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ESPAÑA

Miembros del clan de los ‘Pelúos’ desafían la ‘ley gitana’ y vuelven a sus casas en Badalona

El caso del 'exilio' de 500 gitanos por miedo a represalias vinculadas al asesinato del joven en el Port Olímpic de Barcelona pone a las autoridades en guardia. El regreso a Badalona de unos 150 desoye el exilio impuesto por la familia del muerto.
La plaza de los Andes fue tomada por la policía tras el regreso de los "Pelúos". Imagen cedida a VICE News.
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Unos 150 miembros del clan gitano de los "Pelúos" volvieron este viernes al barrio badalonense de Sant Roc tras el fracaso del pacto que esta familia y la conocida con el sobrenombre de los "Zorros" estaban intentando sellar con los "Baltasares" para resolver el conflicto que estalló a raíz de la muerte de un gitano de 28 años el pasado 23 de enero.

El asesinato fue la consecuencia de una riña que tuvo lugar en la discoteca Nirvana del Port Olímpic de Barcelona.

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Tras la muerte del joven, miembro de los "Baltasares", los responsables del incidente mortal y sus familiares, principalmente pertenecientes a los citados clanes de los "Pelúos" y los "Zorros", abandonaron sus viviendas por miedo a represalias. Las familias tienen su residencia en los barrios de La Mina, en el municipio de Sant Adrià del Besòs, y en Sant Roc, Badalona, situados en la periferia barcelonesa.

Dos de los presuntos autores del asesinato fueron detenidos en las ciudades españolas de Bilbao y Málaga.

El "exilio" estuvo motivado por amenazas de muerte como la que lanzó Ramona, la madre del fallecido, en una entrevista con El Periódico donde aseguró que si los responsables o sus allegados no cogían sus cosas y se marchaban de Cataluña "habrá una masacre". Se trata de la misma entrevista en la que Ramona declaró que si la justicia no cogía a los 7 u 8 implicados en la trágica escaramuza, estos tendrían "la pena de muerte".

De acuerdo con fuentes conocedoras del proceso de mediación que las tres familias mantenían a través de la intermediación del también clan gitano de los Jodorovich, las conversaciones entraron en punto muerto y "no parece que haya vuelta atrás".

Su retorno, vulneraría la "ley gitana" en el sentido de no respetar el veto impuesto a su regreso por parte de la familia del muerto y que solo podría revertirse si los "Baltasares" así lo decidieran. Esta prohibición que es unos de los huesos del conflicto contaba con el beneplácito de los negociadores, los Jodorovich, cuya autoridad reconocida dentro de la comunidad les ha permitido liderar este proceso.

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El caso de las personas que volvieron a La Mina hace dos semanas y este miércoles fueron, a diferencia de este regreso a Sant Roc, fruto de un acuerdo en el marco del proceso mediado que solo afectaba a gente con un lejano parentesco con los implicados en la agresión del Port Olímpic. Se desconoce cuáles fueron las contrapartidas del pacto.

Vuelven a La Mina los primeros gitanos 'exiliados' por el asesinato de un joven en Barcelona. Leer más aquí.

Con todo, estas fuentes, que han accedido a hablar a condición de mantener su anonimato, no revelaron cuál ha sido el detonante de la deriva negociadora. VICE News intentó, sin éxito, hablar con Simón Montero, miembro de la familia de los Jodorovich y presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya (FAGIC), para esclarecer los motivos concretos que habrían hecho descarrilar el proceso de mediación.

Otra fuente anónima con acceso a información sobre el desarrollo de los acontecimientos asegura que las condiciones impuestas por los allegados del muerto para resolver el conflicto no habrían sido aceptadas por los miembros de los "Pelúos", quienes las consideran demasiado duras. Algo que habría motivado la decisión unilateral del clan de volver a sus casas en Sant Roc pese a las consecuencias que ello puede acarrear en relación a su seguridad.

Antes de volver al barrio, los miembros de los "Pelúos" se habrían reunido en una gasolinera cercana a las chimeneas de la gran central térmica de Sant Adrià, muy próximas a los dos barrios afectados por el sangriento capítulo del Port Olímpic.

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Después, su llegada habría sido comunicada al cuerpo policial catalán de los Mossos d'Esquadra, que hacia las 19 horas del viernes puso marcha un dispositivo de seguridad. Fuentes oficiales de la policía autonómica no quisieron dar detalles sobre el operativo pero recordaron que, además de las detenciones de dos de los supuestos responsables del asesinato del Port Olímpic, los agentes estarían tras la pista de un tercer sospechoso ya identificado.

El precio de asesinar a un miembro de un clan gitano según su 'ley'. Leer más aquí.

Tras su regreso, las calles del barrio de Badalona siguen tomadas por la policía. Al menos cinco furgones de los Mossos d'Esquadra patrullan la zona. El barrio está vacío y las pocas personas que transitan por sus calles y acceden a hablar con VICE News aseguran que la gente se ha encerrado en sus casas.

"Yo les he prohibido a mis hijos que salgan. Ayer, cuando vieron todo el despliegue de agentes armados, estaban aterrorizados", asegura una vecina que regresa cargada con la bolsa de la compra.

"Estábamos más tranquilos sin ellos. Desde que se fueron, el barrio estaba mucho más calmado, no había trapicheos, ni gritos, ni escándalos. ¿Qué crees que pasará cuando estos se queden y se vaya la policía?", pregunta retóricamente un vecino mientras observa como una decena de miembros de los "Pelúos" se agolpa al lado del local que alberga la Asociación de Vecinos Barrio Maresme. Preguntados por las razones concretas de su regreso, una mujer de este clan advierte desafiante a VICE News "mejor largaos de aquí y no volváis".

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