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¡Eh putoooo!... En el beisbol su uso es más razonable

Uno de los gritos más famosos del deporte mexicano llegó hasta el parque de pelota. La connotación es diferente entre la grada del beis y la grada del futbol.
Foto: AFP

Los lugares comunes atiborran constantemente la mayoría de las cosas que leemos. Normalmente soy el primero en quejarme. Pero de pronto un tema resulta coyuntural y sin darnos cuenta ya estamos arriba de ese barco. Estuve en esa circunstancia y es por eso que quiero hablar del polémico y absurdo ¡Ehhh putoooo!

Hace algunas semanas, el tema del grito que se popularizó hace poco más de 15 años en un partido de futbol en Guadalajara fue tema en todos lados. Sanciones por parte de FIFA para la Selección Mexicana y campañas lamentables que buscaban erradicar el 'homofóbico' clamor. Nada funcionó.

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El significado de la palabra "puto" nos lleva a hacer un análisis para poder llegar a un acuerdo sobre la connotación. Demasiado pensar para un tema tan sencillo. Parecemos perros que giran sobre su propio eje buscando echarse en el mismo sitio: damos mil vueltas y llegamos siempre al mismo destino.

— ¡Qué puto eres, pensé que te ibas a aventar!

El personaje citado no se aventó, tuvo miedo. Ese es el concepto que yo le doy a la palabra: un acto de cobardía. Y el Rey de los Deportes me ha dado un punto a favor, pero, sobre todo, le dio sentido al polémico alarido que se hiciera popular en el balompié.

La primera vez que lo escuche…

Novena entrada del tercer juego entre Vaqueros Laguna y Diablos Rojos. Ambos representantes de la Zona Norte en la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). El juego está empatado a tres, hay un out en la pizarra, hombres en segunda y tercera, y Carlos Figueroa, del México en la caja de bateo.

El receptor del equipo lagunero se levanta y estira su manopla del lado izquierdo: le van a dar la base por bolas. Tony Peña, el pitcher visitante, hace el primer lanzamiento y el ampáyer otorga la primera bola. El graderío aún no se percata de lo que está sucediendo. Al segundo lanzamiento el concreto empieza a vibrar y las manos agitarse, lo que viene es algo nuevo para mí, pero lo encuentro justificado:

"¡Ehhhh puuutoooooooooooo!"

Por fin lo entiendo. Peña y los Vaqueros lo hicieron como una estrategia para poder buscar una doble matanza. La porra local lo tachó de cobarde, y de inmediato arremetió en contra del serpentinero dominicano.

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Dentro del futbol el insulto se propina de manera injustificada — no es que respalde el uso de agresiones verbales, pero a veces son merecidas — el portero es atacado por poner la pelota en juego, un acto totalmente valiente, es como abastecer de balas a quien está a punto de fusilarte. Tal vez si hubiera una razón que excusara el grito — hacer tiempo— la FIFA no sancionaría a México. Ironía.

El '"Eh puto", un grito que la FIFA considera como homofóbico. Foto: Imago7

No estoy seguro del alcance que pueda tener dentro del mundo del beisbol en nuestro país la aparición del rugido que buscó ser combatido por abrazos.

De lo que sí estoy seguro es que la adaptación del "puto" en el contexto de la pelota tiene más sentido. Seguramente habrá quien se rasgue las vestiduras creyendo que una palabra es capaz de evidenciar las preferencias sexuales de una persona.

Por supuesto que nada justifica el uso de palabras altisonantes en cualquier tipo de contexto. Pero como parte del graderío entendí perfecto el rumbo que el "pambolero" alarido quiso tomar el día que se mudó al parque para cambiar al portero por el pitcher y al balón por una pelota.

Su majestad personalísima

Dejando de lado los lugares comunes habrá que resaltar un par de cosas que solo suceden en el Rey de los Deportes y que no son nada normales. La comunión en un parque de beisbol profesional de la LMB es tanta que los aficionados son capaces de desear feliz cumpleaños a un integrante del equipo en pleno juego.

Manny Acosta, relevista panameño que forma parte del equipo escarlata, recibió la sorpresa de la afición capitalina al ser el blanco de las Mañanitas que se entonaron al unísono luego de una actuación del pelotero en el montículo. La relación público-equipo es tan cercana como lo es el dogout a las gradas.

Pensar en la cercanía del público con los jugadores me lleva a recordar situaciones que suceden con frecuencia en el mundo del futbol y que me da temor pensar en verlas reflejadas en un parque de pelota.

Jamás he visto saltar a un improvisado al diamante corriendo mientras es perseguido por el equipo de seguridad; jamás he visto a sujetos de distinto equipo pelear por su preferencia; jamás he visto apoyo al equipo con cánticos entonados con algún acento sudamericano. Hoy vi y escuché el clamor del ¡Eh puto! y por primera vez me pareció que estaba totalmente excusado.