El skateboarding, ese movimiento contracultural que se persigue en las soleadas calles y se aplaude en las sombrías agencias de publicidad, saltó recientemente a las primeras páginas de la prensa generalista.La causa de este pico de popularidad (que no es el primero ni, seguramente, el último) podría haber sido perfectamente su reciente incorporación al elenco de nuevas actividades que pretenden hacer Tokio 2020 más atractivo para las nuevas generaciones, pero la cosa no va por esos derroteros.
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La importancia de la llegada del monopatín al palmarés olímpico se quedó en nada tras la heroica acción de Ignacio Echeverría, un skater madrileño emigrado a Londres que perdió la vida en los recientes atentados perpetrados en la capital inglesa. Ignacio, según afirman quienes estaban con él en aquel momento, creyó que lo que estaba viendo era una agresión aislada, así que acudió sin miramientos al rescate de la víctima sin saber con quién se la estaba jugando.
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Ni él ni los suyos tenían conocimiento de lo que había sucedido minutos antes sobre el Puente de Londres ni el potencial sanguinario de los agresores, así que Echeverría convirtió su skate en arma y se lanzó al rescate. Rápidamente, ante lo jugoso del titular, fue rebautizado por la prensa nacional e internacional como el héroe español del monopatín. Viñetas y artículos pulularon por la red siendo redistribuidos miles de veces por skaters y profanos.El skateboarding sumaba, gracias a Ignacio, algunos puntos de popularidad, pero en la calle no había nada que celebrar. Todo mal… no hay río de tinta o píxeles que compense la pérdida de un soldado.Hoy, 21 de junio, se celebra a escala mundial el Día del Monopatín (Go Skateboarding Day), un concepto que se oficializó por la International Association of Skateboard Companies en 2004. Como con todo lo exitoso, la industria ha fagocitado y regurgitado a su antojo (y obviamente buscando su propio beneficio) un concepto que, en su versión inglesa, es una clara alusión a la generalizada intervención en las placas "No Skateboarding" que se encuentran en muchas calles en los Estados Unidos, y que los skaters modificaban cambiando la "N" por la "G".
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Ni él ni los suyos tenían conocimiento de lo que había sucedido minutos antes sobre el Puente de Londres ni el potencial sanguinario de los agresores, así que Echeverría convirtió su skate en arma y se lanzó al rescate. Rápidamente, ante lo jugoso del titular, fue rebautizado por la prensa nacional e internacional como el héroe español del monopatín. Viñetas y artículos pulularon por la red siendo redistribuidos miles de veces por skaters y profanos.El skateboarding sumaba, gracias a Ignacio, algunos puntos de popularidad, pero en la calle no había nada que celebrar. Todo mal… no hay río de tinta o píxeles que compense la pérdida de un soldado.Hoy, 21 de junio, se celebra a escala mundial el Día del Monopatín (Go Skateboarding Day), un concepto que se oficializó por la International Association of Skateboard Companies en 2004. Como con todo lo exitoso, la industria ha fagocitado y regurgitado a su antojo (y obviamente buscando su propio beneficio) un concepto que, en su versión inglesa, es una clara alusión a la generalizada intervención en las placas "No Skateboarding" que se encuentran en muchas calles en los Estados Unidos, y que los skaters modificaban cambiando la "N" por la "G".
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Hablamos con algunos para ver qué piensan de la situación actual de su deporte.
Adrián Villar
Didong Miles Nsang Marmo
Ve el asunto como un día en el que los skaters celebran algo sin motivo aparente y haciendo lo que más les gusta: patinar. Ahora trabaja en la hostelería, pero no esconde las ganas de dejarla atrás en cuanto le sea posible.
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Tiene un título de monitor de snowboard que le ha ayudado a pagar alguna factura en el pasado y, como buen conocedor de una modalidad que ha precedido al skate en su ruta hacia la popularidad, ve el GSD como una buena forma de decirle al mundo "Hola, el skateboard es esto, un deporte totalmente abierto y sin límites".
Raisa Abal
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Tito García
Este gaditano no se corta en levantar la voz para mandar a tomar por culo a los detractores del Go Skateboarding Day, porque a él le parece de puta madre que se celebre y, como cada día, disfruta saliendo a pegarse la sesión con sus colegas. Le parece positivo que las marcas se curren eventos a los que poder sumarse a unos y otros y, con 10 años de patín a sus espaldas, es sin duda el entrevistado que más entusiasmo muestra con el Día del Monopatín.
Tomàs Codina
Nació en Barcelona y ha cogido y soltado el patín varias veces a lo largo de su vida, pero los últimos 3 años ha sido más constante y parece que el skate ha vuelto a su cotidianidad para quedarse. Muestra su indiferencia hacia al Go Skateboarding Day con un rotundo y sonoro "Me suda la polla", al que sigue una pregunta retórica "¿Será una estrategia de marketing de las multinacionales?". Para Tomàs esta celebración no tiene sentido, aunque reconoce que "la gente se lo pasa guay" y que nunca está de más que se hagan eventos de skate.