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Deconstruyendo el caso Tyson Fury-Wladimir Klitschko

Tyson Fury canceló por segunda vez su pelea de revancha ante Wladimir Klitschko por encontrarse "médicamente no apto" para competir. Todo indica que el desprecio de la fama es el culpable.
Foto: Rolf Vennenbernd/EPA

"Tyson tiene problemas y está siendo atendido por expertos", declaró Peter Fury, tío y entrenador del campeón sensación de los pesos completos, Tyson Fury, después de que éste cancelara por segunda vez su pelea de revancha ante la leyenda ucraniana de los encordados, Wladimir Klitschko.

Los problemas de Fury —problemas de índole psicológica por lo que hemos podido extraer de los comentarios de su esquina— parecen tener su génesis la noche del 28 de noviembre de 2015, cuando el boxeador inglés sorprendió al mundo al cortar de tajo el reinado de casi 10 años de Klitschko.

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La decisión unánime a favor del nacido en Manchester, marcó un antes y después en su carrera, ya que además de haber mantenido su récord invicto, Fury había derrotado a un hombre que parecía destinado a defender su corona hasta el último de sus días. En aquella velada, Fury se coronó supercampeón de la AMB y se adueñó del cinturón de la FIB, OIB, convirtiéndose en el campeón lineal. El peso del trono no heredado, sino arrebatado de las manos del rey misericordioso y afectivo ante su gente, hundiría al nuevo monarca tiempo después.

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Desde siempre hemos escuchado que ganar resulta satisfactorio, pero el caso de Fury después de ascender a la cima de los pesos completos mostraría la cara más turbia del éxito. De acuerdo a las declaraciones de Peter Fury, la crisis por la que atraviesa su sobrino se debe a que no recibió el reconocimiento que una victoria inesperada de tal envergadura merecía. El desdeño del público por haber derrotado al campeón favorito, orilló al inglés a preguntarse si valía la pena seguir portando todos los galardones cuando el mundo lo premiaba con su indiferencia por no tratarse de Klitschko.

Foto: EPA Images/Rolf Vennenbernd

"Ha habido muchas críticas en su contra, pero los expertos están solucionándolo. Todo se origina de la negatividad pero [Fury] ya lo dejó en el pasado. No hay nada más qué decir sobre el tema", comentó su tío/entrenador para Sky Sports Boxing, después de la serie de especulaciones que surgieron al anunciar que la segunda pelea de su sobrino con el "Dr. Martillo de acero" sería cancelada de nuevo.

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La situación por la que atraviesa Fury despierta en la memoria de los aficionados el caso de uno de los personajes más coloridos y trágicos en la historia del boxeo: Johnny Tapia. Apodado "Mi vida loca", Tapia se condenó después despertar a los demonios de su niñez por el éxito alcanzado con un par de guantes en las manos. Tapia sufrió el precio de la fama, Fury el precio del desdén del éxito, pero de cualquier forma ambos quedaron deslumbrados por la luz de los reflectores.

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La anticipada revancha promocionada como "Repeat or Revenge" (repetición o revancha) se viene postergando desde julio de este año, fecha en la que se suponía que ambos boxeadores se verían en el centro del ring para solucionar de una buena vez lo que muchos habían calificado como un golpe de suerte de parte del inglés o un descuido del campeón, pero vista realmente por unos cuantos como una hazaña de Fury.

Poco más de dos semanas antes de la realización del combate, el equipo de Fury canceló su compromiso por una lesión en el tobillo del campeón, y se anunció que la pelea se aplazaría hasta el 29 de octubre. Lo que sucedió después "bien" lo sabemos.

La personalidad ficticia que Fury adquiere al calzarse los guantes tampoco sienta bien en el público está acostumbrado a discernir entre lo bueno y lo malo, y que por lo general opta por apoyar la esquina que se acerca más a sus expectativas moralistas. Fury se presenta ante los medios como el bocón, payaso y presumido, mientras que Klitschko es el hombre reservado, humilde, y de pocas palabras. Es decir, Fury juega a ser el elemento que perturba el orden establecido del comportamiento que esperamos de un campeón. Sin embargo, los fanáticos olvidan de vez en cuando que el boxeo es un deporte que se presta para el espectáculo incluso cuando ni siquiera se ha dado el primer campanazo.

La OMB advirtió a Fury, hace dos días por medio de una carta publicada en su sitio oficial, de que podría despojarlo de su campeonato si en un plazo de 10 días hábiles su equipo no presenta el diagnosis y/o evaluación física y/o mental completa de su caso para poder tomar una decisión pertinente. Tendremos que esperar una semana más para saber qué resulta de todo esto, y conocer el estado de Fury. De acuerdo a los estatutos de la OMB, si Fury recibe un período determinado de tiempo para su recuperación, el inglés tendría que pelear primero con el ganador interino antes de enfrentarse a Klitschko.

Lo peor que podría pasar es que Fury regresara a pelear presentado algunos estragos de su depresión y se despidiera del boxeo por la puerta de atrás. Esperemos que sólo sea un tropezón pasajero para el bien de la división y el boxeo en general.