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el clasico

El Real Madrid, verdugo de un Barça que no supera la salida de Neymar

El Real Madrdi aventajó en el partido de ida de la Supercopa de España al derrotar a un Barcelona que sigue tratando de superar el alboroto de la salida de Neymar.

Piqué no midió bien. No midió sus palabras cuando, ante la prensa, confesó que antes de todo el revuelo sabían que Neymar había decidido irse del Barcelona, su conferencia dejó mal parada a la directiva de su club. Tampoco midió el centro de Isco que terminó metiendo en propia puerta, le entregaron al Madrid la ventaja a los cinco minutos del segundo tiempo y sus mejores jugadores no alcanzaron a vencer al mejor futbol merengue. El marcador cerró con 3-1 en favor del Real Madrid y le falta la vuelta por la Supercopa de España.

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Una playera con el nombre de Neymar tachado apareció en la tribuna, al acecho de las cámaras que parecían buscar la representación de la despedida todavía inexplicable hasta para sus compañeros. Lo fue, porque así como ese hombre fracasó en el intento por cubrir el nombre del brasileño con cinta adhesiva, el Barcelona no pudo ocultar su inoperancia en ausencia de la MSN.

Con el ritmo de pretemporada, Suárez nada pudo hacer frente al competitivo Madrid que una vez más se dio el lujo de hacer esperar a Cristiano en la banca. Hace cuatro días, bailaron con el Manchester United y celebraron el primer trofeo de la temporada. No hizo falta exponer a Cristiano, como hoy no hizo falta que se quedara en la cancha para cerrar el partido. Lo dejó encaminado con un golazo y Asensio firmó uno más, digno de un Clásico que el rival se animó a jugar con todo hasta el segundo tiempo y se quedaron cortos.

Un penal sobre Luis Suárez, que la afición ha juzgado de inventado, dio paso al empate desde los pies de Messi y avivó el calor de los reclamos. Cristiano tenía treinta minutos para resolverlo y lo hizo a falta de diez, amagó un disparo desde la frontal y la colocó en la escuadra. Un golazo y la celebración burlona emulando a Messi, sin camiseta y con el dorsal exhibido a la tribuna.

A ese drama le faltaba más de Cristiano. El árbitro lo acusó de engañarlo con una caída en el área y no perdonó la segunda amarilla; pero antes de abandonar la cancha, el portugués quiso dejar claro su lugar y empujó al central. Ya sin él, Asensio marcó el tercero desde fuera del área. Un golazo para silenciar la polémica acostumbrada: la de las ayudas arbitrales.

La presencia de Cristiano en las siguientes jornadas está en duda, su equipo ganó, pero no lo tendrá para la vuelta el próximo miércoles y podrían extrañarlo mucho más si la UEFA sanciona de manera ejemplar el empujón al árbitro. Barcelona perdió el primer Clásico de la temporada, mientras en Guingamp, Neymar firmaba un gol y una asistencia en su presentación.