabajando”, explica María.

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No es la única reportera que ha denunciado esta situación. Una reportera alemana, otra colombiana y una brasileña han expresado su malestar por haber sufrido en propia piel situaciones machistas muy desagradables. La última de ellas paró la conexión para decirle al aficionado en inglés “No vuelvas a hacer nunca esto a ninguna mujer”.

Hablo con varias reporteras que están cubriendo el mundial para que me expliquen si es algo generalizado o bien son situaciones puntuales.

Mariana Zacarías es presentadora en el canal Mediotiempo de México y a través de sus redes sociales ha manifestado el acoso vivido en las calles de Rusia mientras rodaba en directo un vídeo para su canal. “Me intentaron besar en una ocasión mientras estaba en vivo. Intenté seguir con la máxima profesionalidad, pero obviamente me sentí ofendida. ¡No somos un pedazo de carne!”, exclama la periodista.

La reportera me detalla cómo en otra ocasión le tocaron el culo mientras estaba delante de la cámara. “Sigue siendo una profesión con muchos hombres y desgraciadamente sigue habiendo mucho machismo. No quiero generalizar pero sí que hay una mayoría que piensan que solamente por ser mujeres nos pueden ofender, nos pueden faltar al respeto”.

“Me han intentado besar más de una vez cuando estaba en directo” — Mariana Zacarías

La periodista asegura que no es la primera vez que le pasa algo así. Explica que lleva muchos años en la profesión y le han intentado besar mientras estaba en directo en varias ocasiones. “Cada vez somos más mujeres las que trabajamos en este sector y esperamos que esto cambie, que se nos respete por nuestro trabajo. Yo espero que este machismo que yo he vivido en mi propia carne en este mundial 2018 no siga sucediendo”, nos dice.

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Las reporteras españolas también se han topado con muestras de machismo. Cristina Porta cubre el Mundial por primera vez para La Sexta. Tiene 28 años, lleva siete en esta profesión y asegura que ha vivido situaciones que no puede ni contar porque lamentablemente podrían perjudicar su carrera. “Ser mujer en el periodismo deportivo es muy difícil, explica. Los hombres no ven a mujeres hablando de fútbol como pueden ver a otros hombres. Mi padre jugaba en segunda división y llevo el fútbol en la sangre. Siempre he querido ir a un Mundial. Ya en 2010 mientras veía el mundial con mi prima le dije que algún día iba a cubrir uno. Ahora estoy cumpliendo un sueño”.

Cristina asegura que la mayoría de futbolistas no la ven como a una profesional, sino como mujer. “Nadie ve mal que un periodista deportivo vaya a cenar con un futbolista pero en cambio si lo hace una mujer la gente tendrá en mente la imagen de la reportera que quiere cazar a un futbolista”.

“Una vez un jugador me dijo 'te doy una entrevista pero tienes que quedarte a dormir a mi casa'” — Cristina Porta

Explica que también en el marco del Mundial le resulta extremadamente difícil conseguir entrevistas con futbolistas: “Si te diriges a él pueden valorarlo como otra cosa y la mayoría de las veces que te diriges a un intermediario te ignoran”. Para Cristina la clave está en luchar individualmente para hacerte respetar en tu trabajo.

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“Una vez un jugador me dijo, 'Te doy una entrevista pero tienes que quedarte a dormir a mi casa'. A los dos meses salió una entrevista de ese jugador hecha por una periodista joven y guapa. Me encanta el fútbol y estoy supercontenta de hacer periodismo deportivo, pero da mucho asco a veces con estas situaciones”, asegura.

Coty Lamela sigue la Roja con Telemadrid. Explica que son solo cinco las mujeres españolas que cubren el Mundial entre cientos de hombres. “Eso ya es un claro indicativo de que algo pasa, en el deporte sigue costando apostar por las mujeres. Eso sí, no tenemos ninguna comentarista deportiva en el terreno de juego en España. Somos reporteras”, nos dice.

Explica que por el hecho de ser una mujer siente la necesidad de demostrar el doble en su trabajo: “Vas a tener todos los ojos encima de ti, esperando a que la cagues para decir: 'La han traído porque es mona'”.

“Estábamos en Sochi cubriendo la llegada de la selección y me estaba haciendo una foto con una compañera de curro y mientras la estaba haciendo oí a alguien decir, 'Claro, cómo no van a ser guapas si tienen que ponerlas así'. Comentarios de este tipo sinceramente me joden porque me dan la impresión de que esta gente se cree que estamos aquí por ser monas y que no nos hemos ganado nuestro puesto de trabajo”, nos dice.

"Si llevas un micro en la mano te conviertes en el mayor reclamo cárnico y se les disparan las alarmas creyéndose con todo el derecho de ir a por ti" — Coty Lamela

A ella también le han ocurrido experiencias desagradables durante el Mundial 2018: “Me han tocado el culo mientras estaba grabando y hablando a cámara, con cincuenta hombres detrás creyéndose que tienen derecho a manosearme. Mi reacción fue girarme y discutir con ellos. Les dije que no era un trozo de carne”. También cuenta que la han intentado besar cuando está hablando con los aficionados después de los partidos: “Siempre he intentado pararles los pies, pero ha habido veces que no he llegado a tiempo”.

Dice que por el simple hecho de llevar un micrófono muchos hombres ya se sienten con el derecho a gritarle de todo. “Me he sentido una mujer adorno que va en busca de reconocimiento masculino con su micro en la mano. Si llevas un micro en la mano te conviertes en el mayor reclamo cárnico y se les disparan las alarmas creyéndose con todo el derecho de ir a por ti”.

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