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La guerra que viene: los ultras italianos contra Red Bull

Tras comprar y arrasar la identidad del Salzburgo y el Leipzig, ahora Red Bull podría expandirse hacia Italia mediante el Udinese. Los aficionados, sin embargo, no están dispuestos a permitirlo.
Image via Reuters, edited by Vice Sports

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En Italia, las aficiones de los equipos de fútbol no se andan con tonterías… y menos aún los más radicales. El poder de los llamados ultrà en la Serie A es enorme: si la directiva de un club no se pliega a sus designios, es improbable que dure mucho en el cargo.

Las historias de guerras entre presidentes y ultràs son comunes en el país transalpino; el movimiento ultra, de hecho, ha tenido un importante peso en la construcción del imaginario colectivo actual de Italia. Hasta ahora, sin embargo, los protagonistas solían ser siempre locales: rara vez había actores extranjeros de peso en los conflictos.

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Insisto: hasta ahora.

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Hace unas semanas saltó una noticia que puso en guardia a la afición del Udinese Calcio, el segundo club más antiguo de Italia después del Genoa CFC. La entidad de Udine ahora mismo es propiedad del empresario Giampaolo Pozzo, que hizo fortuna mediante la fabricación de herramientas, estaría negociando con la marca de bebidas energéticas Red Bull para patrocinar el estadio.

Entre los ultras, la novedad provocó un terremoto. Ni cortos ni perezosos, los aficionados explicaron que pensaban dar guerra en caso de que las negociaciones sigan con lo que consideran ellos consideran el "cáncer del deporte".

El periódico italiano Il Gazzettino, que publicó la noticia, explica que el club y la marca llevan un tiempo conversando. El Udinese reformó recientemente su estadio de la mano de una conocida marca rumana de coches; el club del Friuli cedió a dicha marca los derechos de naming del campo hasta 2020… pero ello no implica que Red Bull no pueda compartir patrocinio. De hecho, la idea de la marca austríaca sería ir entrando gradualmente en la entidad italiana hasta convertirse en un actor central en la vida del Udinese.

La historia de los clubes que caen en manos de Red Bull, no obstante, no es demasiado edificante: solo hay que ver lo ocurrido con el Leipzig alemán o (muy especialmente) con el Salzburgo austríaco. El club de la ciudad de Mozart, antes conocido como Austria Salzburg, cambió sus colores y su escudo cuando Red Bull lo adquirió: una gran parte de sus ultras aún desdeñan la nueva entidad.

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Jonathan Soriano, ex del RCD Espanyol y del FC Barcelona, es la gran estrella del Red Bull Salzburg. Imagen vía WikiMedia Commons

Es irónico, por cierto, que la marca de bebidas energéticas se haya fijado en el Udinese: los fans del equipo friulano están hermanados con los del Salzburg, así que la conexión anti-Red Bull es fácil de establecer. La empresa austríaca borró la historia y la entidad del equipo de Salzburgo con fines comerciales: evidentemente, la afición de Udine no piensa permitir que esto ocurra de nuevo en el Friuli.

El Udinese, sin embargo, no pasa por su mejor época. A pesar de la inauguración del nuevo estadio en 2015, el equipo ha pasado una temporada de infarto y no ha podido asegurar la permanencia hasta las últimas jornadas; los blanquinegros, de hecho, han acabado la campaña en decimoséptima posición, a apenas un punto del descenso.

El Udinese, que hace una década compitió en la Champions League, se enfrenta hoy a múltiples problemas deportivos. La retirada de su gran estrella, el eterno Antonio di Natale, se suma a una importante crisis que se arrastra desde hace varias temporadas. La promesa de una lluvia de millones procedentes de los bolsillos de Dietrich Mateschitz, el dueño de Red Bull, puede parecer un caramelo en estas circunstancias…

…pero no deja de ser un caramelo envenenado.

El gran Antonio di Natale ya no jugará en Udine la próxima temporada. Imagen vía Imago

¿Qué ganaría Red Bull, por su lado, con el nacimiento de un hipotético RB Udine? Aunque no lo parezca a primera vista, un montón. El nuevo estadio del Udinese de por sí es un gran valor a explotar: en una liga con poquísimos campos nuevos —la Juventus de Turín es uno de los pocos clubes con un estadio propio realmente moderno—, una instalación como el Dacia Arena representa una bendición.

Luego está la ubicación, por supuesto. Udine está al norte de Italia, a menos de 200 kilómetros en línea recta de Salzburgo —y por ende, de la sede del imperio Red Bull. Si la marca se hiciera con el Udinese, se aseguraría otro club en la región de los Alpes-Adriático.

A todo esto cabe añadir el excelente sistema de ojeadores del Udinese, otro gran valor de la entidad friulana. A pesar de tener menos dinero que los grandes clubes italianos, el Udinese ha tenido en sus filas a futbolistas como el exbarcelonista Alexis Sánchez o los defensas Cristian Zapata y Medhi Benatia gracias a la capacidad de los técnicos para predecir su potencial futuro y anticiparse. Disponer de una red de scouting de primera fila interesa mucho a una marca conocida por su preferencia por las jóvenes promesas —miremos si no la Fórmula 1—.

La razón principal por la que Red Bull quiere desembarcar en Udine, sin embargo, son curiosamente los actuales propietarios. Como decíamos antes, los Pozzo no solo poseen el Udinese, sino también el Watford FC inglés… e incluso tenían en sus manos el Granada CF hasta hace poco. En otras palabras, Red Bull quiere abrir una puerta para empezar a crear más máquinas de hacer dinero… con la Premier League y la Liga como objetivos.

¿Se ampliará el imperio Red Bull hacia Italia? ¿Habrá que entonar de nuevo aquello de 'odio eterno al fútbol moderno'? Buena pregunta. Mientras espero a ver qué ocurre, creo que me tomaré una bebida energética…