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kung fu

Draymond Green nomás no aprende

Dos días después de recibir un técnico por una patada, le pateó la mano un rival.

El delantero de los Warriors de Golden State está empeñado en cimentar su legado. La suya no será una historia de fades en los últimos instantes, de tapones contra el tablero o de pases sin mirar y por la espalda. La suya es una dinastía hecha de patadas y faltas flagrantes.

En el partido más reciente contra los Suns de Phoenix —una desmedida paliza 138 a 109—, Green se aplicó. Registró 13 asistencias, cinco rebotes y tres robos de balón en veintiocho minutos de labor. Lo que no registra la tirilla es la certera patada que le acomodó al novato Marquees Chriss. No asestó el golpe en la entrepierna como es su costumbre, sino en la mano del delantero de los Suns y lo obligó a salir del juego.

Esta patada sucede a unos días de que Green se quejara amargamente, al final del partido esta semana contra Houston, por la regla de la NBA que castiga los movimientos "no naturales". "Si vas a hacer una regla, haz una regla", se quejó con el San José Mercury News, pero si vas a sacar todos los actos no naturales del juego, entonces enfócate en todos los actos no naturales sácalos del juego". Esto en referencia a los movimientos de James Harden en la jugada en la que peleaban un balón y Green fue sancionado con una falta técnica en tiempo extra alcanzar al de Houston con el pie en la cara.

¡Adelante con el legado, Draymond!